14 comentarios

  1. No hay mal sabor de boca, es conocido el odio de los deicidas hacia su azote. Quizás debiéramos nosotros parodiar su ¿diáspora? o su ¿éxodo? y veríamos qué pasa.

    Por cierto, el parlamento de las seis puntas anda discutiendo sobre Jerusalem e imponer el judaísmo como única religión practicable.

    • En cualquier caso, todo el mundo sabe que burlarse, perseguir, criticar, acosar, etc, a los católicos, sale gratis y encima da propaganda a bodrios infumables que se venden como «arte alternativo». Nadie se va a atrever a hacer una parodia de una fiesta islámica o judía porque eso sería condenado in-me-di-a-ta-mente con multas, cárcel, etc.
      Pero ¿de quién es la culpa? ¿Del que permite la burla o del que se ha esforzado (y ha conseguido) que la más mínima crítica hacia ellos sea considerada racismo, intolerancia o cualquier otra cosa totalmente condenable mientras que ellos pueden burlarse lo que les dé la gana de quienes quieran?

  2. Qué pena que no haya ningún obispo católico que denuncie estas cosas…es lógico, la nueva política de la Iglesia oficial es el «mea culpa», somos nosotros los que pedimos perdón a todos y sólo nos dedicamos a hablar de los derechos del hombre y de la dignidad de la persona humana…pero Nuestro Señor, infinitamente Justo, les hará justicia cuando menos lo esperemos y aquellos que le ridiculizaban ó permitian estas cosas serán réprobos y echados al fuego eterno. Es cuestión de tiempo…

  3. Hola!
    Hermanos cristianos, de la misma forma que sienten dolor por esa baja burla y solo pueden reprimir su ira y tragarse el coraje es lo mismo cuando atacan al islam en este blog con los dibujos de la columna derecha por ejemplo.
    Así el islam habla de Jesus y su Madre http://www.coran.org.ar/Sura_019_Pag.htm, no quiten este comentario por supondré que no deseas que la gente sepa la verdad.

    • Pues mira que eres pesado. Ya te mostré que el Corán recoge el Misterio de la Encarnación de Cristo en María por el Espiritu Santo. Cuando atacamos al Islam es porque es una doctrina de odio criminal que persigue a los cristianos en todos los sitios que puede.

      Cuando estáis en minoría nos tratais de hermanos, pero cuando estáis en mayoría sacáis la espada. No trates de engañar a nadie.

      Te dejo que pongas un ultimo comentario de despedida, no trates de hacer propaganda.

    • Los moros (y los musulmanes en general) son falsos, cobardes e hipócritas. Cuando están en minoría van raspando los muros o contando las baldosas de las aceras. Son melosos, obsequiosos, rastreros, traicioneros, lloricas. Cuando están en mayoría o en simple situación de fuerza (siempre por el número) enseñan los colmillos de sus asquerosas fauces, nos echan su fétido aliento a la cara y nos saltan a la garganta. Los musulmanes siguen los preceptos de un pederasta, un bandido y un asesino. ¿Qué clase de personas pueden ser los creyentes en los mandamientos y enseñanzas de semejante escoria subhumana? Los musulmanes son personas que no se sienten violentados por la catadura de semejante «profeta», que ven normales las prédicas y consideran ejemplar la vida de semejante basura al que nadie en su sano juicio dejaría cruzar el dintel de la puerta de su casa, un individuo que en un país normal terminaría sus días encerrado por criminal y pervertido, un degenerado del que todo padre normalmente constituido mantendría a raya de sus hijas pequeñas, un vicioso malvado y sanguinario que merecería morir en cualquier húmedo callejón comido por los perros callejeros.

    • Hanif

      No me llames hermano pues eres musulmán y yo no lo soy, y pienso de los musulmanes lo que acabo de dejar escrito. Soy hermano de los perros, los gatos, los pajarillos del monte y hasta de los árboles, pero no de los musulmanes. Yo soy un Hombre y tú eres un Orco. Quien cree en Alá y sigue las prédicas de su puto profeta vale menos que las cagarrutas de las cabras. Es basura que no quiero cruzarme en mis calles.

  4. Sigo leyendo los comentarios a esta noticia y pienso que habría que aclarar algunos puntos a ese señor que se apoda Hanif, es lo siguiente: tú nos dices que se siente dolor por esa bajeza, reprimimos nuestra ira y nos tragamos el coraje…si así lo dices será porque tú mismo lo experimentas en tu propio cuerpo y crees que todos somos iguales, no es verdad? pues te diré que fallas en este primer punto ya que si yo, como católica, siento tristeza y dolor al ver una blasfemia tan atroz «no es por mi ira, mi orgullo ni mi coraje» sino sencillamente «porque estais ofendiendo a Dios Nuestro Señor que es mi Padre, mi Creador, y por lo tanto no puedo permanecer indiferente», comprendes? si fuera por orgullo ó amor propio debería seguir el ejemplo de Nuestro Señor y callarme, saber humillarme, en este caso a quién ofendeis es a Dios y no puedo permanecer callada. Ofendeis porque os sale gratis…sois vosotros los que ofendeis, los que os dejais llevar por el odio y actuais por instinto, los que creeis que matando infieles conseguireis el gordo de la primitiva!!!! Pues no majo, estais totalmente equivocados. Lo que sucede es que no podeis tolerar que fueron quitados de las tierras que usurparon y ahora quereis reconquistar y hacer creer que sois «pacíficos, tolerantes y bondadosos». Lógicamente, la culpa no es tuya sino de quienes están por encima tuyo y les han lavado el cerebro con tantas mentiras.

    En segundo lugar crees que poniendo un link «se sabrá la verdad». ¿Qué verdad?, ¿Qué es la verdad para ti? Evidentemente te has equivocado de blog…

    Por último, dices que rezas por nosotros. Si fuera que rezas al único Dios verdadero, Uno y Trino, te pediría encarecidamente que reces por mi y por los mios, sin embargo al rezar a otro distinto por favor, no lo hagas, emplea ese valioso tiempo en intentar enmendar tu vida buscando la Verdad. Aunque no te conozca rezaré por ti para que la venda que cubre tus ojos y el odio que llena tu corazón te abandonen y puedas no sólo arrepentirte sino convertirte.

  5. Gracias AMDG por el elogio, sin embargo no lo merezco porque no digo nada nuevo, sencillamente intento hacer ver la realidad de una manera quizás distinta a la que nos han venido acostumbrando.

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