La noticia me hace salir de mi silencio porque sucede en la ciudad alemana en la que me manifesté -o al menos lo intenté- dos veces contra la islamización de Europa, contra esa escoria musulmana que asalta a nuestras mujeres e hijas.
Los reportajes que hice en su día están aquí:
Recomiendo esta lectura: ¡Expulsión de Europa, ya!
Y dejo este vídeo en el que la Merkel dice a los alemanes que tienen que aceptar que los inmigrantes son más delincuentes:
No tengo nada que añadir. Lo grave del asunto no es el hecho en sí -que los musulmanes asalten mujeres infieles es tan natural como que los perros muerdan- sino las reacciones: la policía no se atrevió a intervenir, la prensa lo ocultó hasta que no tuvo más remedio que tratar del caso, y las feministas y los políticos le echan la culpa al «machismo».
Sigue sin haber solución, salvo una crisis económica de caballo que haga despertar a la gente. Se está retrasando.
En el fondo se lo merecen.

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