Trágala, trágala, vil obispón, trágala, traga la televisión

De la cuarentena que sufrimos llaman la atención muchas cosas. En lugar destacado está la postura cobarde de la Iglesia católica, la española en particular.

El decreto de confinamiento, ilegal según algunos porque suspende el derecho de circulación, que no puede hacerse mediante una declaración de estado de alarma, dejaba libres las actividades religiosas, tomando las medidas adecuadas de separación. Los obispos fueron más allá enseguida, no solo eliminado las celebraciones litúrgicas públicas, sino cerrando las iglesias, en las que no se puede entrar tampoco para la oración privada o la visita al Sacramento.

En efecto, la iglesia ha dejado de ejercer sus derechos y nuestros autoridades civiles y los medios, gobernantes, impíos declarados, la han seguido pisoteando. Pues bien, a pesar de ello, la Iglesia de Cristo sigue mostrándose servil ante ellos. No se entiende, pero aquí están los hechos:

La Iglesia ha dejado de ejercer sus derechos, porque no tiene que pedir autorización para la celebración de actos como procesiones, sino simplemente informar a las autoridades (Enésima amonestación a la prelatura española por vulnerar la ley. Por el coronel Efrén Díaz Casal):

Convendrán Vds conmigo en que la actuación de Monseñor Francisco Javier Martínez Hernández, arzobispo de Granada, no se distancia de la del resto de la prelatura, incluido él mismo, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública solicitando autorización al respectivo ayuntamiento con la consiguiente vulneración  de la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, que dispone que “la celebración de reuniones en lugares de tránsito público y de manifestaciones deberán ser comunicadas por escrito a la autoridad gubernativa (delegados o subdelegados del Gobierno) correspondiente por los organizadores o promotores de aquéllas”.

Desde hace 3 años estoy reiterando a Vds, hasta ahora en vano, que deben tramitar los actos religiosos en la vía pública de acuerdo con  lo establecido por la precitada Ley Orgánica 9/1983, recibiendo respuestas como la del arzobispo de Santiago de Compostela, Monseñor Barrio, quien a través de su Canciller Secretario D. Elisardo Temperán, me comunicó que el prelado no respondía a mi requerimiento al respecto porque ya se me había respondido con el silencio del resto de la prelatura, o la del arzobispo de Oviedo quien a través de su secretario D. Manuel Alonso me comunicó que siempre habían “solicitado autorización al ayuntamiento” y que, como no habían tenido nunca ningún problema, se disponían a continuar en la misma línea.

Están avisados y sin embargo siguen comportándose como una panda de capones.

Las autoridades civiles, impías declaradas como se ha dicho, tienen tomada buena nota de esa cobradía y aprovechan para humillarles. Prueba de ello es este episodio: La policía interrumpe la celebración del Viernes Santo en la catedral de Granada. Había 20 personas en una catedral, una concentración mucho menor que la que hay en cualqueir mercado. Desde el artículo se puede ver un video del obispo pidiendo disculpas.

El soplo lo dio algún vecino rojillo, naturalmente. Mucho más grave es la explicación que han dado los mandos políticos de la policía, mintiendo descaradamente: La policía miente: el desalojo de la catedral fue ilegal.

Sobre el tratamiento que recibe la Iglesia en los medios, ocupados por rojos y ateos, no hace falta insistir. Sin embargo, nuestros obispos se muestran así de obsequiosos, o mejor dicho, serviles y abyectos (La Iglesia española da públicamente las gracias a los medios):

En estos momentos difíciles, los medios de comunicación nos permiten conocer lo que está ocurriendo con todos sus matices y sus complejidades, ponen en contexto las informaciones y dan respuesta a nuestras preguntas. Además, difunden las indicaciones que señalan las autoridades competentes, que hemos de vivir en este momento como sociedad, y ayudan a desmentir las noticias falsas y los bulos que pueden angustiar o hacer caer en la desesperación o el desorden. Vuestro servicio es esencial para una sociedad que ama la libertad y la verdad.

Después de dar gracias a los medios que les fustigan un día no y otro también podemos escuchar a uno de los cabecillas de estos obispos juramentados, expresidente de la Conferencia Episcopal, repitiendo las consignas del gobierno socialcomunista (Contra la pandemia, el obispo Blázquez invoca el “espíritu de la Transición”):

Blázquez (…) para dirigirse a su grey con motivo de la peste que asola el mundo y que presagia un oscurísimo periodo de pobreza y dificultades, no recurre a nuestra fe ni a Nuestro Señor ni a la Santísima Virgen ni a ninguno de los numerosos santos de nuestro santoral como primera providencia, sino al ‘espíritu’ de ese periodo de apaños que culminó en un régimen abortista y rendido a las leyes de género, la (Santa) Transición.

(…)

… si uno se abstrae de las precriptivas fórmulas religiosas, está ante un mensaje indistinguible del de cualquier ‘coach’ ocasional de estas fechas, hasta en la más que manida frase de que “solo unidos venceremos esta pandemia”.

Estos del mensajes, el de los pactos de la Moncloa y el eslogan de “esto lo arreglamos entre todos” han sido precisamente invocados por la izquierda atea para sus maniobras de propaganda. Causa algo peor que desasosiego ver este alineamiento ideológico.

Pero, evidentemente, no es solo él, sino toda la cúpula vaticana, vendida a la globalización de la Sinagoga de Satanás, al Anticristo:

Pues eso: trágala, trágala, vil obispón, trágala, traga la televisión.

Dos noticias para quitar el mal sabor de cosa que dejan estos apóstatas: en Croacia, un sacerdote ofició el domingo de Pascua contra las recomendaciones de su obispo y de las autoridades.  En no todos los sitios son los católicos tan calzonazos. Ni que decir tiene, la prensa les ha criticado, y las autoridades procederán contra ellos. En particular contra los patriotas que se atrevieron a mostrar los símbolos prohibidos de los nacionalistas croatas. Croacia: nacionalistas acusados por protestar por el cierre de las iglesias en Pascua

Y en California, tres congregaciones cristianas, han puesto una demanda al gobernador (Churches Sue California Governor Over Antivirus Orders):

RIVERSIDE, California (AP) – Tres iglesias del sur de California que desean mantener sus puertas abiertas durante el brote de coronavirus demandaron al gobernador Gavin Newsom y otros funcionarios el lunes, argumentando que las órdenes de distancia social violan el derecho de la Primera Enmienda a la libertad de religión y reunión .

La demanda, presentada en la corte federal para el Distrito Central de California, también nombra al Fiscal General del estado Xavier Becerra y a los funcionarios de los condados de San Bernardino y Riverside.

La demanda busca bloquear la orden de permanencia en el hogar de Newsom de un mes y dos órdenes del condado diseñadas para frenar la propagación de COVID-19 haciendo que la mayoría de las personas se queden en casa, cerrando negocios, excepto aquellos que se consideran esenciales y excluyendo las reuniones de grupo. Las órdenes no enumeran los lugares de culto entre la infraestructura crítica donde se permite el contacto cara a cara.

Todas ellas protestantes, claro está. La Iglesia católica ni está ni se la espera.

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