En el otro sueño, apostaba algo con un hombre grande, de unos cincuenta y tantos años, musulmán, muy tranquilo, sentado en un sillón en su casa. He mirado su librería para ver si había algo que me interesara, libro u objeto. Pero nada me interesaba. Entonces le he propuesto que apostáramos por algo que no fuera material, sino por alguna acción que nos mejorara. El musulmán se ha sentido contento con mi proposición. Allí ha acabado el sueño.
Le dejé este comentario: Qué sueño tan raro, padre, Mojamé les prohibió los juegos de azar a sus seguidores.
Montcalm Informativo
Unos desconocidos atacan el caserío de dos etarras en Guecho
La Generalidad de Cataluña invierte casi 18 millones de euros (cerca de 3000 millones de pesetas) en el «Plan Integral del Pueblo Gitano (2009-2013)»
Los gitanos son un pueblo. Nosotros no.