De acuerdo con la política, los refugiados deben ser enviados a casa cuando las condiciones en sus países de origen se consideran lo suficientemente seguras para que esto ocurra. El proyecto de ley también implica una asignación de integración reducida y oportunidades limitadas para los sindicatos familiares de inmigrantes. Además, los permisos de residencia se convertirán temporalmente en una regla, y será más fácil retirarlos o no extenderlos.
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