Este es el tercer artículo de la serie Los sonámbulos; cómo Europa fue a la guerra de 1914.
La parte II del libro se titula Un continente dividido. Es quizás el menos interesante para el público, entre el que me cuento. Es también el más engañoso, porque se deja de lado al gran protagonista: el Imperio Británico.
El primer capítulo de esta parte (tercero del libro) se titula: La Polarización de Europa, 1887-1907. Al principio de este período había una red de alianzas múltiples; al final de él, Europa estaba polarizada en dos grupos de aliados. De una parte, Inglaterra, Francia y Rusia; de la otra, Austria, Alemania e Italia. Respecto de Italia, se sabía que no era un aliado fiable. Se dice de este país que nunca acaba una guerra en el bando en que comienza. No deja de tener mérito, aunque no comporte mucha honra.
Como indicado, detrás de todo ello estaba el Imperio británico, cosa que el libro no trata. Inglaterra deja de ser un aliado de Prusia y estra enfrentada a Francia y Rusia a tender la mano a Francia (principal enemigo continental, con choque colonial en África además) mediante la Entente Cordiale, y a acecharse Rusia (cuya expansión continental la lleva a topar con Inglaterra en Irán, India y China). Francia y Rusia son además están aliados contra Alemania.
El libro no dice ni pío de los manejos británicos. Al contrario habla de “Las amistades peligroso de Rusia y Francia” (que habrían arrastrado a Inglaterra). La Francia republicana, masónica y anticristiana se alía con la Rusia zarista contra la Alemania reunificada que había recortado el mapa de Francia tomando Alsacia y Lorena.
Inicialmente, Rusia tiene una alianza con Prusia, pero al final están enfrentados. No queda muy bien explicada la razón. Cabe sospechar que se trata de las presiones conjuntas de Inglaterra y Francia.
Inglaterra juega magistralmente. Primero desactiva el choque colonial con Francia en África, después ayuda a Japón a parar a Rusia en Extremo oriente (guerra ruso japonesa). El tratado naval con Japón, libera la marina inglesa de la protección de la India. Puede ahora cercar a Alemania.
Alemania llega tarde al reparto colonial de África, se siente aislada, amenazada por el supuesto futuro de Rusia y después se ve cercada.
El acoso directo a Alemania comienza con la progresiva ocupación francesa de Marruecos en 1907 (ver aquí y aquí). El asunto se desarrolla más adelante en el libro.
El segundo capítulo de esta parte (cuarto del libro) se titula Las muchas voces de la Política Exterior Europea. Me ha resultado el menos interesante de todos. Muestra que había muchas voces, no siempre conjuntadas, en la política exterior de cada país. Muchas veces hay notables disonancias entre el ministro de exteriores, el de guerra (antes no se usaba esa mariconada de “Ministerio de Defensa”). Inglaterra está exenta de todo ese abigarramiento ministerial. La política exterior entre1905 y 1926 está en manos de Eduardo Grey. Completamente. Su método es el secreto. Es un personaje clave en todos estos acontecimientos.
El capítulo hace también un repaso a la prensa, que actúa muchas veces como mensajera de los gobiernos.
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