Mehmet Ali Agca es la gran excepción entre todos los turcos: el hombre que ha hecho el atentado al Papa en 1981 está ansioso por ver a Benedicto XVI. Agca, de 48 años, que hace 25 años había disparado al antecesor de Benedicto, Juan pablo II y se encuentra prisionero en una carcel de Estanbul por otros delitos ha hecho una solicitud para ser librado de la prisión antes de tiempo. Su razón: «quiero saludar a Benedicto», dijo Agca, quien tambien es muy conocido por su excentricismo. El resto de sus compatriotas están mucho menos entusiasmados.
El opositor a una integración de Turquía en UE hasta ahora nunca ha sido querido en Turquía. Su discurso de septiembre en Regensburg, en el cual expresó que el islam es violento e irracional carga aún más el ambiente. Cuarenta por ciento de los turcos están en contra de una visita del Papa, solo uno de cada diez acepta la visita del papa en Bosporus. «No queremos ver aquí al Papa» protestaba el fin de semana un partido turco.
El abogado de extrema derecha, Kemal Kerincsiz, famoso por haber llevado a juicio a Orthan Pamuk y a otros intelectuales, está planeando varias acciones de protesta contra la visita del Papa desde el 28 de noviembre hasta el 1 de diciembre. Más de diez mil policías se encargarán de proteger a Benedicto.
Oficialmente la república musulmana está dispuesta a hacer un borrón y cuenta nueva a la polémica por el discurso de Regensburg y a mirar hacia el futuro. Pero la laca para la confianza en los mandos políticos es muy delgada: el presidente Recep Tayyip Erdogan se va a encontrar durante la visita del Papa en una conferencia de la OTAN en Riga, y los otros miembros políticos de Turquía no quieren tener el honor de poder darle la mano al Papa. Funcionarios del protocolo en Ankara han tenido que hacer grandes esfuerzos para encontrar a un ministro que reciba y salude al Papa en el aeropuerto de la capital y que lo acompañe en sus citas: es el ministro Besir Atalay el único que ha aceptado hacerlo, el cual no forma parte de la primera fila de políticos del gabinete
El rechazo evidente contra el invitado podría dañar a Turquía en su política exterior. El ortodoxo griego Patriarch Bartholomäus, que en Estanbul habló con el Papa sobre un nuevo acercamiento entre las dos iglesias, exigió a Turquía que debe hacer todo lo posible para que la visita del Papa sea un éxito. Esto es muy importante, sobretodo por la imagen que se quiere dar a Europa sobre Turquía y por el deseo de Turquía de pertenecer a la UE.
Traducido de: Tagespiegel
Será que quiere probar suerte nuevamente? o que se quiere convertir al cristianismo?
Cada vez veo más claramente que los musulmanes estan acojonados ante la Iglesia Catolica, le tienen mucho miedo, a que despierte y vaya a por ellos.