La acusación habitual de los circuncisos, de la que hemos tratado en otras ocasiones es que miró para otro lado. Actitud que -aunque fuera cierta, que no lo es- no hubiera sido muy distinta de la de los judíos norteamericanos, incluso de los judíos europeos que se pusieron a salvo emigrando a los EE. UU. Esto último, por supuesto, lo olvidan muy oportunamente los circuncisos, y mira que tiene delito: escapar del nazismo y seguir dedicándose al otro lado del Atlántico tan ricamente a sus filosofías (filosofías destructivas para mas INRI). Me refiero a los casos de Adorno, Horkheimer, etc.
Cierto masoncito criollo del que tuve noticias a través de un correo va más allá: Pío XII fue un aliado de los Nazis. Aún más allá, lo califica de «aliado en la destrucción». Hago esta diferencia porque los nacionalsocialistas acabaron con el paro en Alemania, cosa loable. Incluso pusieron en práctica por primera vez en la historia políticas de izquierdas como la protección de los animales y la naturaleza, las ayudas por paternidad, la sanidad pública, etc. Adelantaron ala izquierda por la propia izquierda, que ya es decir.
El ignoto masoncito reproduce una Carta dirigida por el presidente de EEUU Trumman al Papa Pío XII. He mirado en Internet y veo que la publican varios sitios, pero tengo que decir que me cuesta considerarla auténtica, porque el tono rabioso que gasta el Sr. Presidente tendría un pase en un blog, pero nunca en una carta diplomática oficial. Ahí lo tenemos en la foto, con todos los juguetes encima. Por cierto, ¿hace falta tanto cachivache para asistir a «reuniones filantrópicas»?
En todo caso, auténtica o apócrifa, el texto no tiene desperdicio, así que voy a hacerle un fisking:
PIO XII ALIADO EN LA DESTRUCCION. Carta dirigida por el presidente de EEUU Trumman al Papa Pio XII
Estimado Sr. Pacelli: Como bautista y como jefe ejecutivo de la nación más grande y poderosa del mundo, y en la cual todos me llaman simplemente Sr. Trumman, yo no puedo dirigirme a usted como su Santidad, titulo que pertenece solamente a Dios. Nosotros, en los Estados Unidos, consideramos a todos los hombres como iguales antes Dios y nos dirigimos a ellos por sus verdaderos y propios nombres. Por lo mismo yo debo dirigirme a usted sencillamente como Sr. Pacelli.
No creo que haya leído una expresión de soberbia con pretensiones de humildad tan repugnante. Por lo demás, hasta los jefes ejecutivos de la nación más grande y poderosa del mundo tienen la obligación de seguir el protocolo diplomático, y dirigirse a los príncipes como altezas y a los papas como santidades, aunque sean bajos o poco santos.
El pueblo que me ha elegido como su jefe ejecutivo, es una nación democrática, amante de la paz, por lo tanto, mi deber es buscar la cooperación de aquellos que han dado pruebas de que realmente desean la paz y trabajan para obtenerla; no aquellos que gritan paz y fomentan guerra. Yo creo que ni usted ni su iglesia, se encuentran entre los que verdaderamente buscan la paz y trabajan por ella.
No sé en que se basará la acusación al Vaticano, pero los presidentes de los EE. UU. buscaron unas excusas inverosímiles para entrar en las dos guerras mundiales contra las promesas hechas a su pueblo.
En primer lugar, los padres fundadores de esta gran nación, conociendo, por la historia pasada la naturaleza de vuestra iglesia amante de la política y de la guerra, asentaron, como primer principio en nuestro gobierno, que no se permitiría en nuestros asuntos ninguna intromisión de parte vuestra. Ellos aprendieron bien esta lección de historia europea; y nosotros estamos convencidos de que nuestra democracia no durará si nosotros nos enredamos, como lo hicieron los gobiernos de Europa, en vuestras doctrinas e intrigas políticas. Tomas Jefferson, uno de los más sabios de este país, dijo esto claramente cuando declaró: «La historia no nos proporciona ningún ejemplo de algún pueblo manejado por los sacerdotes que mantengan un gobierno civil libre».
Eso es aplicable a toda casta política, no necesariamente de sacerdotes. Esta es la doctrina historia oficial de la masonería. Donde diga iglesia poned masonería y habréis acertado. La casta masónica tuvo una influencia desmedida (y nefasta) en la II República española («La II República española fue en gran medida una operación masónica. A los comicios de 1931 para elegir unas Cortes constituyentes se presentaron 190 candidaturas masónicas y fueron elegidos 135 diputados del Grande Oriente y 16 de la Gran Logia, o sea, 151, que sobre un total de 470 representaban casi el 35% de la cámara. Anteriormente, ferrer había dado una cifra más elevada: 145 seguros y 38 probables, lo que arrojaba un total de 183 diputados masones, casi el 40% del Parlamento»). Y la sigue teniendo. Por ejemplo, este es el caso de la Francia actual: La masonería es la iglesia oficiosa de la República Francesa (la “fraternidad parlamentaria” francesa reúne a 300 masones en el Parlamento, Senado, Parlamento europeo y Consejo económico y social). ¿Para cuándo una separación Masonería-Estado?
