Esperando la tormenta

ESPERANDO LA TORMENTA

El problema es el islam, no el islam integrista. Esto último no es más que un invento de intelectuales europeos que nos quieren hacer creer que existe otro islam que no sería extremista, el famoso islam de los moderados. No existen dos islam, uno moderado y otro integrista, existe el islam integral. El islam es integral o no es. El islam y el islamismo están tan intimamente ligados como el acohol y el alcoholismo. Los excesos etílicos y coránicos desembocan irremediablemente en una inflamación del higado y del cerebro respectivamente. La jihad es al islamismo lo que el delirium tremens al alcoholismo: una consecuencia inevitable, una patología inherente.

Esta ficción de los dos islam ofrece a los políticos occidentales la coartada necesaria para no poner fuera de la ley el islam en bloque. Pues si admitieran la verdadera naturaleza del islam, eso los llevaría a ilegalizarlo de inmediato por incompatibilidad total con los valores y los principios que rigen las democracias occidentales y con las propias leyes de esos países. No queremos reconocer al enemigo para no tener que hacer el esfuerzo de combatirlo. Es el caso del alcohólico que se niega a admitir su adicción para no tener que someterse a un tratamiento.

El absurdo mayor proviene de que en nombre de unos valores y unos principios, nos impedimos actuar en defensa de esos mismos valores y principios contra aquellos que quieren destruirlos. En nombre de la tolerancia, toleramos la intolerancia; en nombre de la no-violencia, nos sometemos a la violencia, etc. La situación es delirante, kafkiana, irracional, y a la postre insostenible, pues nos lleva directamente al suicidio. Tolerar la intolerancia, ceder ante la amenaza, humillarnos ante la agresión, negarnos a nosotros mismos las armas para la defensa, admitir un derecho superior al propio, inclinarnos ante la ley de nuestro enemigo, entregar el cuello al verdugo, todo eso junto (y hasta por separado) es la vía más segura y directa para desaparecer. Este es el veneno distilado por la religión de los derechos humanos, el antirracismo, la democracia y la alianza de civilizaciones. Pareciera que el etmomasoquismo de los europeos haya generado un deseo irrefrenable de muerte colectiva en Occidente. Les estamos dando la cuerda al islam para que nos ahorque con ella. Subiremos al cadalso cantando loas a la multicultura, a la diversidad, al diálogo intercultural y salmodiando las alabanzas del islam, religión de paz, amor y tolerancia.

La política de apaciguamiento (rastrero entreguismo, en román paladino) hacia el islam busca comprar paz a cambio de ceder parcelas del espacio que nos es propio e inalienable. Pretendemos ponernos a salvo (¿pero por cuanto tiempo y a qué precio?) haciendo concesiones cada vez más inasumibles para nuestra sociedad, nuestro sistema de valores y nuestro ordenamiento legal.

Los ilusos irresponsables que gobiernan Europa, colocados ante el fruto de su desidia e incompetencia, que es la amenazante perspectiva de una ofensiva islámica en todos los frentes, incluido el terrorista, se desviven en multiplicar los gestos de buena voluntad que supuestamente han de calmar a la fiera que hemos cobijado en nuestra propia casa y que ya nos muestra los dientes. Para evitar la aterradora posibilidad de una atentado semanal en las calles de nuestras ciudades y una sublevación permanente a escala continental, preludio de una guerra insurreccional, los vendepatrias que nos están llevando al desastre están dispuestos a transigir con el velo, con las mezquitas, con la poligamia, con la sharia incluso, y antes que nada (quien hace lo grande hace lo pequeño) con medidas cada vez más generosas de discriminación positiva en favor de los musulmanes en el terreno social, laboral, asistencial, escolar, jurídico, etc. Con tal de mantener la paz y que no corra la sangre, les iremos entregando nuestros países poco a poco, anticipándonos incluso a sus reclamos y exigencias.

El error es colosal. Sometido permanentemente al chantaje, una vez que hemos cedido en un punto, por pequeño que este sea, el chantajista, crecido con el éxito de su maniobra, engolosinado por esa recompensa lograda a punta de amenaza, elevará el nivel y la frecuencia de sus extorsiones, sin que exista nunca la posibilidad de saciarlo. Entrar en esa dinámica nos condena a un fracaso estrepitoso, pues al momentáneo respiro que nos puede proporcionar la entrega una vez de lo exigido, le sucederá pronto un desasosiego aún mayor ante la pronta repetición del chantaje, siempre en crecimiento cuantitativo y cualitativo irrefrenable. Ceder ante un criminal sólo puede significar en el mejor de los casos «pan para hoy y hambre para mañana», y en el peor, encadenarse a la tiranía de una esclavitud sin remedio. El problema no se soluciona, por el contrario crece y lleva camino de desembocar en el sometimiento completo ante aquello que se debiera de haber neutralizado sin contemplaciones desde un principio.

Sometimiento es el nombre del futuro de Europa. Islam significa precisamente eso: sumisión. Las políticas irresponsables y criminales que los dirigentes europeos vienen imponiendo desde hace décadas a sus pueblos, sin consultarlos nunca sobre esas cuestiones vitales, desembocarán en la quiebra de una civilización y la esclavitud de todo un continente sometido al yugo de una ideología totalitaria llamada islam. Eso o una guerra de liberación continental contra ese abyeto proyecto de dictadura medieval antihumana. La alternativa es dramática: el silencio de los corderos o sangre en las calles.

