En uno de los casos destruyeron el altar mayor para robar algunas de las piezas, en el otro robaron el copón con el Sacramento:
«Sorrow – this is the feeling one has on seeing the damage done by the thieves in the church at Ploubezre; even more so in the Chapel of Kerfons. An entire ancient retable, a work of art patiently executed, a sign of a spiritual offering, torn apart for reasons presumed to be abjectly mercantile. A ciborium containing the consecrated wafers has disappeared.
Se echa de menos las condenas de nuestros dimos. Esos que hablan de crimen de incitación al odio cunado dejan un corán sucio o una loncha de jamón a las puertas de una mezquita.
En el mundo, y lo que llama mucho la atención, en países de tradición cristiana se ha levantado la veda para cazar cristianos y atacar impunemente sus propiedades y sus creencias, sin que la sociedad ni los poderes públicos reaccionen.
La Iglesia siempre ha ido contracorriente, pero en la actualidad se unen circunstancias graves que hacen que los tiempos venideros sean difíclies; la intransigencia islámica, el laicismo radical y el aburguesamiento agnóstico de muchos cristianos.
Menos mal que para los creyentes, está la fe en la victoria de Dios que si no era para estar nerviosos…