
La líder conservadora también rechazó tajantemente la imposición de cotas a la llegada de refugiados, una exigencia de su partido hermano bávaro, la Unión Cristianosocial (CSU), con la que esta formación podría ejercer presión de cara a la firma de una coalición de Gobierno tras las elecciones de septiembre. «No voy a aceptar la imposición de un límite de refugiados», dijo, mostrándose partidaria de reducir el número de peticionarios de asilo mediante políticas de desarrollo en los países de origen de los refugiados.
De aquí: Merkel defiende que Alemania ya está incrementando su inversión.
Sin embargo, va a ganar las elecciones de calle.
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