Propuesta de Antonio:
Propongo el siguiente programa de 8 puntos para que le demos la mayor difusión. Eventualmente lo pondré en un sitio web que tengo pensado crear. Esto debemos comunicarlo incesantemente a todos nuestros hermanos cristianos y también a los sacerdotes, a ver si espabilan y empiezan a comportarse cristianamente.
1. Como cristianos que somos, denunciar el voto anticristiano a partidos abiertamente felones y anticristianos como, principalmente, el PP (ni hablar de los otros: P$O€, IU, UPyD y los nazionanismos).
2. Ser consecuentes con ello y votar en clave cristiana: AES, DN, FyV, Falanges. En lo particular yo apuesto por AES y creo que deberíamos ir todos a una, votar todos a un mismo partido y a ser posible reclamar a estos partidos que se presenten bajo unas mismas siglas, bien sea por absorción de partidos o bien sea mediante una confederación de partidos. Es preferible lo primero.
3. Reclamar (sí, reclamar) a nuestros hermanos cristianos y a nuestros pastores que prediquen el pecado de votar a partidos anticristianos, contrarios a la doctrina cristiana y católica.
4. Como cristianos que somos y como obligación nuestra que es, considerar España como tierra de misión y anunciar la palabra de nuestro Señor Jesús.
5. Desprendernos completamente de complejos y reclamar un estado confesional cristiano, del mismo modo que los demás reclaman desde un estado laicista, un estado laico y hasta un estado musulmán. En esta tesitura el cristiano tiene la obligación de posicionarse para reclamar el derecho de nuestra tierra como tierra del Señor. El estado laico ha fracasado, los cristianos, los españoles callamos para dar la oportunidad al estado laico en la esperanza de poder vivir en paz y prosperidad, pero a la vista está que ese estado se ha vuelto contra Cristo y ahora es el maligno el que se ha hecho el dictador de nuestra suerte en este mundo, y como cristianos tenemos la obligación de devolver al Señor lo que es suyo, lo que ha sido usurpado por falta grave (aunque no malintencionada) de nosotros, Su díscolo rebaño.
6. El cristiano no conoce la desesperanza, solo la alegría, la esperanza y el trabajo, por tanto debemos vivir según las enseñanzas de Jesucristo. Recordemos la parábola del sembrador, ¿acaso queremos ser la semilla que creció entre cardos? ¡NO! Debemos ser la semilla que cayó en buena tierra que dará el ciento por uno.
7. El momento del regreso del Señor no lo conocemos, pero como cristianos tenemos la obligación de cargar la cruz y seguir las enseñanzas de Cristo con todas nuestras fuerzas hasta el último suspiro de nuestras vidas terrenales.
8. Esto que acabas de leer transmítelo a cuantos hermanos cristianos puedas y compatriotas leales conozcas. ¡Hagamos la revolución cristiana!
Agradecemos sugerencias a esta propuesta de movilización cristiana. Advirtiendo que ya sabemos que el católico ha de rechazar la revolución en general. Esta trata de la restauración de todas las cosas en Cristo.
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