En Navidad yo trabajo, aunque no lo considero un trabajo sino mas bien un parte de mi festejo navideño.
Me hubiera gustado asistir al oficio de Nochebuena de la Catedral de Berlín a donde van creyentes y no creyentes y que presenta un canto coral grandioso.
Mi Navidad es algo diferente.
Hay gente que espera la Navidad para catalizar todas sus penas, sus odios, sus rencores y sus males.
En Navidad sigo visitando a mis 20 pacientes y en muy pocos puedo ver el rostro apacible y alegre que se debería de tener en estas fiestas.
Algunos, ya casi centenarios aprovechan la fecha para recordar a todos sus parientes y amigos fallecidos que no son pocos. En sus casas no hay mesa navideña sino decenas de fantasmas invitados y muchas lágrimas.
Hay otras familias que tras trabajar arduamente desde noviembre en la decoración de su casa y jardín, han esperado al día 24 de diciembre para explotar en un mar de ira y de polémicas disparado por alguna nimiedad.
Hay otra gente que recuerda en estas navidades su soledad que ni siquiera la TV acompaña, porque los programas en estas fechas son siempre repetidos. Es algo que no comprendo, acaso las series de TV y los filmes tambien tiénen vacaciones de Navidad? Porqué no hacen emisiones especiales, para dejarle a esa gente cuya única compañía humana es una pantalla, un poco de alegría navideña.
Mi recorrido navideño tiéne siempre una carga muy pesada de dolor, amargura, fracaso., y muy pocas alegrías.
Y allí estoy yo sobreponiendome a mis propios deseos y sentimientos y tratando de llevar la única medicina que cura todos los males: la risa o al menos una sonrisa.
Luego visito a mi nieta que me espera despierta, es una trasnochadora nata y me invade con su alegría y vitalidad, entonces a pesar de las pequeñas frustraciones que tenemos los adultos en nuestras espectativas con los niños y su sorpresa por nuestros regalos, me alegro de su presencia en mi vida para festejar juntos la Navidad.
Este año mi hija me regaló un libro que me ha dado una gran alegría.
Se trata de: «Ich nicht» de Joachim Fest
Joachim Fest , fué coeditor del Frankfurter Allgemeine Zeitung , historiador biografo y escritor, dedicó mucha de su obra a realizar la biografía de gente de su época, de Speer el arquitecto de los nazis , de Hitler en su caída : Der Untergang (El hundimiento: Hitler y el final del Tercer Reich).
Su libro Ich nicht (yo no) relata su infancia y juventud y las penurias que sufrieron él y su familia porque su padre que era maestro se negó acolaborar con el régimen de Hitler.
El libro debía ser presentado en la feria nacional del libro junto con el libro de Günter Grass ‘Beim Häuten der Zwiebel , en el que éste confiesa luego de haberlo negado durante decadas haber pertenecido a las SS. Sin embargo Joachim Fest no acudió al debate porque falleció pocas semanas antes del evento.
Dos historias paradójicas de un tiempo paradojico, nada extraño en la naturaleza humana. Joachim Fest acusado muchas veces de ser pro nazi por haber sido amigo de Spree se revela como uno de los pocos que desde un principio junto con su familia supo decir yo no colaboro y Günter Grass ídolo durante 40 años de las izquierdas «independientes y antifascistas»confesando publicamente su pasado bien protegido, en el nazismo.
Estoy deseando comenzar la lectura de este maravilloso regalo de Navidad.
Y nuevamente a todos Feliz Navidad. Yo sigo festejando porque aquí es Navidad hasta el día 27, es decir me voy a trabajar.
Hermoso post.
Feliz Navidad!
Feliz navidad
Muy bueno. En España los programas de navidad son siempre especiales, algunos bastante malos pero siempre hay algo aceptable en alguna cadena.
Qué curioso lo que cuentas de Fest y Grass. Uno el nazi que pasa a dar leciones de progre cuando cae el régimen, otro el que hace oposición razonable a los nazis y que después pasa a ser despreciado o acusado.
Es la misma historia que ha pasado en España con los falangistas que medraron con el régimen y ahora son antifranquistas furibundos.