Companys otro canalla que pide confesión a ultima hora

Azaña, Gramsci, Prieto… y ahora Companys.

Ya sé que hay que alegrarse, pero es que esto pone de los nervios a cualquiera. Unos individuos que tan mal ejemplo han dado toda su vida, que tanto han trabajado durante su vida a las órdenes de Satanás y sus secuaces, cuyas obras siguen separando a las personas de la fe católica y perdiendo almas, piden confesión a ultima hora (SAN COMPANYS, virgen y mártir):

Presidió la época de mayor terror en Cataluña (36 y principios del 37).

Huyó de mala manera.

Entregado por los alemanes, fue juzgado en Consejo de Guerra, condenado muy justamente, a muerte.

Murió después de confesarse, ayudar a misa y comulgar.

Todo en su muerte fue ejemplar, de un gran valor y dignidad.

Bromeó con sus acompañantes, pidió pan y chocolate porque le recordaba su niñez, también dos copas de coñac pues tenía frío, escribió una nota al coronel Gobernador del castillo-prisión agradeciéndole el buen trato recibido. Regaló a su defensor (capitán de Aviación Colubi) sus gemelos de oro y le agradeció su defensa.

Ante el pelotón mantuvo una tremenda serenidad, no se dejó vendar los ojos y gritó en la descarga ¡Per Catalunya!

Murió como no había vivido. Dios es bueno.

Descanse en paz.

Sí, es una de los grandes misterios de nuestra fe. Cómo puede ser a la vez justo y «bueno». Yo no le encuentro explicación a esto, salvo una. En el momento de la muerte, a todo el mundo se le presenta la posibilidad de elegir, independientemente de su vida y milagros, acogerse a la misericordia divina. Solo se condenarían quienes insisten en rechazarla a la vista de sus consecuencias. Esperemos que nadie lo haga.

En fin, otra reflexión para el día de los Fieles Difuntos.

8 comentarios

  1. Amigo AMDG,

    Mejor morir a bien con Dios, sobre todo después de vivir tanto tiempo «jodiendo la marrana», con perdón. La verdad es que no somos quienes para juzgar porque, al menos yo, debemos confiar en la misericodia divina. Si no lo llevamos claro…Un abrazo

  2. A eso se le llama «el sindrome del buen ladrón»… y créeme, aunque los hay que se merecen el infierno para toda la eternidad… el castigo en la otra vida, incluso para las almas del purgatorio… es mayor que el de tu sed de justicia.

    Además cada alma condenada al infierno es una victoria de Satanas.

  3. Mucho laicismo y mucho rollo pero a la hora de la verdad está claro a lo que se abraza todo el mundo: a la cruz de Cristo y a la misericordia de Dios Padre. Ni Alá, ni Buda, ni laicismo estéril y hueco.

    Sin duda el cristianismo católico es la verdadera religión

  4. Hombre, pero el hecho de que pida confesión y comulgue no necesariamente significa que descansa en paz.
    ¿Se arrepintió realmente de todo el mal que hizo, o sólo vió la muerte de cerca y se asustó?
    ¿El arrepentimiento de Pedro o el «arrepentimiento» de Judas Iscariote? ¿Lamentó profundamente el daño que hizo o lamentó profundamente que le hubiera salido mal la jugada?
    No es lo mismo….

  5. Otro carnicero de la República, otro rojo criminal antiespañol. Que se arripintiera o no, me trae sin cuidado, del mismo modo que a los de su calaña no les importó un pimiento las súplicas de los miles de españoles que asesinaron por ser católicos o defender a España.

    A ver si Carrillo, el genocida de Paracuellos, se reune pronto en el infierno con él.

  6. Si mal no me equivoco la Pasionaria tambien pidio confesion y Comunion antes de morir.

    Lo lamentable de esta epoca posconciliar es que te encuentras con todos estos catolicos progres que se pasan por el forro la gracia sacramental y mas de uno hasta rechaza los ultimos auxilios (¡!).

    De todas formas es cierto que no deja de sorprender que tantos responsables de la mayor persecucion ocurrida desde la epoca de Diocleciano murieran en gracia de Dios.

  7. Manuel Azaña tambien pidió los ultimos sacramentos antes de su muerte..

    …y aunque han tenido la sabiduria de salvar su alma de la hoguera eterna os aviso que estos «arrepentidos a última hora» no lo tienen nada facil en el Purgatorio.

    Vereis… el alma pecadora que se salva siente una idescriptible verguenza ante la suprema bondad y perfección de Dios. Entonces por un lado quieren entrar en el paraiso, pero al mismo tiempo no pueden porque no se sienten dignos… y no alcanzaran la paz hasta que no hayan hecho completa penitencia por sus pecados… cualquier dolor terrenal es ignisificante a la verguenza por los pecados y ofensas a Dios.

    El alma piadosa estará menos tiempo que el que se salvó en el último momento.

  8. No sé si es sindrome del buen ladron o del mal ladrón. Creo que nadie merece un castigo infinito, por eso creo en el infierno sin convencimiento. Desde esa creencia esceptica, razono que se trata de un misterio inexplicable.

Responder a Bienavenio Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*