La construcción europea se asemeja mucho a esa falta de inteligencia y previsión que lleva a veces a algunos insensatos a construir sus casas en el terreno llano y despejado de cauces secos de ríos pretéritos, antaño caudalosos. Mientra el cielo se muestra clemente y riega escasamente las fuentes del antiguo río, las buenas gentes duermen plácidamente ignorantes de que su tranquilidad (que no reposa en la seguridad sino en la inconsciencia) es sólo la antesala de un desastre programado en el caprichoso e impiadoso reloj de la naturaleza. Un buen (o un mal) día, el cielo revienta en una tromba antediluviana y todo vuelve brutal y repentinamente a su lugar ancestral. Los errores se corrigen de golpe, lo torcido se endereza súbitamente. Arena que se lleva el agua…

Sobre la cabeza de los europeos, negros nubarrones se están acumulando. Ya no hay paraguas ni chubasqueros que nos puedan proteger del diluvio por venir. Unas cortas y nerviosas ráfagas de viento sacuden el aire, anticipando la tormenta. Un rumor de hojas temblorosas se eleva de las arboledas. En el cielo oscuro unas bandadas de pájaros pasan como flechas y se pierden en el horizonte. Un lejano relámpago enciende la tarde. Unas primeras gotas frías han empezado a caer.

32 comentarios

  1. Un momento de este proceso que describes y que será harto interesante, atropológicamente hablando, será el de las conversiones voluntarias masivas aún no inducidas ni obligadas. A la inmigración masiva seguirán las conversiones masivas. No hablo ahora de las que, condenables de todas formas, tengan lugar cuando los musulmanes hayan tomado totalmente el poder e impongan sanciones (económicas, por ejemplo) a todos los no musulmanes y sólo los mejores de nuestra estirpe resistan la «muladización».

    Me refiero a un momento anterior, cuando aún el poder no esté en manos de ellos pero su influencia social sea creciente. Es probable que veremos convertirse piadosamente a la «religión de la paz» a tanto intelectual y tanto burgués laicista y ateo que hoy lucha denodadamente por la separación Iglesia/Estado pero nada tiene que decir de la tremenda influencia masónica en este mismo estado (lo mismo, multiplicado por mil, sirve para Francia).

    Ya ha habido notables casos de marxistas y progres varios convertidos voluntariamente al Islam. Este fenómeno es muy probable que se generalice. Y es que desestructuración mental (culpa, auto-odio, provocado por idelogias de las que hemos tratado abundantemente aquí: marxismo cultural, izquierdismo, estudios de género, feminismo, indigenismo, etc.) y conveniencia económica (y repárese en algo aún no muy frecuente en nuestra nación, pero sí en otras, como la compra de medios de comunicación por musulmanes) harán palanca para estimular las conversiones al Islam.

    Sólo resta añadir algo que ya he dicho en otras ocasiones. Todo este proceso lo será también de selección natural, donde sólo los mejores individuos y las mejores estirpes se resistirán a mezclarse o a convertirse, separándose así lo que de nuestra raza española es digno de lo que no pasa de ser hez (colaboracionistas, muladíes o conversos, mestizos y mestizados, etc.). Como hace 1200 años.

  2. «Ya ha habido notables casos de marxistas y progres varios convertidos voluntariamente al Islam.»

    Se me viene a la mente Roger Garaudy, que por otra parte tiene trabajos interesantes en materias que pocos se atreven a tocar desde ciertos ángulos. Creo que se trata, para estos marxistas, de un simple cambio de religión.

    Empecé no más tarde que ayer a leer un libro de Arnold J. Toynbee, «La civilización puesta a prueba» de 1947, donde precisamente dice algo interesante a ese respecto.

    «En época tan reciente como el siglo XVI, el islam inspiraba en los espíritus occidentales la misma histeria que les inspira el comunismo en el siglo XX, y ello fundamentalmente por las mismas razones. Al igual que el comunismo, el islam era un movimiento antioccidental que al mismo tiempo constituía una versión herética de una fe occidental (el cristianismo); y, al igual que el comunismo, blandía una espada espiritual contra la que no había defensa de armamenteos materiales.»

    Es poco probable que la derecha (política, intelectual, etc…) proporcione demasiadas unidades al ejército de conversos que habrá tarde o temprano. La izquierda formará el grueso de las conversiones. A medida que el islam gane terreno y acreciente su poder, se volverá más atractivo para algunos. Lo bueno de esas conversiones será que separará la paja del trigo. Una vez que cada cual elija su bando, empezaremos a ver más claro.

  3. Arjun, estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has dicho, linea por linea. La cuestion ahora es: como transmitirlo al gran publico, ponerlo en marcha, que la gente de fuera de internet (blogs, facebook y demas) conozcan la realidad del islam. Como salir a la calle, transmitir la idea y sobrevivir a ello.

  4. «Como salir a la calle, transmitir la idea y sobrevivir a ello.»

    Yo he salido a la calle, he transmitido la idea y he sobrevivido a ello. Pero me ha costado lo mío. He dejado algunas plumas sueltas por ahí.

