Los Reyes Católicos, de Luis Suárez (14 y 15): Reforma de la sociedad y Restauración eclesiástica

Capítulo anterior: Los Reyes Católicos, de Luis Suárez (13): Unidad religiosa

Castilla y Valencia prosperaron mucho en el último tercio del s XV. Cataluña, por el contrario, era el enfermo de la corona.

Fernando convoca cortes en Cataluña en 1480, pidiendo ayuda tras el desastre de Otranto, los catalanes se negaron, Fernando abandonó asqueado. Los catalanes acuden a Isabel, para que mediara. En 1486, la sentencia de Guadalupe eliminó la servidumbre de los remensas, que comprarían su libertad. Mas aquí.

Hay otras reformas que tratan de eliminar las disfuncionalidades feudales y tienden hacia una monarquía absoluta, aunque muy limitada.

Isabel introduce en España el realismo de los humanistas, frente al nominalismo político. No estoy seguro de qué se trata, aunque me imagino que se trata de la política oficial de la Iglesia, aristotélico-tomista, basada en la existencia de una ley natural que la razón puede descubrir, frente al voluntarismo político en la que el poder coactivo puede ser arbitrario, como arbitrario sería Dios al establecer las normas morales, es decir lo que es bueno o malo.

Comentario: Frente a lo que se suele predicar, la Modernidad y la Reforma son irracionales, fanáticas y crueles. No pueden conducir sino a la ruina de las sociedades; lamentablemente, la Iglesia católica ha cejado en su oposición a ellas a mediados del s. XX, cuando estas empezaban la decadencia. Qué error, qué grande error.

p. 359: «Los principales esfuerzos se orientaron en dos direcciones: el de la mejora intelectual de los clérigos y el de la elevación de las prácticas religiosas y las costumbres… Se concedió mucha importancia a los libros y la música».

p. 359: «Antonio de Nebrija, al entregar a los reyes el primer ejemplar de su Gramática, les explicó que «siempre es la lengua compañera de imperio»».

p. 359: «A diferencia de los humanistas italianos, Isabel y Fernando mostraron preferencia por los Estudios Generales, que habían llegado a consolidar sus propias universidades… La fórmula favorita para conseguir además la educación de élites fue la el Colegio Mayor… era lugar de residencia, estudio y disciplina para un número limitado de alumnos que de este modo se preparaban con intensidad».

Mención a la literatura: Coplas de Jorge Manrique, La Celestina, Tirant lo Blanch («escrito en «vulgar valenciano»»)

El nombramiento de obispos ha sido siempre un motivo de roce entre el poder de Roma y el poder político local. Tradicionalmente era Roma la que los nombrara, pero hay que tener en cuenta que el cargo acarreaba la administración de las rentas de las propiedades de la diócesis.

Los papas generalmente usaban los nombramientos para repartir beneficios a sus protegidos. Los reyes pudieron imponer al papa el derecho de presentación de candidatos, para que este escogiera a los obispos. Además, se les encargó a los reyes la evangelización de los nuevos territorios.

p. 364: «El sistema venía funcionando en Francia, en muchos principados del imperio, y, sobre todo, en Inglaterra, donde la sumisión al poder real era tan completa que los obispos no podían comunicar con Roma salvo a través de los permisos de la Corona»

Disminuyó con ello el número de beneficios entregados a extranjeros.

Los seis puntos de la reforma:

1.- Los eclesiásticos debían distinguirse por su vestido. La experiencia decía que quienes no querían distinguirse era porque llevaban una vida disoluta.

2.- Delimitación estricta de la jurisdicción civil y eclesiástica, para evitar conflictos jurídicos

3.- Limitación del derecho de asilo de las iglesias y de la inmunidad de la jurisdicción eclesiástica.

4.- Examen de los candidatos a los cargos y beneficios eclesiásticos.

5.- Limitación de los privilegios de indulgencias concedidas a ciertos lugares.

