
Cuando era casi un impío, dediqué una Semana Santa a recorrer el norte de Alemania, a visitar las antiguas ciudades de la Hansa: Bremen, Hamburgo, Lubeck, Wismar y Rostok. Son unas ciudades alemanas diferentes (se parecen a Ámsterdam más que a Alemania). El verano es mejor época para visitarlas, pero no estuvo mal.
El domingo de Pascua nos dispusimos a celebrar la Resurrección de Cristo. Estabamos en Hamburgo visitando el centro cuando vimos que la gente se dirigía hacia una de las iglesias históricas. Buena oportunidad, además tenían orquesta con solistas, porque se iba a cantar una misa “de autor”, como dicen ahora de algunos vinos. Preguntamos a la entrada si la iglesia era católica y nos dijeron que sí, pero se notaba algo raro en el ambiente. Las paredes estaban despojadas y no había más imágenes que un Cristo.
Nos habían tomado el pelo, y eso que no se asocia a la Protesta con sentido del humor ni otros excesos. El servicio se nos hizo largo, porque duró más de hora y media, por los cantos, y aunque la música era excelente, la ceremonia nos pareció algo desabrida. El oficio se desarrolla bastante de forma parecida a una misa católica, de hecho se le acoplan suficientemente bien los distintos números (kyries, glorias, credos…) de las misas cantadas.
Algunas curiosidades: predicó una “pastora” que empezó contando un chiste contra los católicos. Nada grave. Trataba de que tras la muerte del Papa (ojo, se había muerto hace un año) llega al cielo y lo recibe S. Pedro. Le dice quién es, pero S. Pedro no lo conoce. Le dice que es su sucesor (en efecto, se considera al Papa sucesor de Pedro), pero S. Pedro no entiende, cree que le está tomado el pelo. Va a consultar con Jesucristo… Bueno, siento decir que debido al pobre conocimiento del alemán no me enteré de cómo terminaba el chiste, y suele ser lo mejor… En todo caso, fue seguido de grandes risas de la feligresía. Parece ser que existía una tradición según la cual los obispos contaban chistes, incluso obscenos, en la Pascua de Resurrección.
Dos detalles más. El Credo es prácticamente igual, solo han sustituido lo de “creo en la santa Iglesia Católica”, por “creo en la santa iglesia general (gemeine en tudesco)”. En algunos oficios, como en este, tiene lugar un reparto de pan pronunciando las palabras “el Cuerpo de Cristo”, pero sin el ritual del Sacrificio.
Como experiencia no esta mal, pero nos fuimos un poco antes del final. Hubo una cosa que me pareció muy rara: antes de darme la vuelta para il irse, hice la señal de la cruz lo que fue recibido por un vecino con un amago de respingo.
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