  5. Yo conozco algunos mestizos y mestizas y no me parecen aborrecibles.

    Cruzado, como sabes es muy dificl movilizar al personal. Les queda aún mucha crisis que chupar, y tengo cada día más dudas de que despierten.

  6. AMDG, seguramente tú conoces algunos mestizos muy guays. Pero yo he conocido a muchísimos y por eso no quiero ni a los guays, cultos y educados. Todo es cuestión de tiempo, irán en contra tuya. Es su naturaleza.
    Por otra parte, tienes mucha razón, es muy difícil movilizar al personal. Pero despertarán, no les queda otra opción. Oh sí, desaparecer. Pues veremos qué sucede…..
    saludos.

  7. No lo he leido…todo… pero sobre las conversiones masivas… yo lo que pienso es que serán hacia el cristianismo..

    Por un lado no es facil que una moral tan puritana como el Islam sea «popular» en una sociedad de consumo tan acostumbrada al placer y al hedonismo.. y por el otro carecen de una teologia realmende madura… en internet cuando ambas partes se comprometen a debatir como buenos caballeros.. nosotros nos los comemos con patatas.. (sin necesidad de faltarles el respeto).

    Habrá una crisis, un conflicto que nos traerá dolor, sangre, sudor y lagrimas, pero a largo plazo nosotros ganaremos. El único dilema es cómo hacerlo de la forma más honorable posible..

  8. Sí Antiwahab, el conflicto llegará y es muy cierto que nos traerá mucho dolor, sangre y lágrimas. También sudor.
    Y hacerlo de la manera más honorable también. Pero tenemos que ganar, mientras más honorablemente pues mejor nos sentiremos. Pero si perdemos el honor por el camino, pues será un precio a pagar. Yo me siento muy a gusto conmigo misma sabiendo que soy una persona honorable, pero no antepondré mi honor a la vida y el honor de mis hijos.
    Es como tú dices: de la forma «más honorable posible». Si se puede mucho pues mucho, si poco pues poco.
    Saludos.

  9. Estoy con Joana en este asunto del honor.

    Es difícil enfrentarse honorablemente a un pueblo invasor que no conoce nobleza ni honor. Para ellos es plenamente lícito mentir al «infiel» si va en beneficio de la expansión del Islam. A esta mentira le llaman taquyya. Cualquiera que haya tratado con ellos sabe que no le dan ningún valor a la verdad ni a la palabra dada y que no tienen ningún tipo de limitación hacia el no musulmán, ni en la paz, ni en la guerra.

    Creo que un pueblo noble no tiene obligaciones más que para con sus iguales. Los europeos no tenemos que tener tanto reparos con los musulmanes. No somos iguales a ellos ni tenemos obligaciones hacia ellos; por lo tanto nos es lícito actuar, con respecto a ellos, más allá del bien y del mal.

  10. ¿El Islam puritano? Hipócrita sí, pero puritano. En realidad no hay nada prohibido con la disculpa de atacar al infiel.

    El problema es cuando no tienen infieles a mano. Por eso la solución es aislarlos y dejar que se maten entre ellos.

  11. «Yo conozco algunos mestizos y mestizas y no me parecen aborrecibles.»

    Nada que objetar a eso. Si bajamos al nivel personal, al plano de las individualidades, encontraremos elementos de calidad y valor, en la mayoría de las razas y en los mestizos.

    Decía el biólogo y escritor Jean Rostand algo así (no es textual): «Siempre es mejor un buen negro que un mediocre blanco. Pero también es innegable que estadísticamente los blancos son superiores a los negros.»

    Hay mestizos o gentes de raza no blanca más inteligentes que muchos blancos, pero eso no quita que los blancos son más inteligentes en términos de promedio estadístico que todas las demás razas. Por otra parte la raza blanca produce toda la gama de las inteligencias posibles, desde el idiota al genio. Genios no hay en ninguna otra raza que la blanca. Las inteligencias más bajas que se dan en la raza blanca son muy similares a los mismos niveles inferiores de otras razas, pero la inteligencia superior que se da en las raza blanca nunca se da en otras razas.

    Cuando la raza blanca se infiltra en otras razas, en estas surgen inteligencias a veces notables, pero nunca llegan al grado de excelencia y superioridad de las ramas más «puras» o menos contaminadas de la raza blanca.

    ¿Es siquiera imaginable que surgiera un Aristóteles de raza negra algún día? O un Newton amerindio? ¿O un Beethoven malayo?

  12. León Riente:

    «»»»»»»»»»»»»»»Creo que un pueblo noble no tiene obligaciones más que para con sus iguales. Los europeos no tenemos que tener tanto reparos con los musulmanes. No somos iguales a ellos ni tenemos obligaciones hacia ellos; por lo tanto nos es lícito actuar, con respecto a ellos, más allá del bien y del mal.
    «»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»

    Lo has definido de forma magistral. Mis obligaciones son para con mis iguales. Sólo ellos pueden juzgarme, sólo ellos pueden medir lo que es honor y no lo es.
    El resto no.
    Cuando matas una cucaracha no te planteas dilemas éticos, cuando controlas una plaga de moscas o de escarabajos de la patata, tampoco.
    No nos importa ni lo que piensen ni lo que sienten. Ni siquiera si piensan o sienten. No importa.

