Ilegalizar el Islam: Una reflexión y una estrategia.

No es de extrañar que los suizos tengan fama de precisos y sistemáticos. En este blog nos presentan una estrategia sistemática, mecánica -clockwork strategy, diría yo- de relojería. Relojería suiza, claro está:

CONSIDERANDO,

Que el Islam es una doctrina de naturaleza criminal.

Que, allí donde se instala de hecho, se aplica también la ley islámica y que esa ley, desde nuestro punto de vista, es criminal.

Que se descarta que sea posible aceptar el Islam sin rechazar la ley islámica,

Que los musulmanes tienden a formar enclaves en los que los más extremistas imponen sus leyes a los otros…

HABIENDO CONSTATADO,

Que la opinión pública rechaza instintivamente la criminalización de una religión,

Que la decisión jurídica de ilegalizar el Islam ha de ser razonada jurídicamente.

PROPONEMOS EL SIGUIENTE PLAN DE ACCIÓN:

Reunir una lista de expertos en el Islam

Elaborar una lista de referencias sobre la ley islámica

Recopilar y traducir el corpus de referencia sobre la ley islámica

Organizar un concurso de ideas entre los juristas occidentales sobre la forma de ilegalizar el Islam a la vista del corpus de a ley islámica.

Puesta en marcha del proyecto de ilegalización del Corán

Pues ya lo tenemos, suena fabuloso. En efecto, suena a la Fábula de los ratones:

Propuso el elocuente Roequeso
Echarle un cascabel, y de esa suerte
Al ruido escaparían de la muerte.
El proyecto aprobaron uno a uno,
¿Quién lo ha de ejecutar? eso ninguno.

En efecto, el proyecto de nuestros amigos suizos no está mal. El problema es el de la determinación política para llevarlo a cabo (damos por supuesto el apoyo popular, lo que quizás sea excesivo. Una vez conseguida esa determinación, lo mismo da, o como decía el lema de sus majestades católicas: “Tanto monta, monta tanto deshacer como cortar”. Ahí está el nudo gordiano que nos permitirá la conquista de Oriente.

Interdire l’Islam – une réflexion, une stratégie

Interdire l’Islam – un plan d’action

7 comentarios

  1. Pues yo creo que la clave jurídica para perseguir al Enemigo sería meterse con aspectos de la Sharía, mientras si hubiera intelectuales «orgánicos» de la resistencia dispuestos a hacerlo se lanza una campaña de propaganda para que la opinión pública deje de ver el Islam como una religíón y pase a verlo como una ideología.
    En concreto, hay aspectos de la Sharía fácilmente atacables desde nuestro ordenamiento.
    El primero es la poligamia, que sigue siendo un delito, si no terminamos cediendo ante la corrección política imperante y hacia lo que ahora nos intentan colar como matrimonio homosexual (que dos personas del mismo sexo convivan afectivamente y ello surta consecuencias jurídicas y reciba la sanción del Estado es legítimo; pero su consideración de matrimonio abre la puerta, como de hecho ya está empezando a pasar en EEUU, a la «otras formas de matrimonio», que terminan siendo la poligamia); y que no debe reconocerse ni siquiera a los extranjeros.
    Pero el concepto de yihad o guerra santa es también atacable en Derecho. Creo incluso que por aquí debería venir el grueso de la acción occidental contra el Enemigo, porque atacar al Islam de frente es demasiado expuesto, mientras que centrarse en este aspecto puede permitir más apoyo entre la opinión pública y es susceptible de definición más precisa, a la par que identifica mejor al Enemigo, ya que no distingue entre terroristas y no terroristas, ya que todos apoyan lo mismo. Naturalmente, que la yihad sea uno de los cinco preceptos del Islam es algo que no hay por qué explicar a la sociedad: mejor que sean los propios musulmanes los que se vean en la tesitura de hacerlo (o en algún caso, de meditar si quiere seguir creyendo en eso).
    Otros aspectos jurídicamente atacables son las penas previstas para la apostasía, el estatuto legal de la mujer, la naturaleza del contrato matrimonial islámico (firman el marido y el varón representante de la mujer), etc.
    En suma, se puede construir un corsé jurídico asfixiante para el Islam sin prohibirlo expresamente. Dudo que ante tanta prohibición sean capaces de aguantarlo. Y si consideran que la práctica de su fe se hace imposible en España, pues nada, que vuelvan a Dar al-Islam y salgan de tierra kafir.

  2. Según el Código Penal existen una figura legal llamada proposición. Es decir, que no sólo es delito matar, sino también proponer a otro matar. Lo mismo para casi cualquier delito, por ejemplo terrorismo, rebelión, etc. Aunque no se puede prohibir una creencia íntima, con el código actual en la mano según cómo se interprete se podría disolver una reunión en una mezquita, e imputar al predicador, si lo que hace es animar a asesinar o a integrarse en banda armada.

  3. Este es el camino, si señor. Si los matamos los convertimos en victimas. Hay que usar la ley en su contra y con los disturbios que crearan habra motivos suficientes para irlos echando.

  4. Los españoles, los incultos de Europa, los que siempre han estado a la cola, los que su Inquisición en nombre de una religión hizo estragos y auténticos atrocidades en judíos y cristianos, que sólo habían venido a conquistar mediante el saber a unos salvajes que vivían casi como animales. Cuando esteís en condiciones de opinar estaremos dispuestos a escuchar vuestras memeces y vuestra demagogia, mientras agradecer a Europa que os haya sacado del hambre y de la miseria en que os metió Franco, o ese no usaba la religión para justificar lo que él llamó el alzamiento nacional, apoyado por la mayor organización mafiosa y pederasta del mundo que es la Iglesia Católica Romana, en contra de un gobierno que fue elegido democráticamente.

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