Los Reyes Católicos, de Luis Suárez (11): Llanto sobre Granada

Capítulo anterior:  Los Reyes Católicos, de Luis Suárez (10): La decisión de Tarazona

Se reanuda la guerra de Granada. Boabdil está neutralizado. Se ataca al Zagal. Cae Álora, después Ronda. Los elementos más fanáticos se van concertando y ejerciendo una resistencia creciente.

p. 259: «De Inglaterra vino lord Scales … y con él otros trescientos caballeros que llevaban la cruz entre el pecho y la espalda. Uno de ellos a quien los documentos españoles llaman Pedro Alimanc, cayó prisionero en el cerco de Loja con su hermano y otros parientes. Vendido en Fez como esclavo, enamoró y convirtió a la hija de su dueño, que organizó la fuga, y en 1490 apareció en Córdoba llevando consigo la más gentil de las conquistas que puede hacer un caballero, su propia dama; y la reina Isabel fue la madrina de bautismo y de boda. No estamos relatando un argumento de novela, sino las noticias que nos proporciona los documentos más secos que cabe imaginar».

En Italia cambia el papa y hay de nuevo movimientos, hasta que Fernando logra diplomáticamente llegar a la paz de Florencia de 1486.

p. 264: «La paz de Florencia de 1486 es un acontecimiento de primera importancia en el reinado: proyectaba a Fernando, en su calidad de jefe del «Casal d’Aragó» a una posición que podemos considerar hegemónica en el Mediterráneo occidental. (…) Toda esta política en la que Isabel colaboró, poniendo a disposición del rey los recursos castellanos…».

Los castellanos iban mayormente de paganos de las veleidades de estos socios desagradecidos; como ahora, como siempre.

Cae Málaga, tras un asedio de varios meses. Los sitiados fueron reducidos a esclavitud, que podían rescatar por el pago de dinero. Los judíos lo hicieron así. Los musulmanes fueron en parte canjeados por prisioneros cristianos de Granada y obligados a irse a África o a distribuirse por las aljamas del reino.

El Zagal se concentra en Almuñecar, tiene también Almería y Baza, cuyo cerco fue aún más costoso. El Zagal se rinde. Se le ofreció un señorío reducido o compra de todo su territorio a cambio de 30.000 doblas. Escogió esto y se fue Marruecos, donde se le trató como traidor.

Al final queda solo Granada, en la que se entra, finalmente de acuerdo con Boabdil tras unas capitulaciones que más que generosas, me parecen tirar la casa por la ventana (Capitulaciones para la entrega de Granada a los Reyes Católicos). El rey moro intentó alguna jugarreta antes de verse forzado a entregar la ciudad después de dos años de tiras y aflojas.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*