El PSOE protege a la inmigración ilegal

Lo que equivale a fomentarla. Ha quedado de manifiesto su nula voluntad de eliminar diversas ventajas de las que gozan los inmigrantes ilegales. La aprobó el Senado, pero el PSOE se hace el longis:

La proposición aprobada en la cámara alta aboga por la supresión del arraigo laboral y social de los inmigrantes sin papeles y establece que “no podrá considerarse el arraigo de quien estuviese en situación irregular”. También propone la supresión del empadronamiento de irregulares y con este objetivo propugna la modificación de la Ley de Bases de Régimen Local para que no se inscriban en el padrón los extranjeros sin regularizar su situación legal, que sólo se podrían beneficiar de la asistencia sanitaria.

 

Otro de los aspectos que toca la iniciativa es la supresión de la nacionalidad con valor de presunción, lo que exige la modificación del Código Civil para que no surtan efecto los supuestos legales del país de origen de los padres que posibilitan que los hijos adopten la nacionalidad española mediante la inscripción en los registros consulares.

 

La reforma aprobada por el Senado incrementa hasta los seis años el plazo de prohibición de entrada en España en los casos de devolución de un extranjero que hubiera entrado en el país de forma ilegal. Hasta ahora el tope máximo es de tres. Se eleva asimismo el periodo de internamiento en los centros para extranjeros hasta los 70 días, es decir, 30 más que en la legislación vigente.

Simplemente, es escandaloso que quienes han entrado ilegalmente en España puedan pasar a ser inmigrantes regulares en un par de años y obtener la nacionalidad tan ricamente al cabo de otros diez. Los socialistas obreros españoles no tienen partido que atienda a sus intereses, por el momento, porque la extrema derecha (defino, no condeno) está empezando a manifestarse en los feudos de esa izquierda pesoeta que les desprecia, por españoles, por blancos y por «pequeñoburgueses».

 

Ahí es donde está su caladero natural de votos.

El PSOE impide que se ponga final al fraude del empadronamiento de ilegales

6 comentarios

  1. A mí lo que más me fascina de estos imbéciles del P¿SOE? es que siguen en su intento de extinguir demográficamene a su propio pueblo y fabricarse una nueva clase obrera a base de importar lumpen-proletariado extranjero. Les es indiferente que ese plan haya fracasado miserablemente en toda partes, y que el Partido Comunista Francés, que fue el primero en poner de moda la idea, lo haya pagado prácticamente con su desaparición. Ellos siguen, dale que te dale, incapaces de entender por qué es en los viejos bastiones de la izquierda obrera donde los partidos de «extrema derecha» (llaman así a todo el que se sale del guión, aunque no lo sea) suben como la espuma.

  2. No existe solución posible que sea pacífica.
    Occidente está dividido entre los que somos partidarios de mantener nuestra herencia judeo-cristiana y los que quieren demolerla, entre los que está toda la izquierda y toda la progresía. Desgraciadamente muchos gobiernos o partes de los aparatos del estado en nuestros países están tomados por esta patulea que, bien por convicción propia, o bien porque simplemente odian nuestra civilización, están dispuestos a que seamos invadidos y sustituidos por estas hordas.
    Efectivamente, el socialismo cree que se va a formar su proletariat con estas hordas invasoras, sobre todo islámicas. Nos llevan directamente al despeñadero. Solución sí habría si existiera sentido común, pero como los partidos tradicionales no están dispuestos a hacer nada para evitar este estado de cosas, no es más que cuestión de (poco) tiempo, y de que se degraden más las condiciones de convivencia, cosa que ocurriá, para que veamos el ascenso imparable de partidos llamados de extrema derecha, o sea, partidarios de una línea dura.
    La solución será entonces drástica y violenta, pero no será otra cosa que el lógico corolario de no haber sabido o querido enfrentar este problema cuando todavía había solución.
    Los odiadores del cristianismo, izquierdistas y masones, han realizado el diseño de Eurabia desde las instancias políticas europeas, y esto acabará, inevitablemente, en un baño de sangre.

  3. Por primera vez en la historia, la izquierda y el capital coinciden.

    La izquierda no se atreve a regular la inmigración por una confusa remora ideológica que asimila al inmigrante con el hermano proletario.
    Pero la derecha económica (el capital) tiene clarísimo que «La inmigración es buena para la economía».
    Mientras esto se va llenando de mileuristas y empleo precario, las cifras macroeconómicas apuntan al alza.
    Además, la sociedad desestructurada y desunida que se va formando es el ideal de cualquier multinacional.
    Por su parte, la Iglesia ve como por primera vez sus templos vuelven a llenarse. Cuanto más atrasada sea una sociedad, mejor para las religiones.

  4. «Cuanto más atrasada sea una sociedad, mejor para las religiones.»

    Cuanto más avanza la crisis, más proliferan los demagogos y los charlatanes de feria.

    Con ciertos ‘lumbreras’ difícilmente arreglaremos nada.

    Ningún nacional-socialista ha conseguido explicarme en qué les benefician los negros analfabetos y una juventud que no sabe ni contar hasta tres.
    ¿Mano de obra barata? Ya la hay en China y la India, y muchíiiisimo más barata y más dócil que en Occidente.

    Insisto: hay que saber identificar las causas (previamente identificados los problemas, cosa que la izmierda no hace) para desfacer el entuerto.
    Las multinacionales son simples correas de transmisión de organizaciones mundialistas y de regímenes criminales como Arabia, Irán y China, y no al revés, como piensan los «marxistas» de izquierda y derecha.

    Pero con el cuento del Kapital y la Iglesia, ya tenemos una novelita estilo Dan Brown, para entretener al corral.

  5. Ningún nacional-socialista ha conseguido explicarme en qué les benefician a las multinacionales los negros analfabetos y una juventud que no sabe ni contar hasta tres.

    ¿Mano de obra barata? Ya la hay en China y la India, y muchíiiisimo más barata y más dócil que en Occidente.

    ¿La prueba?
    ¿Cuántas multinacionales quedan en Occidente? poquitas, poquitas, poquitas, cada vez menos.

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