Violencia en los trenes y autobuses de Alemania

 

Foto: Una cámara de seguridad en el metro de Hamburgo ha grabado como una mujer es arrojada hacia las vías por donde va a pasar un tren.

Juegos de cuchillos en los metros, «jóvenes» apalean a un padre de familia, manchan la ropa de un pasajero con rotuladores indelebles Edding: en los autobuses y trenes de Alemania viaja el terror.

El caso consterna a Berlin: un joven de 18 años es apuñalado con un cuchillo tras bajarse del autobus.

La historia: los hermanos Daniel y Patrick viajaban el lunes por la tarde en un bus de dos plantas por Neuköln (barrio de Berlin de mayoría inmigrante árabe y turca) en el piso de arriba le pidieron a un grupo de «jóvenes» que por favor bajaran un poco el volumen de la música. Los cinco hombres descritos por la policía como turcos o árabes respondieron con insultos y se bajaron un poco más tarde del autobus. Pero luego persiguieron al autobus con un auto. Unas estaciones más adelante se produjo el ataque con el cuchillo.  Sin aviso previo uno de los el turcos o árabes le clavó el cuchillo profundamente en el muslo a Daniel. Luego los cinco empezaron a patear y golpear al joven de 18 años que estaba tirado en el suelo.  Los médicos lograron salvarle la vida. Su hermano tambien sufrió una herida de cuchillo. No se ha podido atrapar a los agresores.

Quien en el autobus o en el metro le planta cara a la persona incorrecta o quien simplemente se encuentra en el momento inadecuado y en el lugar inadecuado, pone en juego su salud e incluso su vida. Ya no es como antes que se respondía «tu, imbécil cabrón » hoy se dan palizas, dice Petra Reetz de la empresa de transportes públicos (BVG)

Los controladores son amenazados con espadas, los pasajeros son apaleados. En Alemania se extiende un clima de violencia. Quien se opone arriesga a veces su vida.

Un promedio de 280 lesiones corporales fueron registradas por la policía en la capital durante la primera mitad de este año en los medios de transportes públicos. Un problema particular son las agresiones a los trabajadores del BVG (empresa del transporte público), una media de dos ataques al día es la norma.

Reetz: Que los conductores sean escupidos o golpeados por una pequeña demora es «normal». Hace unos días un hombre que no quería marcar su boleto le rompió el tabique de la nariz a una conductora de autobus. 2,10 euros cuesta el boleto en Berlin. 2,10 euros por los cuales un pasajero que viajaba en negro le puso una pistola en la cara a un controlador y apretó el gatillo. Qué valor tiene una vida humana?

Una parte de la «vida real» llama Arndt Malyska a los excesos de violencia. El hombre de 44 años es jefe de la vigilancia de metros y trenes en Hamburgo, es encargado de 215 metros y más de 100 líneas de autobuses. Malyska está registrando un proceso de violencia cuya intensidad va en aumento. «Quién hoy día golpea, golpea de verdad». Y peor aún: cada vez hay más armas letales en juego.

Fuente: Europenews

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