Tres artículos tres, en español

Pasado el día de luto en recuerdo de las víctimas de no se sabe aun quien, continuamos en la lucha. Hoy os traemos tres artículos de la sección de Exteriores de Libertad Digital:

Criados para odiar, por Nonie Darwish:

En la escuela de Gaza aprendí el odio, la venganza y la represalia. La paz nunca era una opción, pues se consideraba un signo de derrota y debilidad. Cantábamos canciones en que se llamaba «perros» a los judíos (en la cultura árabe los perros se consideran impuros).

Estaban prohibidos la crítica y el plantear preguntas. Cuando formulaba alguna se me decía: «Los musulmanes no pueden amar a los enemigos de Dios, y aquellos que lo hagan no recibirán clemencia en el infierno».

Si eso no es islamofascismo…

El rumbo criminal de Irán, por Robert Spencer

Me recordó este post de Martinito:

En su notoria obra La abolición del hombre, el apologista cristiano C. S. Lewis (1898-1963) reunió ejemplos de lo que llamó el Tao, o Ley Natural: principios defendidos por un amplio abanico de culturas y civilizaciones. Estos principios incluyen los «deberes para con los padres, ancianos y antepasados», los «deberes para con los niños y la posteridad», «la ley de buena fe y veracidad», «la ley de la magnanimidad», etcétera. Lewis ilustra la universalidad de estos principios con citas de fuentes tan diversas como el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, la Eneida de Virgilio, el Bagavad Gita, las Analectas de Confucio, los escritos de los aborígenes australianos, etcétera. Pero brilla por su ausencia cualquier cita del Corán u otra fuente musulmana.

Puede que Lewis haya descubierto que el Islam tradicional no respalda lo que denomina «ley de la beneficencia general»: uno sólo debe ser caritativo con sus correligionarios. Cierto, Lewis habría podido citar un hadith en que el profeta Mahoma dice: «Quien quiera ser rescatado del fuego y entrar en el jardín debe morir con fe en Alá y el Juicio Final, y debe tratar a la gente como desee que le traten» (Sahih 4546). Ciertamente, esto parece afirmar la ley de beneficencia general. Pero es contradicha por otros muchos pasajes del Corán y el Hadith, que hacen una distinción tan marcada entre fieles y no creyentes («las criaturas más viles», según el Corán –v. 98:6–) que aquélla se convierte en una declaración esencialmente vacía, o por una en la que «el pueblo» a que alude Mahoma debe entenderse exclusivamente como los musulmanes. Después de todo, «Mahoma es el apóstol de Alá. Los que le siguen son despiadados con los infieles, pero clementes entre sí» (Corán, 48:29).

En efecto. Carece de la Regla de Oro, la ley moral más básica, y tampoco cumple con el criterio de universalidad del imperativo categórico kantiano.

Aparte de eso, el artículo trata del visto bueno que han dado los ayatolas al uso de las armas nucleares contra los infieles, es decir, contra tu y yo. Y no sé tú, pero yo me estoy empezando a mosquear.

La debilidad de Hamas, en la cartera, por Nir Boms y Elliot Chodoff

Trata un tema que mencionamos en otra ocasión; la Autoridad Palestina está en bancarrota:

El dinero siempre ha sido un asunto difícil para Hamas, ya que intentaba mantener un sistema alternativo de organizaciones de caridad en paralelo a la infraestructura del terror.

Incapaz de recabar suficiente apoyo en el mundo árabe y musulmán, Hamas se vio forzado a recurrir a organizaciones-pantalla clandestinas en Estados Unidos y Europa. Pero muchas de esas fuentes (como la Holy Land Foundation, en Estados Unidos; el Committee de Bienfaisance et de Secours aux Palestiniens, en Francia; la Association de Secours Palestinien, en Suiza, y el Palestinian Relief and Development Fund, en el Reino Unido) se han secado, como resultado de una eficaz labor legislativa y de Inteligencia.

Ahora que ha tomado el control de la AP, Hamas tiene que obtener 1.700 millones de dólares al año, mientras la recaudación fiscal anual de la AP, de 400 millones, se queda corta en su proyecto presupuestario de 2.100 millones, de los que 1.200 se destinan a pagar los salarios de sus empleados. La mayor organización de la AP, sus fuerzas armadas, mantiene en nómina a 58.000 individuos. Si sus salarios no son satisfechos, el resultado no será simplemente pobreza por doquier, sino la amenaza de una abierta oposición armada a la AP liderada por Hamas.

Van a tener que hacer economías.

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