Límites para el Islam en España: «La religión cristiana y la religión mahometana, cuando son auténticas, producen frutos opuestos».

Me ha gustado mucho este artículo en que desarrolla la línea de acción que deben aplicar los cristianos en relación con los musulmanes que residen entre nosotros. Solo los católicos tradicionales y tradicionalistas hablan así de claro, desgraciadamente.

Se basa en las enseñanzas de de dos documentos conciliares: la Declaración Dignitatis humanae sobre libertad religiosa y la Declaración Nostra Aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, en las que se lee una declaración de aprecio a los musulmanes y se afirma que:

«Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes, el sagrado Concilio exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, procuren sinceramente una mutua comprensión, defiendan y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y libertad para todos los hombres».

Por tanto, explica el artículo, quedan excluidos del aprecio quienes quieren, por ejemplo, recuperar Alándalus, o nos han declarado la Yijad. Más:

En cuanto a la Declaración Dignitatis Humanae, fue uno de los textos más debatidos -y por ello más elaborados- del Concilio, y en su redacción definitiva tuvo el episcopado español un peso particular.

El texto central de dicha declaración (§ 2) dice: «Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos«.

Los límites son los del orden público. Pero caben interpretaciones más amplias o restrictivas, que la prudencia dictará. El orden público incluye desde luego la predicación del odio al infiel, las aglomeraciones de gente, la discriminación de la mujer, pero también puede incluir la oposición de los vecinos a la construcción de mezquitas, o el desplome de los precios de la propiedad de los barrios donde se asientan.

El artículo rechaza la exigencia de reciprocidad. Los citados documentos no exigen como contrapartida de la libertad religiosa entre nosotros la libertad de cultos en sus países de origen. Y ya es bastante.

Lo más interesante del artículo, en mi opinión es el rechazo a la alianza con los musulmanes contra el laicismo. Muy bien argumentada:

… el laicismo en occidente desde la Ilustración y la Revolución Francesa a la Educación para la Ciudadanía no ha necesitado del pretexto del islam para perseguir a la Iglesia y a lo cristiano, repetidamente y a veces cruentamente.

En cambio, ante la gente común apartada del evangelio es la identificación con el islam la que nos perjudica a partir del juicio temerario de que ‘todas la religiones -sobre todo las monoteístas y reveladas- son iguales’, y siguiendo con las falsedades de que las cruzadas son como el yihad ¡y anteriores!, etc.

El interés cristiano se encuentra en la verdad. Y por la verdad que es nuestro interés no podemos consentir, ni menos favorecer, la equiparación de Cristo con Mahoma. Al margen de la multitud de diferencias entre ambos, algunas infinitas, hay que atreverse a decir que mientras el cristiano tibio también es un ciudadano tibio, el musulmán tibio es el que convive pacíficamente, mientras que el paso obligado para convertirse en peligro público es la recuperación rigurosa del Corán.

(…)

La religión cristiana y la religión mahometana, cuando son auténticas, producen frutos opuestos.

Del mismo modo que no abogamos por la libertad para el aborto pa­­ra que pueda gozar de libertad la causa provida, no nos hace falta prote­ger una falsa libertad religiosa de promover la yihad (contra ¡los cris­tianos!) para que se nos reconozca la libertad de predicar y vivir el Evangelio.

Más claro no puede estar. Léelo entero, es de interés: Límites para el Islam en España, por Luis María Sandoval

11 comentarios

  1. «El artículo rechaza la exigencia de reciprocidad. Los citados documentos no exigen como contrapartida de la libertad religiosa entre nosotros la libertad de cultos en sus países de origen. Y ya es bastante.»

    Pretender sustituir los principios de la política internacional por dos declaraciones conciliares de un concilio modernista meramente ecuménico (siempre se olvida este punto) no es precisamente catolicismo tradicionalista, si algo sé del tema. Ni siquiera sentido común. Luis María Sandoval tiene cosas mucho mejores sobre el asunto que este reduccionismo obispólatra y modernista. La única verdad más állá de falsos ecumenismos, teorías utópicas libeggales y constitucionalismos habermasianos es que la sustitución demográfica en general y la inmigración musulmana en particular (con la erección de mezquitas como indicador visual del avance del proceso) nos está islamizando y destruyendo Europa de una vez y para siempre. Perspectivas estas que no estaban precisamente en mente de quienes pedían perdón por existir en documentos de los años sesenta.

    En mi opinión, esto otro es muchísimo mejor:

    http://www.arbil.org/118sand.htm

  2. Creía recordar algo y por fin lo he encontrado…

    «Nadie puede hablar en nombre del islam (como nadie podría hablar en nombre del ‘protestantismo’ en su conjunto): cada musulmán puede en un momento dado pasar de un criterio, o escuela, a otro. En la práctica, sólo puede obtener algún resultado alcanzar pactos con la autoridad civil de cada estado musulmán, que, de alguna manera, procura controlar la práctica y predicación religiosa de sus súbditos. Y para gestionar tales acuerdos el papel de los gobernantes cristianos (cuando existan) ha de ser determinante.

    El Papa y sus delegados, como cabeza de la jerarquía de una Iglesia humanamente bien estructurada, no puede dialogar, ni en paridad ni con eficacia, con algunos estudiosos coránicos o piadosos predicadores de más o menos seguidores. Los gobernantes cristianos –cuando los volvamos a tener- son los que pueden lograr acuerdos de libertad religiosa para los cristianos de Líbano, Sudán, Egipto, Marruecos, los estados del golfo o Kazajastán, mediante negociaciones bilaterales, en las que cabe emplear con toda naturalidad mecanismos de reciprocidad aplicados con la necesaria energía.»

    ¿Ein?

  3. Emba, pero como no iba a poner una cosa que refleja como piensa al milímetro…

    Mont es el tipo mas elusivo que conozco, no sé quien es, y mira que le he invitado a las quedadas, siempre ha encontrado disculpa 🙂

  4. Cinco años de formación, dos viajes a Langley, seis meses con el SAS y descubren mi operación en los comentarios de una bitácora.

    Supongo que siempre me quedará ser ministro. 🙂

Responder a AMDG Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*