    Ya sé que la analogía puede ofender a almas sensibles, pero no se me ha ocurrido otra.
    Saludos.

  13. «A esta mentira le llaman taquyya. Cualquiera que haya tratado con ellos sabe que no le dan ningún valor a la verdad ni a la palabra dada y que no tienen ningún tipo de limitación hacia el no musulmán, ni en la paz, ni en la guerra.»

    Es algo propio de los pueblos semitas y semitizados. En ellos no existe el sentido del honor. La ausencia de escrúpulos y conciencia moral es el sello de las tribus medio orientales. La mentira para ellos no es una falta reprobable, es una exigencia de su cultura, de su pervertida escala de valores, del raquítico precio que le dan a su dignidad personal.

    El hombre de buena raza, el hombre honorable, es aquél que en la intimidad o el anonimato nunca hará nada que comprometa su dognidad y el concepto de su propio valor, nada que manche su conciencia con una vileza que supondría una merma de su estatura natural. De ahí ese antiguo respeto por la palabra dada, la aversión natural hacia la mentira y la falsedad entre los pueblos de raza blanca. Lo que contrasta dramáticamente con otras estirpes. Quien haya tratado alguna vez con judíos, árabes y otras especies no blancas, lo habrá experimentado en primera persona.

  14. Arjun:

    «»»»»»»»»»»¿Es siquiera imaginable que surgiera un Aristóteles de raza negra algún día? O un Newton amerindio? ¿O un Beethoven malayo?
    «»»»»»»»»»»»»»»»»

    Eso nunca sucederá. Sobre todo porque jamás han sido los primeros en algo. Son razas incapaces de crear tecnología, o desarrollar conceptos complejos.

    Siempre verás algún incauto hablando de los «logros astronómicos de los mayas», por ejemplo.
    Pero lo que no comprenden es que un conocimiento en poder de unos pocos que tampoco son capaces de aplicarlo en la vida cotidiana, de transformarlo y de enriquecerlo, no sirve para nada.

    Ya estoy cansada de ver documentales de los «pobres negritos» que tienen que caminar kilómetros para buscar agua. O que tienen que sacarla de un río infestado de cocodrilos. ¡Pues que inventen algo, que busquen una solución! Una canalización, unas cañas, una pértiga. Algo.

    Pues no, ahí están con resignación fatalista típicamente animal.
    Es su problema, que espabilen o se los coma el cocodrilo.

  15. La decencia, «la hombría de bien», la compasión, la generosidad, el espíritu de sacrificio, etc., son conceptos y comportamientos totalmente exóticos a las demás razas, ideas curiosas e incomprensibles a la mayoría de ellas. Sólo en casos aislados encontramos gentes que participan de ellas.

  16. «»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»De ahí ese antiguo respeto por la palabra dada, la aversión natural hacia la mentira y la falsedad entre los pueblos de raza blanca. Lo que contrasta dramáticamente con otras estirpes. Quien haya tratado alguna vez con judíos, árabes y otras especies no blancas, lo habrá experimentado en primera persona»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»

    Cierto. Yo he tratado con muchos negros y mestizos y te digo que es verdad.

  17. Arjun, en el país en el que vivo, había unas normas no escritas. Una de ellas era que si alguien se encontraba cualquier cosa perdida, la llevaba a su casa, la exponía en una mesa delante de la puerta y esperaba a que su dueño la reclamase. Si pasadas varias semanas no aparecía el dueño, el que encontró el objeto podía quedárselo.
    Todavía se hace en los colegios, siempre hay mesas con todo tipo de cosas: guantes, chaquetas de todo tipo, gorras, coleteros….. cuando mis hijos eran pequeños de vez en cuando yo iba y miraba a ver si por casualidad se habían dejado algo ahí.
    También hasta hoy día, un contrato verbal tiene validez legal.

    Para que eso sea un sistema viable tiene que darse entre gente honesta, que no miente y que tiene gran estima por la palabra dada.

    Dime tú si se puede seguir este sistema con los pueblos que no tienen nuestro sistema de valores.

  18. Joana

    Esperar que los negros hagan aqueductos como los antiguos romanos, es tanto como esperar que a los sapos le crezca pelo en el pecho. No hay que perder el tiempo con estas cosas. Seguirán tomando agua del charco hasta que venga algún blanco y le cave un pozo o le ponga unos caños del río al poblado.

    En cuanto a los conocimientos astronómicos de los mayas, hay curiosas y sugestivas teorías que circulan por ahí acerca del verdadero origen de esos mayas (y también de los incas en el Perú).

    En todo caso, hay una situación que no deja de ser sorprendente. Es absolutamente incomprensible (diría que inaceptable) que los descendientes de aquellos que tenían esos conocimientos y dominaban ciertas técnicas de construcción (algunas de ellas bastantes misteriosas) sean esos llamados, algo jocosamente, «panchitos», que tenemos en nuestras calles, y que son la población originaria de los Andes, antes de la llegada de los españoles. Francamente cuesta creer que esos elementos hayan producido las civilizaciónes americanas precolombinas. Aquí hay algo que no cuadra.

  19. Vaya león Riente, estás dando zarpazos, jajajajaja… No sé, veo discutible que el mestizo sea aborrecible, él no tiene la culpa, los aborrecibles son sus progenitores, al haber traicionado su raza, su sangre, su identidad genética y haber traído al mundo a un ser… «?».

