Para quien no conozca a este autor, la antología publicada por Cátedra puede ser buena primera lectura. Me han llamado la atención algunas cosas de estos cuentos.
Uno de ellos, “Cuenta y razón sobre las mujercillas de Palacio” es un documento sobre decisiones diversas tomadas por el intendente real sobre las bufonas que recuerda -por estilo, no por tono- a las Premáticas de Quevedo. Llama la atencion la que decide que una de ellas “se la eche por falsaria y haberse hecho la simple, sin serlo”.
Curioso anacronismo el que se lee en la túnica que narra el contento de la mujer del soldado al que tocó en suertes la túnica de Cristo: “No. En la Palestina no se hacía la guerra…”. Palestina recibió ese nombre más de cien años después de la muerte de Cristo. Lo precedente sería decir Judea.
La Conversión hace pensar en los cuentos de García Marquez, aunque no hay ningún comentario a ello en el libro.
En varios cuentos hay referencias a la Inquisición que reflejan un sentimiento de culpa patológico. Si en este mundo todo es bueno o malo relativamente, como pensaba el judío Espinosa, la Inquisición española fue buenísima, por las matanzas de judíos y de brujas que evitó.
Hay otro cuento estomagante, La Masía, en la que se nos presenta a Azaña en su última parada antes de irse al destierro como una víctima de “la España de derechas”.
Una buena antología, y una excelente lectura de aproximación a Jiménez Lozano. Aquí tenéis más sobre él.
Dejar una contestacion