A pesar de las condenas, “La Joya de Medina” es una fabulación deshonesta e indecentemente proislámica

Western Resistance nos presenta un valioso reportaje sobre el caso, en el que se acusa a la autora, Sherry Jones, de deshonestidad intelectual.

Los hechos son conocidos: Random House renunció a publicar la novela pro temor a la reacción musulmana. Serbia ordenó la retirada de la novela por los mismos motivos. El editor inglés de la novela ha sufrido un intento de tentado que ha salido oportunamente frustrado por la policía.  Estos son asuntos bien conocidos, pero Adrian Morgan nos presenta otros muchos más relevantes y sin embargo relegados por los medios de comunicación.

Primero. El libro fue inicialmente denunciado por un profesor de universidad norteamericano que acuso al texto de “reírse de los musulmanes y de su historia”:

According to the Guardian newspaper: «In April, Shahed Amanullah, an editor of a popular Muslim website, claimed Spellberg [associate professor of Middle Eastern Studies at the University of Texas at Austin] had told him the book ‘made fun of Muslims and their history’.» Amanullah then forwarded Spellberg’s concerns via email to students of Islamic and Middle Eastern studies. Amanullah himself appears as a guest speaker on Spellberg’s courses.

Más:

In the online edition of the Wall Street Journal, Asra Q. Nomani discussed the details that offended Spellberg. The academic was offended by the description of Mohammed consummating his marriage with Aisha, where «the pain…soon melted away. Muhammad was so gentle. I hardly felt the scorpion’s sting. To be in his arms, skin to skin, was the bliss I had longed for all my life.» Spellberg described the book as a «very ugly, stupid piece of work» and stated: «I don’t have a problem with historical fiction. I do have a problem with the deliberate misinterpretation of history. You can’t play with a sacred history and turn it into soft core pornography.»

Según esto, el pasaje que habría ofendido a Spellberg sería el que narra la desfloración de Aisha: “el dolor… desapareció pronto. Mojamé era tan delicado. Apenas sentí la espuela del escorpión. Estar entre sus brazos, la piel contra la piel, era la delicia que había soñado toda mi vida”. Para Spellberg no es lícito “transformar una historia sagrada en porno blando”. ¿Estará acusando ala autora de blasfemia?

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Segundo. La novela es una fabulación deshonesta e indecentemente pro islámica. Hay que tener en cuenta que la autora pretendía hacer un retrato realista y positivo de la favorita de la madre de todos los harenes, el de Mojamé, a quien Alá dio el privilegio de no estar sujeto a la regla de las cuatro legítimas (en el número de esclavas sexuales los musulmanes no tiene más límite que es de la faltriquera). En todo caso, más de las que podía satisfacer: Mahoma, ¿cornudo?

Nuestra novelista pretende que la jaca Aisha tenía 14 años cuando Mojamé la cabalgó. No sabemos de dónde saca esa edad. Los hadices afirman que Mojamé la pidió y desposó a los 6 años  que consumó el matrimonio a los nueve. Más aún, frente al relato eroticursi de Jones, los hadices nos dicen que la niña Aisha no se enteró de lo que Mojamé le hacía (Aisha: Del columpio al lecho nupcial con 9 añitos):

Mi cuidadora me lavó la cara y me llevó de la mano. Cuando estaba a la puerta se paró para que recuperara la respiración [es decir, la estaban llevando en volandas, casi con violencia]. Me introdujeron en la habitación, donde esperaba el Profeta sentado en una cama de nuestra casa. Mi madre me hizo sentar en su regazo. Entonces, los hombres y mujeres se levantaron y nos dejaron solos. El profeta consumó el matrimonio conmigo en mi casa cuando tenía nueve años”.