    Por otro lado, pues claro que sí, claro que debemos tratar solamente con nuestros iguales de forma veraz y noble, pero es que hay un problema… ¿cuál es el baremo? ¿Se debe considerar como igual al progre que es de mi raza? Los progres son un ser abominable y despreciable, todo el que sea odia y se martiriza es despreciable, y el traidor mucho más.

    Si hablo con un negro quiero me gusta que ese negro esté orgulloso de ser negro y quiera formar una familia con una negra, el chino con el chino, el peruano con el peruano… no hay nada más despreciable que el traidor a su identidad.

    Así que ¿qué hacemos con el progre? Habrá que meterlo en vereda a… «?».

    Por cierto ARJUN, un artículo impresionante, de los que ye he leído tuyos es de los que más me han gustado. Estoy deacuerdo en todo.

    Hasta pronto.

  20. Me voy a permitir un ejemplo personal.

    Tendría en esa época unos once o doce años y vivía en Francia. Con un amigo de travesuras italiano no encontramos, en nuestras correrías, lo que en esa época era para unos niños como nosotros un pequeño tesoro; 10 francos de la época en un billete. Para que nos hagamos un idea del valor de esa suma, en esos días 50 centimos nos alcanzaba para comprar una buena cantidad de golosinas o algunos helados en verano, en unos años en que un helado era un lujo, no como ahora.

    Llevamos el billete al ayuntamiento, donde se nos recibió el objeto perdido y se nos tomó los nombres. Un buen día, se presentó en casa un empleado municipal para que fuera con el dicho amigo a recoger el dinero que nadie había reclamado. Había pasado un año, y la norma estipulaba la entrega de lo hallado en la vía pública a los que lo habían encontrado pasado ese tiempo.

    Eran otra épocas, y también hubieramos podido ceder a la tentación de quedarnos el dinero apenas hallado. Pero no fue eso lo que pasó. En otra ocasión, con esa misma o similar edad nos encontramos con mi hermano, camino hacia la casa de un amigo, unas monedas en la tierra del camino: 3,50 francos. Tres hermosas monedas de 1 franco y una de 50 centimos, otra pequeña fortuna para unos niños que apenas conocían el dinero. Apenas llegados a la casa de nuestro amigo, distante unas decenas de metros del afortunado hallazgo, pusimos en conocimiento de los padres lo que habíamos encontrado. Como no reconocieron haber perdido nada, nos aconsejaron de quedarnóslo para nosostros, y así lo hicimos.

    Lo que quiero decir es que eso es sin duda fruto de una educación, tanto escolar como familiar, pero que el fondo genético, es decir racial de las personas, no puede ser ajeno a estos comportamientos y a esos «valores» y a esa «conciencia». Cuando fuimos al ayuntamiento a entregar el dinero hallado ibamos contentos, esperando que por nuestra buena acción ibamos a ser admirados y felicitados por esas personas mayores que nos iban a atender, y salimos orgullosos de hacer algo bien hecho, sin remordimientos por no habernos quedado el dinero.

    Unos años más tarde, no más de una década, en un lejano país sudaméricano (con pocos euro-descendientes, muchos mestizos y no pocos amerindios), un día extravié en la calle una bolsa con algo de ropa y algunos objetos personales, nada valioso. Me dirigí a la comisaría del pueblo por si alguien había encontrado lo perdido y lo huebiera llevado allí. Yo todavía era bastante «pendejo» y me faltaban todavía unos años para despabilarme del todo. En la comisaría me miraron como a un marciano al enterarse del motivo de mi visita y echaron en la cuenta de mi nacionalidad esta extravagancia de «gallego». Salí avergonzado de mi propia inocencia. Cuanto comenté el incidente entre gente de mayor confianza, recibí unas burlas a cambio: «¡Serás pelotudo! ¿En qué país crees que está?» «¡Esto será en Europa!»

    Tengo que decir que el nivel de moralidad pública en ese país era entonces aceptable comparado al actual. Hoy en día es un vertedero. Mestizos, indios, blancos corrompidos por el contacto demasiado cercano con el elemento nativo o mezclado…

    Creo que las razas llevan en sus genes unas actitudes programadas, unas posibilidades concretas. Las desarrollamos o no, pero no podemos salirnos del guión establecido en nuestra sangre. Nuestro entorno ejercerá su influencia en nosotros, pero esa influencia estará siempre mitigada o contrarrestada por el peso atávico de nuestra «memoria genética». (Nada de esto es muy científico, pero creo que me hago entender)

  21. «»»En todo caso, hay una situación que no deja de ser sorprendente. Es absolutamente incomprensible (diría que inaceptable) que los descendientes de aquellos que tenían esos conocimientos y dominaban ciertas técnicas de construcción (algunas de ellas bastantes misteriosas) sean esos llamados, algo jocosamente, “panchitos”, que tenemos en nuestras calles, y que son la población originaria de los Andes, antes de la llegada de los españoles. Francamente cuesta creer que esos elementos hayan producido las civilizaciónes americanas precolombinas. Aquí hay algo que no cuadra.»»»»

