Los patriotas frente a esta monarquía al comienzo del 2020

El discurso de Navidad del rey Felipe VI ha suscitado las críticas de los patriotas por su tibieza, que en las actuales circunstancias equivale a cobardía. Los podemitas han elogiado precisamente esa tibieza, oliendo la claudicación. De Vox no me consta reacción, aunque esa referencia a huir de extremismos está también dirigida a ellos, tan monárquicos. Como no es la primera vez que un Borbon deja colgado de la brocha a los monárquicos, los patriotas, en su mayoría monárquicos deben tomar buena nota y prepararse para cuando el ciudadano Borbón tome las de Cartagena.

Varios artículos de opinión de la prensa patriota apuntan a esto.

Eduardo García Serrano le da un buen aviso en El Rey placebo :

Esos son sus poderes, Majestad, los batallones del pueblo que, probablemente a pesar de usted mismo y de su familia, le profesan a la Monarquía una lealtad acrítica nacida de la milenaria inercia histórica y reforzada en la memoria cantonal de la I República y en el recuerdo del terror rojo de la II República. Con eso hubiera bastado para que sus enemigos que, por serlo, lo son también de la Patria, comenzaran a volver grupas. Pero usted, Majestad, prefirió ser inocuo, y pronunciar un discurso placebo que no será ni su salvoconducto ni el de la Corona.

Otro aviso de la Federación de Plataformas Patriotas de España ante el discurso navideño del Rey

La voluntad de entendimiento e integrar diferencias que D. Felipe publicita en sus palabras se ha roto, y negarlo es un despropósito de funestas consecuencias.

La defensa e impulso de la igualdad, la solidaridad y la libertad como principios vertebradores de nuestra sociedad son ya inexistentes cuando prevalecen intereses particulares o provincianos frente al interés general, con cesiones en la justicia y el continuado riego de fondos públicos a un insaciable y manirroto nacionalismo en detrimento del resto de la nación, verdadero depositario de dichas riquezas.

Encerrarse en sí mismos como mal, no puede devenir en entregarse a modas extranjeras contrarias a nuestra cultura e idiosincrasia, promovidas desde intereses centrípetos que buscan romper la unidad nacional, alentados por intereses foráneos cuyo único interés son los mercados y el beneficio económico, jamás las personas que configuran esta nación.

A la corona le corresponde velar y hacer valer no solo la Constitución actual, sino la tradición secular que representa y de donde emana su única legitimidad, nuestra historia común, el derecho natural y las fuentes perpetuas que configuran la hispanidad, de cuya siembra nace nuestro presente y el futuro devenir. No queremos otro Fernando VII.

Enrique de Diego explica que ya ha dejado de creer en ellos en Por qué soy republicano:

Quizás sea necesario para acabar con la ficción del monarquismo de las derechas, en donde destaca por sus contradicciones Santiago Abascal que une un acendrado monarquismo con un acrisolado patriotismo. Craso error.

La solución para España sólo puede venir por la República, pero no bolchevique, no heredera de la Segunda República, no que avente los demonios familiares de los dos fracasos anteriores. Una República que vote al presidente en circunscripción única nacional, que extraiga su legitimidad de las urnas, y que debiéndole el cargo a todos no se lo deba a nadie; que pueda alzar la voz con autoridad y sin complejos. Que pueda hablar y actuar en nombre de España toda. Confío en que llegará el día en que la idea republicana, ni de derechas ni de izquierdas, se termine abriendo paso. Mientras tanto, no hay solución posible para el suicidio colectivo y a los republicanos o repúblicos de la República presidencialista nos queda comprar palomitas y asistir al triste espectáculo. Nos duele España, O España acaba con la monarquía o la monarquía acabará con España. He ahí el dilema, lo demás es comentario.

Bueno, este es el quid de la cuestión, para los que solo son capaces de pensar dentro de la democracia, claro está: ¿Se puede tener una república en que las derechas tengan opción a gobernar realmente sin que las izquierdas se echen al monte?. No sé si será posible, pero los patriotas tienen que prepararse para ello sin judgar todas las cartas a una monarquía sin agallas que además les hace desplantes, porque tarde o temprano esta monarquía se hundirá.

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