Los mahometanos, de una parte, se sienten avergonzados por esta historia y le buscan justificaciones de todo tipo. Contra toda evidencia -fue un redomado criminal- están obligados a afirmar que el profeta fue un hombre perfecto. Y ahí está el segundo reproche que se le puede hacer a Jones. Al ocultar el crimen nefando de Mojamé elevando la edad de Aisha a 14 años para hacerlo más digerible, está mirando hacia otro lado frente a esa lacra del mundo musulmán: la agresión sexual que sufren millones de niñas: Afganistán: Parejitas musulmanas, el amor no entiende de diferencias de edad…Dos cosas podemos hacer. Denunciar la falta de honradez intelectual y la cobardía moral de la autora. Y no comprar el libro.

Islamism: The Devil In Miss Jones von Western Resistance von Giraldus Cambrensis

8 comentarios

  1. Los prejuicios te deben rebosar en forma de una pestilente baba verde por la boca, porque no es comprensible que toda esa basura pueda mantenerse dentro de un ser humano.

    Luego dices que no fomentas el odio. No haces otra cosa.

  2. Yo prefiero ir de atrás hacia delante:

    «Luego dices que no fomentas el odio. No haces otra cosa.»

    Eso lo afirma el que acaba de escribir:

    «Los prejuicios te deben rebosar en forma de una pestilente baba verde por la boca, porque no es comprensible que toda esa basura pueda mantenerse dentro de un ser humano.»

    Lo más gracioso es que me jugaría una mano a que está completamente convencido de su superioridad moral. Es el fanatismo que te inocula el «orgullo de ser de izquierdas». Levantas el puño y te arde el pecho, o si no eres de los teatrales, ejerces tu santa indignación contra ese casero racista y aquel padre de familia reaccionario y te sientes superior a ellos. Me suena un poquito.

    Pero aunque parezca mentira no es culpa suya. Para la mayoría de la gente la adscripción a la izquierda no tiene nada que ver con la política ni con una reflexión. Es algo prepolítico que se forma en la niñez, la adolescencia y la juventud –o en plena etapa adulta cuando toca «mecerse con el viento que sopla»– y que se basa en afinidades sentimentales. Estas a su vez derivan de una serie de imágenes de fuerte simbolismo y completamente despegadas de la realidad: la izquierda como la causa de tus antepasados obreros, que luchaban por tener los mismos derechos y oportunidades que los demás, contra seres despiadados que empleaban su poder para mantener sus privilegios. Eso mientras la Iglesia se dedicaba a justificar aquél estado de cosas. También me suena. La simplificación grosera, tomar la parte por el todo, tomar unas ideologías por lo que dicen que son y que buscan y no por lo que realmente hacen

    ¿Sabes lo que es basura pestilente, pobre damnificado de la progresía? Escribir algo así sobre la violación de una niña:

    «“el dolor… desapareció pronto. Mojamé era tan delicado. Apenas sentí la espuela del escorpión. Estar entre sus brazos, la piel contra la piel, era la delicia que había soñado toda mi vida”.

    Eso lo escribe un tío cualquiera que esté creando en una bitácora su versión de Lolita (porque quiere ser escritor, p. ej.) y lo entrullan por pedófilo. >Y en Alemania (y en Madrid) lo mismo vienen unos heroicos anarco-comunis… «antifascistas» y lo matan de la paliza.

  3. Que listo que eres, me borras los comentarios cuando te hago una argumentación detallada y con referencias que tira por tierra tus argumentos. Para que así nadie los pueda leer y contrastar las noticias -falaces en mi opinión- que das.

    Pero, cuando te interesa publicas un comentario (al menos has borrado 10 anteriores), para decir que sólo suelto exabrupto, aunque este ciertamente lo sea. Y no creo que sea tan grave cuando tú y Montcalm me habéis insultado varias veces.

    Y por cierto, sobre el texto de Mahoma, no se si os dais que estáis dando por realidad el texto de una novela, por muy inspirada que esté en la realidad, si no se contrasta con datos históricos y se considera dentro de su contexto no tiene ningún valor.

  4. Sí, creo que te dije que no volvieras a comentar, quizás se me olvidó.

    La frase es de la novela, pero lo que cuentan los hadices es mucho más crudo, por eso se califico a la fabulación de esta petarda como manipulación proislámica eroticursi.

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