    A mi cuando me hablan de los «grandes logros de las civilizaciones de America», suelo responder: ¿me estas hablando de gentes que no conocian ni la rueda, ni los metales para herramientas, esos eran «avanzados»? Vamos, que hay que tomarse ese tipo de afirmaciones con un sano escepticismo.
    Es como en todo, hay unos tipos que basandose en utopias pasadas, la mayor parte inventadas, justifican su superioridad moral sobre nosotros, «malvados hombres blancos». (y ya no digamos cuando empiezan con sus pachamamismos, que ahi se juntan con los «perroflautas» ecolojetas», para denigrar todo lo occidental).

  22. Pues yo voy poner también un ejemplo personal, JC es un mestizo, por así decirlo.

    Ha escrito esto. Como dije recientemente, no tengo ningun problema para echar mi suerte con gente como él.

    Otros casos curiosos:

    Arzobispo anglicano: Los islamistas con como los criminales


    El Reverendo Patrick Sookhdeo sobre la petición de “diálogo” de los 138 sabios musulmanes

    Arzobispo anglicano: Los islamistas con como los criminales

    Todos ellos inmigrantes de otras razas.

    Una aclaración: No pretendo haceros pensar como yo, ni denunciar vuestras légitimas preferencias, sino simplemente expresar las mías. Ya sabéis a qué episodio me refiero. Creo que los dos puntos de vista caben perfectamente y pueden colaborar.

  23. Oh AMDG, tú tienes todo el derecho del mundo a tener tus preferencias. Yo también conozco mestizos muy majos. Pero no haré de la excepción, una regla. Y mi experiencia me dice que no es lo mismo la relación que se tiene con gente extraña en un país rico y desarrollado que la relación que tendrás con la misma persona en otras circunstancias.
    Y quizás no viviremos cómodamente mucho tiempo más. Mientras más difíciles son las cosas, más difícil es la cooperación leal con alguien. Y mientras más cosas en común tenga ese alguien contigo, es más problable que te sea leal. En fin, es sólo mi opinión……

  24. Arjun, soy de la opinión que se ha sobrevalorado en gran medida los «logros» de las civilizaciones precolombinas (para no hablar de «la nada» de otros continentes).
    Porque amigo, la pirámide es la forma más simple de construcción. Una pirámide no puede caerse, y coronarla con cuatro paredes, un techo y una piedra para matar a los prisioneros no creo yo que tenga tanto mérito.
    Los famosos conocimientos astronómicos no sirvieron para nada, si es que realmente tenían alguno que no fuera la contemplación de lo obvio.
    El sistema de escritura era demasiado complicado, y eso lo hacía inútil para transmitir conocimientos. Sólo serviría para guardarlo para tres o cuatro elegidos que lo único que querían era ser los más poderosos.
    La ausencia de altruismo, de valores como la generosidad y la caridad en esa gente, que tenían un sistema de supersticiones paganas de lo más cruel que se recuerda, nos indica que no son como nosotros y no pueden crear lo que sale de la mente de un Da Vinci, de un Esquilo o de un Anaxágoras.

    Me estoy dispersando, lo que quiero decir es que esas «civilizaciones» no lo son, en mi opinión. La única civilización es la que han creado nuestros antepasados en este continente Europeo.

  25. JC es mestizo, cierto, pero JC es un tio leal a las culturas occidentales, me parece genial. Salvador Borrego es un divulgador antisionista, y en mas de una ocasion ha puesto en sus libros en duda el actual sistema tras la segunda guerra mundial, alegando que la derrota del Nacional-socialismo fué una derrota mundial, etc Salvador Borrego no es un «ario» ni ningun supremacista indoeuropeo, es mestizo. Y a mi me parece coherente su postura, puesto que de la misma manera que yo no quiero una España convertida en Bombay o Senegal (negra o hindú) y apuesto por la prevalencia de las caracteristicas etnoculturales de la tipología de los españoles (en España), pues de la misma manera Salvador Borrego defiende su «raza» mestiza mexicana (en México), tampoco veo porqué él iba a aceptar que subsaharianos, chinos, etc suplanten la tipología de los mexicanos (incluso una raza mestizada representa una realidad racial de hecho, la española tambien), y aún siendo mestizo tambien deshecha las teorías multiculturales y multirraciales, me parece algo loable, puesto que cada país, cada pueblo tiene su propia idiosincracia etnica, y eso es algo muy defendible, no algo desintegrable por meros caprichos mundialistas. Yo no vería mal que la «raza» mestiza colombiana o la «raza» mestiza mexicana hiciera alianzas con otros pueblos, racialmente concientes, en defensa cada cual (sabedores que en desunion se pierde fuerza) de sus respectivas idiosincracias como reprsentacion orgánica racial y cultural

  26. Comprendo las raíces de tu argumento Troll Oenegeta, ya que es posible que hayamos bebido de las mismas fuentes, aquellas que propugnan el respeto a todas las razas y la condena del odioso mestizaje, fenómeno de empobrecimiento del patrimonio biológico humano auspiciado por el régimen mundializador.

    Pero hay una réplica que cuestiona eso que dices de forma radical. Me parece muy bien que los mestizos mejicanos luchen por no mestizarse aún más, pero no me gustaría relacionar esa lucha con la nuestra. Un asimilacionista o un partidario del mestizaje podría decirte que ¿por qué detener el mestizaje en ese punto determinado de la Historia? Es decir, ¿por qué preferir el estado de mestizaje actual de los mejicanos y no permitir que se mesticen más, con un aporte de negros, por ejemplo? ¿Por qué la situación mestiza actual de los mejicanos mestizos es mejor que la futura, llegado el caso?

