La popularidad del progrecón Sarkozy está desplomandose debido a la puesta en práctica de una sorprendente política progresista tras una campaña electoral que -se decía- había hecho propio el discurso de Le Pen. La exhibición obscena de una vida privada que no se corresponde a la gravedad de un presidente de la República ha sido la gota que ha colmado la paciencia de sus votantes. El resultado es una popularidad del 39% a pesar de haber estado menos de un año en el cargo y de suceder a un Chiraq que tenía literalmente hartos a los franceses.
Para añadir más pimienta al culebrón ha parecido en escena Jean Sarkozy (foto), hijo de su primer matrimonio, que se va a presentar a las elecciones locales francesas del próximo 9 de marzo, cuando también en España votaremos en las Generales. Se presenta en Nelly-sur-Seine, el municipio más pijo de Francia, donde competirá con David Martinón, el portavoz de Sarkozy padre.
Esto pinta bien. Y digo que pinta bien, porque una decadencia lenta es dolorosísima para quienes aún sienten en su carne el discurrir de la historia, y cuanto antes toquen fondo en Francia, antes se producirá el desenlace.
Dejar una contestacion