El artículo trata de los EE. UU. y de los fondos de pensiones privados. La situación de los sistemas públicos no es mejor, pero lo que quiero destacar es que tampoco los planes de pensiones ni los ahorros privados son seguros ante una crisis que no solo es económica, sino social, política y demográfica:
No es de extrañar cuando, tal y como recuerda esa misma pieza, el año pasado el valor medio de las carteras de los 100 principales planes de pensiones corporativos en Estados Unidos se redujo un 21% mientras que sus compromisos de pago crecieron un 1,2%. Firmas como Caterpillar o Ford han vivido en sus activos movimientos de similar calado al de Boeing que, en el caso del fabricante de automóviles, puede ser la puntilla final que le lleve a la quiebra. Tal y como recoge esta noticia de Bloomberg, se trata de un mal generalizado. Las 1.500 mayores compañías norteamericanas acumulaban a cierre de 2008 un déficit de 409.000 millones de dólares frente al superávit de 60.000 de un año antes, lo que provocará que este año se produzcan contribuciones por un total de 109.000 millones. No hay que ser muy listo para adivinar que el comportamiento de los mercados financieros en lo que va de 2009 no contribuye de momento, ni mucho menos, a mejorar la situación. Una de las claves, sin duda, del recorte masivo de dividendos que se está viviendo en el mundo empresarial anglosajón y de las dudas sobre la supervivencia de algunos de sus miembros.
Ahorrar está bien, pero no es la solución ante el colapso demográfico que se avecina.
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