Tranquilos, lectores moderatis, los fascistas son los de los cócteles, vosotros, los que no os atrevéis a denunciarlo (no siendo que os llamen fascistas…) sois solos unos colaboradores pasivos de ellos.
Nos lo cuenta iskander: Ataque a la sede del MPS
Ayer hablábamos de un cobarde atentado con explosivos en una casa cuartel. Nada hay más rastrero que ir por la espalda con la ventaja que da la sorpresa de quienes no esperan ser atacados porque nada malo hacen para merecerlo. Pues ayer mismo por la mañana la sede madrileña del MPS fue atacada con esos cócteles molotov que casi señalan a los autores.
El pasado 19 de junio otro ataque armado y terrorista sucedía en las mismas condiciones. El año pasado varios de sus militantes que acudían a un tranquilo evento deportivo fueron víctimas de un intento de asesinato con armas blancas empuñadas por asesinos profesionales de la guerrilla urbana. La ultra-izquierda callejera no difiere en nada del terrorismo nacional.
En otro acto pacífico y cultural, como fue en mayo la proyección de películas en Becerril de la Sierra, los asistentes del MPS fueron atacados con palos y cadenas hiriendo los terroristas a una mujer embarazada.
Ya. Ya sé que al hablar de fascistas estoy dando por buena la manipulación comunista, y demás…
El atentado fue a las 3 de la madrugada y gracias a la estación del año que un vecino estaba tomando el fresco en la ventana y pudo verlo, sino estariamos hablando muy posiblemente de algún vecino muerto en el edificio.
Estos son los tolerantes y los no-fascistas y la prensa es esa que nos mantiene informados de cuanto pasa. Si hubiese sido una sede de Anti-jabón seguramente ya estariamos hartos de verlo en la tv
El hecho es que los fascistas no sabemos quíenes serán, pero los terroristas sí que sabemos quíenes son: propablemente sharps, anarquistas o directamente «guarros».
Parece que están muy activos últimamente y han subido un grado el nivel de sus actos de terror. Recordad los atentados sufridos por varias Iglesias.
¡Antifa! ¡Menos lucha y más ducha!
Decía un buen amigo mío: «para evitar la okupación pon en tu puerta jabón»