    Condenar el mestizaje de los pueblos no mestizos (como los españoles, que sólo han recibido influencias genéticas significativas de pueblos cercanos racialmente) sobre la base del respeto de la situación de mestizaje actual de pueblos mestizos como los mejicanos (donde sigue existiendo una minoría euro-descendiente pura, no hay que olvidarlo, si bien en retroceso, como en el resto de América) es una trampa.

    Hay que condenar el mestizaje y establecer sólidas categorías: no-mestizo, mestizo, siendo infinitamente mejor lo primero que lo segundo.

    Las minorías euro-descendientes deberían organizarse allí donde estén y tratar de vivir separadamente, con secesión de territorio a ser posible. Por otra parte, me traen sin cuidado las opciones políticas y raciales que tomen los mestizos de Méjico o de Suráfrica.

    Un saludo cordial.

  27. «¿Está la raza por encima de las ideas? Pues yo digo que no. Yo me siento más cercano a JC que al 95% de los españoles.»

    No conozco a JC, pero te otorgo que te puedas sentir más cercano de él que del 95% de los españoles. Visto el ganado en que se ha convertido el español común y corriente, puede que incluso estés siendo tímido en tu apreciación de tus compatriotas. Es imposible responder por la afirmativa a tu pregunta, tal y cómo está planteada. Traje hace poco a este espacio el prólogo de «Nobilitas», un libro de Alexander Jacob, un indio de piel oscura, bastante más oscura que la de las cuatro tipejas esas del asunto del pene del multisemental pegado al abdomen, o de cualquiera de esos insondables cretinos que tenemos de ministros, por ejemplo. Esa pregunta llevaba implícita su respuesta.

    Pero también estoy de acuerdo en lo que dice León Riente, acerca de que hay que establecer categorías raciales y culturales claras y nítidas.

    Las excepciones no invalidan la regla. Pero una cosa es hablar de casos concretos y particulares y otra muy distinta de hacerlo de grupos tomados en bloque. Por lo demás son cosas lejanas codearse con unidades escogidas de otros grupos con las que uno comparte una comunidad intelectual o espiritual o ser sometido a la violencia de una presencia masiva no deseada de elementos extraños en todo. Lo primero puede ser enriquecedor para las personas puestas en relación y contacto, lo segundo es totalmente negativo para la continuidad del propio grupo

  28. Leon Riente: Es obvio que España, donde las influencias poblaciones provienen de grupos etnicamente emparentados de Europa, representa un mapa genuino del continente, una realidad racial más del mismo, ahí no debe haber ninguna duda ante el mesticismo, pues son niveles diferentes, ya que el nivel equitativo a la hora de hablar de españoles o europeos sería hacerlo respecto a asiaticos (chinos-nipones, etc) o subsaharianos (africanos-negroides), que son los otros dos troncos raciales de categoría mas diferenciada entre sí, no con grupos mestizados, aunque el enfoque lo dirijo hacia poblaciones con una tradicion etnocultural invariable y ya asentada durante siglos, que haya constituido de por sí su pais y su propio destino histórico

    Lo cierto es que eso que digo de una política de alianzas interracial sería algo mas debatible hace 50 años, cuando el destino del grupo poblacional al que pertenecemos era aun vigoroso, pero claro, hoy por hoy, ante el actual panorama de explosion natalicia de todos lares del mundo, y el invierno demográfico en el que los eurodescendientes disminuyen su número por todo el orbe, y lo mas importante, en su propio lugar originario, siendo a su vez sustituido por otras entidades etnicas, tu comentario representa una certidumbre: solo queda una postura que imposibilite este etnocidio, la del «salto hacia adelante», priorizando lo esencial: ¡Europa lo primero!, que diría Faye. Con la continuidad generacional de su composicion étnica

    AMDG: Separar la cultura del sustrato racial que le da soporte es como separar los quarks de un átomo ¿Porqué Australia (o suráfrica) ha estado al mismo nivel de tendencias musicales pop-rock, ideas politicas, divergencias ideologicas, movimientos culturales, etc que USA o Gran Bretaña durante el siglo XX pasado, a pesar de estar en las antípodas del planeta? ¿Cuál era la conexion con los otros lugares occidentales que posibilitaba esas similitudes en las ideas y en la cultura? La poblacion anglosajona que la componía ¿Si el sustrato etnico australiano hubiese sido aborigen oceanico habria tenido esas similitudes culturales con USA O Inglaterra? La respuesta es un contundente NO. Australia es un ejemplo que deberia poner en evidencia la importancia del sustrato etnico como vehículo transmisor de cultura: es la raza la que hace de soporte, no al revés. De la misma manera el cristianismo en África jamás será igual al cristianismo radicado en poblaciones racialmente distintas (y tu sabes que allí siempre ha acabado fusionandose con ritos tribales y animistas), es como la cabra que tira al monte, son las masas, los grupos poblacionales y su sustrato etnico, los que transforman, revierten o suplantan una civilizacion

  29. AMDG:

    Sabes que te aprecio, y por eso me atrevo a decirte que estás equivocado. Si no te apreciara no me importaría.
    Y la equivocación consiste en que estás mezclando dos conceptos distintos.
    ¿Está la raza por encima de las ideas? Pues mira, sí según en qué circunstancias te encuentres. Tus ideas morirán contigo, tu raza permanecerá a través de tus hijos.

