Los sonámbulos; cómo Europa fue a la guerra de 1914 (4): Las guerras balcánicas de 1912 y 1913

Los sonámbulos; cómo Europa fue a la guerra de 1914Este es el cuarto artículo de la serie Los sonámbulos; cómo Europa fue a la guerra de 1914.

El capítulo 5 se titula Enredos balcánicos y trata de las dos guerras balcánicas que tienen lugar en los dos años anteriores al desencadenamiento de la PGM. La primera frase del capítulo lo dice explícitamente: “La Primera Guerra Mundial fue la Tercera Guerra de los Balcanes antes convertirse en la Primera Guerra Mundial”.

Todo empieza con el ataque de Italia a Libia, territorio otomano, con el permiso de Inglaterra el 5 de enero de 1912. Primera guerra con bombardeos aéreos. Esta iniciativa colonial había sido a su vez desencadenada por la de Francia sobre Marruecos. En Octubre de 1912, Bulgaria, Grecia y serbia atacan al Turco, cuyos territorios europeos quedan reducidos a Constantinopla. Aquí hay un mapa de antes y después. Los serbios no quedan contentos con el reparto, lo que provoca una segunda guerra, en la que Bulgaria pierde parte de sus adquisiciones. Serbia y Grecia se reparten Macedonia.

Rusia tiene intereses en la zona, además de la afinidad étnica y religiosas con los serbios. Se llega a decretar una movilización parcial, para intimidar a Austria. Pudo haber desencadenado un aguerra, pero se consiguió contener. Diplomáticamente, Rusia tuvo que escoger entre favorecer a Serbia o a Bulgaria, rivales en la zona. Se decantó por Serbia.

Tras las Guerras balcánicas, la política regional de Austria quedó descabalada. Para contener a Serbia se apoya la creación e independencia de Albania. Pero la precepción general es la de una Austria debilitada.

Gracia a Rusia refuerzan su alianza defensiva. Francia se compromete intervenir en caso de ataque de Austria a Rusia apoyado por Alemania. De hecho Francia, en particular su presidente Poincaré, anima una política activa de Rusia en los Balcanes.

El capítulo 6 se titula Contención y Peligro, 1912-1914. Las conversaciones entre los emperadores de Alemania y Rusia de verano de 1912 no se materializan en ningún pacto, porque no concuerdan con la trayectoria del ejecutivo ruso ni los acuerdos con Francia ye Inglaterra.

Hubo otro acercamiento informal de entendimiento entre Inglaterra y Alemania. También falló. La sensación que da es que no fue u intento real por parte de Inglaterra. Los primeros contactos se hacen a través dos intermediarios, el armador Albert Ballin y el banquero británico Ernest Cassel. Presentí algo, y acerté: judío y judío (este judío “mojado”, se hizo bautizar). En todo caso, Inglaterra había decidió apaciguar a Rusia, con la que había enfrentamientos imperiales, y enfrentarse a Alemania

Por su parte, Alemania empieza a temer a Rusia. Se considera que está a punto de despegar económicamente y que o se la ataca ahora, o atacará a Alemania en un futuro. Un cierto ambiente de fatalismo invade los círculos militares y políticos al respecto.

El acercamiento de Alemania al imperio otomano, único aliado disponible, materializado en la construcción del ferrocarril de Constantinopla a Basora y la ayuda militar, desata la contraofensiva de Inglaterra que se hace con la gestión del último tramo del ferrocarril, en Basora.

El capítulo, y la Parte II, acaba con una referencia a una supuesta “crisis de masculinidad” (los protagonistas de todo esto serían hombres que se comportaron como adolescentes en el patio del colegio, etc.) y se plantea –y esto es mucho más relevante- en qué medida la guerra era inevitable dados todos los acuerdos y alianzas de las partes. Concluye que hizo falta un detonador, que la situación podría haberse desactivado evitando el desenlace que tuvo.

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