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Las revelaciones de un general francés han puesto en entredicho la versión oficial sobre la muerte de siete monjes católicos en Argelia, una masacre sucedida en 1996 y atribuida a un atentado islamista. Según ha declarado el militar ante el juez que investiga el caso a instancias de la orden a la que pertenecían los religiosos, los asesinatos fueron obra del ejército argelino con la connivencia de Francia, que habría contribuído a tapar el asunto.
Esta es la segunda vez en pocas semanas que testimonios inesperados llevan a la justicia a escarbar en las cloacas de la República. El pasado 19 de junio salió a la luz que otro atentado, que en el 2001 costó la vida a 11 ingenieros franceses en Karachi, no habría sido obra de Al Quaeda, como se creyó entonces, sino de un acto de represalia instigado por agentes del Gobierno paquistaní por el impago, por parte de Francia, de unas comisiones a cambio de la compra de submarinos. Los ingenieros trabajaban en la construcción de los citados submarinos.
De acuerdo con la versión del general Buchwalter, los monjes de la orden cisterciense trapista que residían en la población argelina de Tibéhirine también fueron víctimas de un oscuro asunto de Estado.
Cortar la cabeza
Este antiguo miembro de los servicios secretos franceses revela que el Ejército argelino ametralló a los religiosos supuestamente secuestrados por miembros del grupo islamista GIA. Una vez muertos, a los monjes se les cortó la cabeza para demostrar que habían sido ejecutados por los extremistas. El asesinato de los monjes fue utilizado por el Gobierno argelino para sensibilizar a occidente sobre la peligrosidad del islamismo. Francia renunció a investigar el asunto.
«Todo el mundo observó el silencio ordenado por el embajador», sostiene Buchwalter en su declaración judicial. Todos menos los cistercenses. Ante indicios sospechosos como el rechazo del Ejército argelino a mostrar los cadáveres, la orden decidió pedir una investigación judicial presentandose como acusación civil.
Prueba incriminatoria
La hipótesis que defiende el general Buchwalter, en la época agregado de defensa de Francia en Argelia, ya había sido objeto de artículos periodísticos basados en las contradicciones que rodeaban la muerte de los siete religiosos católicos que conmocionó a la comunidad.
La declaración del general constituye testimonio incriminatorio de primer orden. Así lo destaca el abogado de la parte civil, Patrick Baudouin: «Estas revelaciones son extremadamente creíbles. Ilustran las mentiras de las autoridades argelinas, pero también el silencio cómplice del Estado francés»
Pero no es la primera vez que se comenta (Los cadáveres de los dos soldados israelíes entregados fueron destrozados. Y ahora se sabe que los siete cistercienses asesinados en Argelia en 1996 lo fueron por el gobierno, para justificarse.):
Relacionado con esto. Nos recuerda Gallia Watch el caso de los siete monjes cistercienses asesinados en Argelia en 1996. Se dijo que fueron asesinados por los islamistas del GIA, pero están surgiendo testimonios que apuntan a una operación del gobierno, para justificar su acción contra el GIA. De los monjes solo devolvieron las cabezas.
Ahora se implica a la Republica Francesa por conivencia
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