    Te basas en casos concretos y en experiencias ideales para sustentar tus argumentos.Las excepciones son eso y no invalidan la regla básica de supervivencia, que a saber es simple: primero los tuyos y después los ajenos. Y un mestizo o una persona de otra raza, es otro. Es ajeno, y él lo sabe y llegado el momento actuará en consecuencia, aunque ese individuo que por naturaleza pertenece a otra comunidad, sepa declamar en griego clásico.

    Vives en un país rico, gozas de bienes materiales y tienes tiempo de ejercitar tu intelecto. Eso es bueno. Pero deberías estar preparado para cuando tu conocimiento idiomático, de los clásicos griegos o tu habilidad como orador no te sirvan para nada.

    Luego daré mi opinión por la cual el ser mestizo es la peor de las condiciones, pero ahora te pongo ejemplos reales.
    Hoy vivo bien, tranquila, en un país seguro y con comida abundante y barata (relativamente). En estas condiciones el filipino que vive en mi edificio no es un competidor real (si cambian las condiciones lo sería).

    Pero a principio de los años 90 (¡del siglo pasado!) yo estaba en Cuba. Y había una escasez de comida que rozaba la hambruna. La dictadura sólo nos garantizaba 3kg de arroz (con gusanos, por cierto) al mes por persona y medio kilo de alubias. Nada más, todo lo demás era esporádico. Decirte que la gente estaba enfermando y muchos ancianos murieron de desnutrición. Eso no lo encontrarás en ningún sitio por mucho que busques. Sólo el secretismo de corea del norte puede compararse con el cubano.
    Yo veía negritos famélicos, hinchados, muertos de asco, los conocía, eran mis vecinos. Pero mi madre conocía y me había enseñado que había plantas comestibles que crecían salvajes en La Habana. ¿Con quién compartes ese conocimiento? Pues con una familia de blancos pobres que vivían a pocos metros de mi casa. A su vez el padre de familia se iba una vez a la semana al campo, (haciendo auto-stop porque no había transporte público) y siempre volvía con alguna cosa, y siempre la compartía con mi madre, mi hermana y yo. Traía desechos de carne, jamón una vez que estaba algo descompuesto, algunos vegetales y cosas así. Pues unimos fuerzas y ninguno de nosotros enfermó.
    Ellos no eran universitarios, no habían leído la Odisea ni sabían nada de las guerras Médicas. Pero fueron ellos los que tocaron a mi puerta con un saco viejo que contenía un trozo de pellejo con trozos de carne pegados, unas patatas y media calabaza.
    No fueron los mulatos super cultos que iban a la Universidad, fueron los pobres blancos que salían a buscar comida para sus hijitos pequeños.
    A cambio les dimos información sobre plantas que ellos no conocían, y mi madre cuando salía de dar sus conferencias científicas andaba varios kilómetros y volvía con sus apuntes y algunas plantas recolectadas por ahí, entre las ruinas de los edificios básicamente. Y las compartía con ellos. Para cocinar también era complicado porque el combustible era muy escaso. A veces nos pasábamos tres o cuatro día sin suministro de gas (yo tenía gas por tubería) y los vecinos tenían bombona de butano, pero cuando se les terminaba demoraban entre tres y seis meses en traerles otra. Así que a veces yo cociné en casa de los vecinos, y viceversa.

    No hay lugar para el sentimentalismo en un caso así. Porque digamos que el número de plantas era limitado y el número de hojas comestibles aún más. Y no te puedes dar el lujo de tener competencia. Sólo puedes cooperar con un número muy limitado de personas. ¿Y con quién lo haces? Pues con gente que comparta tus genes en primer lugar, y luego con gente próxima a tí genéticamente. Es algo que no se puede explicar, pero es real. Nos sentíamos mucho más cerca de esa familia blanca pobre y sin conocimientos elevados que de otros mucho más cultos pero ajenos en idiosincrasia y en sustrato genético.
    Y esto tampoco fué lo peor que podía pasar, no había ningún disturbio social, el régimen no lo permitía, la represión era tan efectiva que ni siquiera la veías.

    Podía haber sido peor, aunque había que andarse con muchísimo cuidado y no podías pasar por delante de determinadios sitios en que la totalidad de la población era negra porque te atacaban aún a pleno día. No podías vestirte bien (aunque el concepto de ir bien vestido no es el que puedes tener aquí), tenías que ir con ropa que hasta un mendigo de Europa despreciaría. Si no hacías eso te podían seguir y entrar en tu casa a robarte.

    Me estoy diluyendo. Lo que quiero decir, AMDG, es que en situación de prosperidad es todo más fácil. Se puede discutir de filosofía y hacer elucubraciones sobre la bondad de alguien que vive a kilómetros de tu casa. Se puede razonar sobre ética o sobre justicia.

    Y el mayor error que cometen los europeos es pensar que la paz, la tranquilidad y la abundancia durarán para siempre.
    No hay que prepararse para la abundancia, sino para el día en que ésta se termine.

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