6.- Fiscalización de la Universidades y estudios Generales. (Hay que tener en cuenta que casi todos los profesores eran eclesiásticos)

Cuentan que Montserrat estaba prácticamente desmantelada.

p. 370: «Pero al final nuevos monjes vallisoletanos se incorporaron a la exigua comunidad de aquellas cumbres…»

p. 370: «Regresaba de Roma … el prior de Valladolid … fray García Jiménez Cisneros… cuando Fernando e Isabel le detuvieron … para enviarle …a poner en marcha la gran obra de Montserrat. Trabajó aquí diez años…»

Osea, que Castilla puso de nuevo en funcionamiento a Montserrat. ¡Despreciables victimistas! A ver cuando nos independizamos de esas sabandijas, con mis disculpas para los catalanes que se avergüenzan del proceder de sus paisanos nacionalistas, y que tienen también gran responsabilidad si no denuncian estas cosas.

MIrad esto, de ayer, por así decirlo.

Sigo:

p. 372: «La devoción a María, que el nominalismo rechazaba como contradictoria con sus principios, iba a convertirse en rasgo distintivo de la religiosidad española».

p. 372: «Los príncipes luteranos incorporan la Iglesia a sus estados respectivos y Calvino llegará más lejos que nadie al intentar en Ginebra el establecimiento de una República teocrática».

p. 373: «… el papel que Carlos V y Felipe II asumieron no fue fruto de una política coyuntural sino de esas raíces profundas que datan de muchos años atrás; su cristianismo se asentaba sobre principios opuestos a los que Lutero recogiera del ockamismo dominante en su Universidad de Witttemberg, es decir, en el libre albedrío, la capacidad racional de los seres humanos, el rechazo de la predestinación en todas sus formas, la defensa de la doctrina de la fe con obras en orden a la salvación, la existencia de unos principios éticos cuyos deberes permiten descubrir la existencia de los derechos naturales…».

Sigue una nota biográfica sobre el cardenal Cisneros.

Isabel consigue imponer un tributo del 10% sobre las rentas eclesiásticas, no sin protestas. Esto equivale al fin de la exención de impuestos de los eclesiásticos.

Cisneros crea la Universidad de Alcalá y la Biblia políglota Complutense (en hebreo arameo, griego y latín).

p. 382: «Cisneros … en lugar de empeñarse en reformar las viejas Universidades preconizaba la fundación de una nueva en que todos los alumnos fuesen colegiales. Isabel no quiso… Al término de la misma [inspección de la Universidad de Salamanca] rindieron a la reina un informe sin duda enderezado a que cundiese el desaliento: los estudiantes eran casi todos clérigos o religiosos… vivían en la más completa indisciplina. Algunos de ellos tenía alojadas a sus mancebas en iglesias y monasterios para que no pudiesen ser perseguidas por la justicia».

Aunque el informe exagerara…

Antes de la toma de Granada el número de musulmanes era de 17.000 personas en Castilla. En 1492 se sumaron unos 300.000. Se les permitió conservar religión, ley y costumbres.

p. 384: «Cuando en 1497 el rey de Portugal decretó la expulsión de todos los musulmanes que no se bautizasen, Isabel, que tanto insistía que se expulsase de allí a los judíos, acogió a estos mudéjares, otorgándoles las mismas condiciones que a los moradores de sus reinos.».

Se intenta bautizarles. El arzobispo Talavera inicia una campaña, pero con magros resultados. Cisneros intenta ir más allá, usando métodos coactivos. Surge el rumor de que las capitulaciones serían quebrantadas y en 1500 surge una rebelión.

p. 385: «Las tres sucesivas revueltas de 1500 y 1502 sirvieron para que se derogasen las capitulaciones otorgadas durante la guerra de Granada».

En 1502 una pragmática exigió bautismo o exilio, extinguiendo el mudejarismo en Castilla. Los que quedaron pasaron a ser moriscos desafectos.

Para mí esto fue un error, mucho mejor hubiera sido aplicarles la «tolerancia musulmana»: Quitarles armas y caballos y ponerles un impuesto personal que los deje blandos y sumisos, y propagar de vez en cuando rumores que solivianten a la población contra ellos.

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