Muy fácil: Implicaría unos costes adicionales que no se podrían repercutir al cliente, así que la industria cerrará a la vez que aumenta la producción en China, donde no hay este tipo de regulaciones. De hecho, las empresas chinas ya están llevándose allí instalaciones europeas. El problema es que las siderúrgicas chinas consumen el doble de energía que las europeas por tonelada de acero, por lo que al final, a nivel global, aumentarán las emisiones…
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