Lo afirma monseñor Marchetto, presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes. Vamos a leerlo entero:
ROMA, jueves, 3 diciembre 2009 (ZENIT.org).- El secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, monseñor Agostino Marchetto piensa que la prohibición de construir minaretes en Suiza no va en contra de la libertad religiosa.
Monseñor Marchetto hizo estas declaraciones a I.Media a raíz de la decisión de los suizos, en referéndum, de incluir en su constitución la prohibición de construir minaretes. El prelado lamentó que los impulsores del referéndum hayan jugado con los «sentimientos de miedo» en lugar de impulsar «un diálogo» entre los musulmanes y la población local.
El resultado de la votación, dijo monseñor Marchetto, «manifiesta un preocupación que atañe a la fisonomía del país, la cuestión de la visibilidad, pero que no atañe a la libertad religiosa». Esta última, precisó, «no ha sido puesta en cuestión».
«Es una cuestión que no infringe directamente el derecho de culto porque será siempre posible construir mezquitas», añadió, sosteniendo que la cuestión se refiere más bien a «la visión que los musulmanes tienen de sus mezquitas». «Hay que tener en cuenta su sensibilidad pero esta decisión no infringe la libertad de culto», insistió.
Monseñor Marchetto invitó a «reconocer que, en numerosos países musulmanes, la visibilidad de las iglesias y de los campanarios, por ejemplo, debe tener en cuenta el entorno en que se vive y la mentalidad de la gente».
El prelado expresó su deseo de «que se entable un diálogo entre quienes quieren mezquitas de un cierto tipo y las realidades locales que manifiestan sensibilidades, a veces incluso injustas».
Se queda muy corto. No niego que sea cierto que la construcción de iglesias deba «tener en cuenta el entorno en que se vive»; es que ese entorno varía entre la absoluta prohibición y las exigencias muchas veces imposibles de cumplir.
¿Acusa usted a otros de jugar con los sentimientos de miedo? Mire su casa y exíjase un poco más de valentía, Monseñor.
Acusa a otros de «jugar con los sentimientos de miedo» mientras la Iglesia mayoritaria se dedica sistemáticamente a desarmar moralmente a los europeos con espantapájaros nazis y a lavarles el cerebro en una solución de igualitarismo, espiritualismo y apatria.
Lamentablemente quienes por su miopia mental no entienden nada… insisten en que
prohibir los minaretes (lo que en si es una medida de protección estética del paisaje)
equivale a restringir la «libertad religiosa». En cambio no opinan lo mismo si se eliminan los crucifijos de los lugares públicos… Alguien ha dicho: Para ser consecuentes deberían eliminar las catedrales… ¿Acaso no son símbolos religiosos en lugares públicos?
Como ejemplo de lo que digo sugiero que se lea lo que escribe un tal Tamayo («cura» que es «profe» en la «Uni» Carlos III, de Getafe, la que dirige Peces Barba). Lo reproduzco en URANIA (www.tresmontes7.wordpress.com)… y perdón por la autocita… pero creo que vale la pena
«salutem pluribus» (¿Se dice así?)