Sabía que en la reciente conferencia de Anápolis la delegación saudita se había negado a saludar a los judíos, pero no sabía estos otros detalles:
Se negó también a entrar por la misma puerta que ellos, así que los judíos tuvieron que entrar por la de servicio.
Se quitaron los auriculares cuando los judíos hablaban, una muestra de falta de respeto –en realidad una exhibición de desprecio- inaceptable en cualquier reunión. No consta que los anfitriones norteamericanos se quejaran.
Para rematarlo, en la rueda de prensa en su embajada no dejaron entrar a periodistas judíos. De nuevo, lo más deprimente es que los periodistas gentiles ni se plantaran se negaron ni hayan denunciado la discriminación de sus compañeros.
Y sin embargo, exigen diálogo y negociación, y solicitan dinero… y –lo que es incomprensible- compiten por ver quién da más.
Pobre Libano, grande EEUU, como en Iraq sin cristianos, Kosovo y otros grandes lugares y esos grandes aliados Pakistan, Arabia Saudi, Turquia y Egipto, grande EEUU.
Franze, te añado al blogroll.
Gracias, un saludo amigo