Gayle Williams, voluntaria de una organización caritativa británica, trabajaba desde hacía tres años en Afganistán ayudando a minusválidos. Fue asesinada en Kabul por seguidores de la religión de la paz que alegaron que «trabajaba para una organización que predicaba el cristianismo».
Insisto, dejémosles en paz, y que se mantene entre ellos. La caridad cristiana no exige el suicidio, sino que lo condena.
Descanse en paz.
supongo que una progresista