¿Qué mejor forma que darle la vuelta a la tortilla de su famoso artículo “El error Berenguer” que esta?
Y es que la cosa se las trae:
Desde mi rincón sigo estupefacto ante el hecho de que todavía ningún sabedor de historia jurídica se haya ocupado en hacer notar a los españoles minuciosamente y con pruebas exuberantes esta estricta verdad: que no es imposible, pero sí sumamente difícil, hablando en serio y con todo rigor, encontrar un régimen de Poder público como el que ha sido de hecho nuestra Dictadura en todo al ámbito de la historia, incluyendo los pueblos salvajes. Sólo el que tiene una idea completamente errónea de lo que son los pueblos salvajes puede ignorar que la situación de derecho público en que hemos vivido es más salvaje todavía, y no sólo es anormal con respecto a España y al siglo XX, sino que posee el rango de una insólita anormalidad en la historia humana.
¿Pero cómo se puede decir una majadería de este calibre con semejante aplomo?
Por cierto, hoy sería crucificado por emplear la expresión pueblos salvajes para referirse a los indios y negros que aun usan plumas y taparrabos…
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