Dejé ayer las cinco rosas rojas en el descuidadísimo monumento que tiene Onésimo Redondo en el villorio de Labajos, donde no hay ningún vecino, ninguno, que lo limpie de hierbas.
Por casualidad, leo ahora que se trataba del 75 aniversario de su muerte, acaecida el 24 de julio del 36.
Atención a la profanación realizada por unos perroflautas anarquistas, muy en línea con la política y obras del gobierno rojo-separatista de España. Ignoran, desde luego, que la derecha conservadora llamaba con prevención failangistas a los falangistas, por su sindicalismo. Para saber mas (no le he leído).
No sería de extrañar que el que hecho de que anarcosindicalistas y nacionalsindicalistas usaran los mismos colores (rojo y negro) fuera la causa de la confusión.
En todo caso: ¡Onésimo Redondo! ¡¡¡PRESENTE!!!
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