La semana pasada el Papa Benedicto XVI recibió a cien participantes de la reunión de las Agencias de Ayuda a las Iglesias Orientales. Entre las iglesias orientales podemos citar a la copta, maronita, asiria… todas ellas han sufrido el acoso criminal del mahometismo que las ha llevado al punto de la desaparición. La población de Oriente medio y Norte de África era cristiana antes de la expansión de la secta mahometana.
Los nuevos amos impusieron la dhimma (Dhimmitud, el Pacto de Omar), un estatus de ciudadano de segunda categoría que llevó a la progresiva desaparición de los cristianos. Sin embargo, el hecho de que continuaran existiendo es considerado por la historiografía progre no como ejemplo de resistencia a la opresión, sino como ejemplo de tolerancia de los nuevos señores.
En la actualidad, los porcentajes de cristianos en la zona son residuales, y siguen disminuyendo. En esta situación, las palabras y la actitud de la iglesia cristiana más universal, la católica, son de la mayor importancia. El discurso del muevo papa Benedicto ha cambiado respecto de su antecesor, demasiado obsesionado con la oposición al comunismo –como los norteamericanos hasta el 11-S, que cometieron el error de ayudar a los fundamentalistas bosnios y albaneses contra los eslavos ex-comunistas de los Balcanes.
En esta ocasión Benedicto XVI ha llamado a la coexistencia pacífica en Oriente Medio y al mayor entendimiento entre cristianos y mahometanos en Europa:
«I invite pastors, faithful, and everyone in positions of responsibility in the civil community, to favor mutual respect between cultures and religions, and to create as soon as possible the conditions for serene and peaceful coexistence throughout the Middle East»
Nada que objetar, aunque sepamos que es perder el tiempo. Todos sabemos la rechifla y doblez con que los mahometanos reciben semejantes llamamientos. Más valdría informar de la persecución atroz que sufren esos cristianos en tierras de la sumisión mahometana. A ello apunta también su discurso:
«Since, very often, it is the State that gives `form’ to Islam in certain countries of Islamic majority, organizes its worship, interprets its spirit, transmits its heritage, thus giving the whole of society a globally Islamic character, the non-Muslims very often feel that they are second-class citizens»
Por descontado, el lenguaje es diplomático, B16 sabe que no es solo que lo sientan, es que de hecho lo son. La misma ambigüedad diplomática encontramos en esto
«While it is necessary to welcome Muslim immigrants with respect for their religious freedom, it is likewise indispensable for them to respect the cultural and religious identity of the host societies»
Hombre, Benedicto, con la venia: que sea necesario darles la bienvenida a quienes nos ponen bombas en el metro, me parece algo exagerado. ¿Nosotros debemos dar la bienvenida y ello solo respetar? Aquí sin embargo queda aclarado:
«It was also deemed vital to distinguish between what the receiving societies can and cannot tolerate in Islamic culture…»
Por ejemplo, Informe sobre los matrimonios forzados en Europa, Multiculturalismo asimétrico en la escuela francesa., Reino Unido: Los scouts musulmanes prefieren comer aparte, Los mahometanos suecos creen en los Reyes Magos. Y lo más importante, en mi opinión:
«Given the reaffirmed importance of the principle of reciprocity, confirmed by the Holy Father in his talk to the participants in the plenary session, it is thus necessary to move towards a distinction between the civil and the religious spheres also in Islamic countries.»
En efecto, ¡reciprocidad ya!. Ni una sola mezquita en Europa mientras no haya templos cristianos en Arabia.
Lo leí aquí: Vatican: Trying to Curb the Appetite of Islamic Terror (Esta es la fuente del discurso del Papa, que WR no cita). Sin embargo, no estoy de acuerdo en el llamamiento que hace WR a que la Iglesia predique una nueva cruzada. En una Europa cuyos poderes políticos quieren llevarla hacia Eurabia sería contraproducente.
Sinceramente hay un cambio de tendencia, en la Iglesia todo va despacio, otros pueden ir más rapido, pero la Iglesia va despacio, pero firme, saludos