También nos cuentan que la “fraternidad parlamentaria” francesa reúne a 300 masones en el Parlamento, Senado, Parlamento europeo y Consejo económico y social. Trescientos, y no como los de las Termópilas.
Y que la ideología masónica es la oficial de los ambientes políticos, mediáticos y académicos. Es la tesis también del libro reseñado aquí.
Lógico es que el blog insista en la separación Masonería-Estado. Podría decirse que resulta irónico que la ley que institucionalizó el laicismo en Francia fuera de inspiración masónica. Aunque en realidad no hay tal ironía: no se trataba de separar iglesia y estado, sino de quitar a la Iglesia Católica para ocupar su lugar.
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