En la capital coexisten en buena vecindad las iglesias y las mezquitas, con frecuencia en una misma plaza o a ambos lados de una calle, como ha sucedido durante siglos en muchos países. En Jordania conviven tranquilamente una mayoría musulmana y una minoría cristiana que, según recordó con orgullo el príncipe Ghazi al Papa, «cuenta, por ley, con el ocho por ciento de los escaños en el Parlamento y en otros niveles de gobierno, aunque su proporción demográfica sea de hecho inferior».
En la realidad, los cristianos son sólo un tres por ciento, y el hecho de tener una representación parlamentaria de casi el triple es un gesto ejemplar de respeto a las minorías.
Una concesión casi excesiva. Libertad, no cuotas ni privilegios.
Pues que no se te ablande 🙂 Los musulmanes son expertos en parecer victimas o mentir (taqiyya)