El capítulo 5 se titula «The collapse of the Stressa Front«, y trata de la pérdida de otro aliado, la Italia, que aunque fascista no era necesariamente aliada de Hitler, al contrario. Hasta la llegada al poder de Hitler, Mussolini solo sintió desprecio hacia él. Veamos:
- Cuando llegó al poder propuso una reunión cuatripartita para revisar las injusticias de Versalles. Fue rechazado.
- Tras la noche de los cuchillos y los primeros amagos de los nazis en Austria, Mussolini movilizó a su ejército a la frontera con Austria. Francia e Inglaterra no hicieron nada.
- La visita de Hitler a Mussolini en Venecia fue un fracaso.
En enero del 35, el Sarre decidió unirse a Alemania en plebiscito.
En marzo Hitler empieza a recomponer el ejército, rompiendo formalmente uno de los acuerdos de Versalles. En abril, Francia e Inglaterra dándole la razón a M. se reúnen en Stresa con él. Se denuncia el rearme de Hitler y se hace referencia a la vigencia de las decisiones del Pacto de Locarno, en el que los cuatro países aceptaban las fronteras occidentales de Versalles.
En Stresa, sin Hitler, los tres países se comprometieron a defender la independencia e integridad de Austria. Mussolini se presentó como el más anti-alemán, ya que no le interesaba que anexionara Austria, de la que había tomado el Tirol del Sur. Además se condena el rearme alemán. Alemania está entonces aislada diplomáticamente. Los ingleses fueron quienes menos antialemanes se mostraron.
En junio, Hitler ofrece a Inglaterra limitar su marina al 35% de la inglesa. Inglaterra acepta, para consternación de Italia y Francia que se sienten traicionadas. Para Mussolini, Inglaterra se presentaba como un país débil, prefería pactar por su cuenta y apaciguar a Hitler.
También en junio, Se hace patente que Mussolini quiere tomar Etiopía, país de la Liga de naciones. Eden le ofrece un acuerdo por parte del territorio. Mussolini quiere más. No hay acuerdo. En octubre invade el país. Se trata de llegar a un acuerdo según el cual Italia se quedaría con la mayor parte, pero manteniendo la independencia del resto. Sin embargo, el acuerdo se tuerce por el clamor público tras filtrarse a la prensa. Inglaterra aplica unas tímidas sanciones Italia que la indisponen sin perjudicarla. Inglaterra pierde un aliado por defender a Etiopía.
En noviembre del 35 Italia proclama el eje Roma-Berlín y en el 37 se adhiere al pacto Antikomintern de Alemania y Japón.
El capítulo acaba con diversos elogios que Churchill dedicó a Mussolini. Esto también es muy significativo:
p. 161: «Los líderes de Gran Bretaña hubieran debido de enfrentarse Hitler y apaciguar a Mussolini,» escribe Kissinger. «Hicieron justamente lo contrario; apaciguaron Alemania y se enfrentaron a Italia»
El capítulo 6 se titula The Rhineland, Renania, y trata de la remilitarización de esa zona que según el Tratado de Versalles debía quedar desmilitarizada. La Wiki tiene lo esencial.
El quid de la cuestión es por qué los aliados no acabaron con Hitler cunado este dio este paso en Marzo del 36. Se barajan estas razones:
- Los americanos estaban escamados de su participación en aquella pela interna europea.
- Los ingleses lo veían como un acto de justicia, eran territorios de Alemania, recuperaban los que realmente era suyo. Sobre todo, no se quería otra guerra. Aun se estaban pagando las consecuencias de la anterior. Hay algo más, Buchanan muestra que se vio ese movimiento incluso con simpatía.
Lloyd George declaró en el parlamento que Francia había construido una línea de fortificaciones y alcanzado alianzas con los países del este, cercando a Alemania. Tras esto Hitler le invitó a visitarlo (foto).
p. 172:
«Es realmente un gran hombre» fueron las primeras palabras de Lloyd George, al comparar Mein Kampf con la Carta Magna y declarar que Hitler era «la resurrección y la vida» para Alemania.
Palabras con las que el Cristo se refiere a sí mismo en el Evangelio. Toma ya. Otros políticos ingleses de primera línea son igual de elogiosos. Y estamos en el 36. Han pasado años desde la noche de los cuchillos largos, y están ya en vigor las leyes de Nuremberg. También Churchill:
p. 174:
«Se puede rechazar el régimen de Hitler y sin embargo admirar sus logros patrióticos. Si nuestro país fuera derrotado, deberíamos encontrar un campeón igual de firme que restaure nuestro valor y nos conduzca otra vez a nuestro puesto en el concierto de las naciones«
La pregunta clave es por qué tampoco respondió Francia, el país directamente amenazado por el rearme de Renania. Tenía el ejército más poderoso del mundo (más del doble que el alemán), y a Polonia y Checoslovaquia, incluso Austria, como aliados.
Una de las razones es que la invasión del 23 reclamando el pago de las reparaciones no le dejó buen recuerdo. La población alemana manifestó una clara hostilidad. Además confiaban en la línea maginot. Otra razón: en seis semanas se celebrarían elecciones.
Sin embargo, Alemania no hubiera resistido un ataque francés secundado por los países del este. Probablemente un golpe militar hubiera echado a Hitler. Fue la última oportunidad de pararle con una intervención que no derivara en guerra.
El régimen de Hitler se aseguró la popularidad. En 99% de los alemanes votaron por la restauración de la soberanía y la remilitarización de Renania.
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