Sucedió el pasado sábado. Es conmovedor:
Sábado por la mañana, el representante de la Iglesia Ortodoxa de Grecia, el archimandrita Ignatios D. Sotiriadis, habló en la reunión general del Sínodo de los Obispos dirigiéndose directamente al Papa:
«Santidad, nuestra sociedad está cansada, enferma. Busca, pero no encuentra. Bebe, pero no se sacia. Nos exige a los cristianos una sola fe, una voz unida. ¡Esa es nuestra responsabilidad como pastores de las iglesias el siglo XXI!
También es la misión primera, histórica y extraordinaria del Primer Obispo de la Cristiandad, el que preside en la caridad y, sobre todo, de un Papa que es Magister Theologiae (Doctor en Teología): ser signo visible y paternal de unidad y llevar a toda la humanidad hacia Cristo Redentor, dejándose guiar por el Espíritu Santo y la Sagrada Tradición, con sabiduría, humildad y fortaleza, con todos los obispos del mundo, co-sucesores de los Apóstoles.
Ese es el deseo de quienes se sienten en sus corazones la nostalgia dolorosa de la Iglesia indivisa ¡Una, Santa, Católica y Apostólica! Pero también el deseo de aquellos que, el día de hoy, en un mundo sin Cristo, le dirigen una vez más, con pasión, confianza filial y fe, el grito de los apóstoles: «Señor, ¿dónde podríamos ir? Tu tienes palabras de vida eterna»
Daos cuenta de que es una petición presentada casi como una exigencia. Pocos jefes de estado se dejarían reconvenir públicamente de esa manera por el embajador de un país mucho menos poderoso. Esto es una lección para quiens hablan de libertad de expresión, tolerancia y demás monsergas.
Pues eso, que cada día me caen mejor los cismáticos 🙂
…porque aquellos Cismáticos fueron los que más han sufrido y aguantado las penurias de los infieles de oriente…