Por lo tanto, es usted la última persona del mundo que puede instruirme en cuanto a la manera de dirigir mi pueblo por la senda de la paz. Algunos cuantos hechos escuetos pueden ayudara usted para refrescar su memoria. Fue vuestro predecesor en el vaticano, el Papa Pío XI, el que comenzó toda la agresión fascista mediante los pactos lateranenses con Mussolini en 1929. Esta fue la fecha en la cual la civilización cristiana fue suciamente traicionada. Esa fue la fecha en que comenzó el horror que ha dejado a Europa y al mundo en la triste condición en que lo vemos ahora.
Insisto en que me es difícil creer que esta carta sea legítima. No son precisamente maneras diplomáticas. Datar el comienzo de la «agresión fascista» con los pactos lateranenses. ¿Es eso lo que les cuentan los «hermanos» a los «aprendices»? Nótese que una de las consecuencias de la reunificación italiana, una operación masónica, fue acabar con los Estados Pontificios. El papa pasó a ser una especie de rehén. Esos pactos le dieron al Vaticano estatus formal de estado. Dice el masón Trumman que eso fue una sucia traición a civilización cristiana. No estaría mal que explicara el pacto que rompió el Vaticano al buscarse la independencia formal de Italia, de la Italia de Mussolini.
Un notable escritor e historiador de nuestro país, Lewis Munford, que no es comunista ni odia a los católicos, escribió en un libro que público en 1940: «La traición al mundo cristiano se efectuó claramente en 1929, en el concordato que se efectuó entre Mussolini y el Papa«. También nos dice: «Desafortunadamente, los propósitos del fascismo están en profundo conflicto con los de una república libre como lo es la de los Estados Unidos; y en este sentido La iglesia católica ha sido una aliada, una potente alidada en las fuerzas de la destrucción«.
Aquí indica sus fuentes. No conozco al dicho historiador, ni los razonamientos que hace. Sigue andanada:
En ese mismo tiempo, muy pocos de nosotros los que vivimos en los Estados Unidos conocíamos la verdadera naturaleza del fascismo, como usted y el Papa Pío XI deben haberla conocido, puesto que ustedes dos lo fomentaron y aliaron a vuestra iglesia con él. Usted mismo fue especialmente preparado como joven sacerdote y diplomático de la iglesia para el propósito específico de ayudar a Alemania a prepararse para las dos guerras mundiales. Usted y el Káiser, desde Suiza, urdieron intrigas en contra de los aliados durante la primera guerra mundial. Usted estuvo doce años en Alemania durante la ascensión de Hitler al poder, usted negoció con él. Juntamente con el execrable Fritz Von Papen, un doble Papa, ayudó a Hitler a subir al poder y puso su firma como Eugenio Cardenal Pacelli juntamente con la de Hitler en el Concordato del Vaticano con el Reich de Hitler en 1933.
Vaya, las dos guerras mundiales fueron un complot del Papa. No sabía yo que el Vaticano fuera tan poderoso.
Ninguno creerá que usted no sabia que Hitler y sus Nazis estaban formando un complot en contra nuestra. El propio biógrafo católico dice de usted que era durante años «El hombre mejor informado del Reich«.Después que usted y Von Papen firmaron el documento que salpicó a Hitler de agua bendita y le dio el empujón que necesitaba, vuestro colega, que a duras penas se escapó de la horca de Nuremberg, se jactó de la siguiente manera: «El tercer reich es el primer poder que no solamente reconoce, sino que pone en practica, los altos principios del papado«. Vuestros Cardenales y Obispos en Roma bendijeron las armas de guerra en contra de los indefensos etíopes. Vuestro Cardenal de Milán proclamó el robo de Etiopía como una cruzada santa para: «Llevar el triunfo a Etiopía a la cruz de Cristo«.
La primera frase es de antología. ¿Quiénes serán los «ellos» a que se refiere Trumman? ¿Se puede creer alguien -salvo algún masón cargado de grados (grados alcohólicos o de los otros)- que el nazismo es la materialización de «los principios del papado»? La aventura etíope no fue para tanta rasgadura de vestiduras (de mandiles, para el caso). El criollito masón debería pensar en los casos de Panamá, Cuba, Puerto Rico, las Filipinas… ¡que los tiene usted al lado, buen hombre!.
Y todavía llama usted a su iglesia la iglesia de Dios, y pretende como una consecuencia, que yo, cabeza de un Estado Civil, admita a usted como superior a mi y al pueblo de los Estados Unidos. Usted habla con palabras melosa a cerca de la justicia. Al mismo tiempo usted está llamando con los tambores a otra guerra, aún más terrible que las últimas dos, contra Rusia que nos ayudó a derrotar a Hitler y a Mussolini.
A esas alturas de la partida hubiera sido un error la acción militar directa, pero no creo que fuera eso lo que el Papa le propusiera. Al masoncillo criollo le molestará saber que fue la acción conjunta de EE. UU y el Vaticano en los 80 el que hizo que se derrumbara la Unión Soviética. Por lo demás ¿por qué entonces tanta maniobra norteamericana para evitar que Italia acabara en manos del Partido Comunista?
Usted está incitando a los Estados Unidos para que cuanto antes vayan a la guerra contra Rusia y usted usa contra Rusia los mismos gritos de combate que usaron Hitler y Mussolini para construir sus detestables y diabólicos regímenes. Usted quiere que desperdiciemos nuestro dinero y que enviemos a nuestros jóvenes americanos a una muerte horrible sobre los cadáveres de Hitler y Mussolini, para terminar la lucha que ellos comenzaron con ayuda de usted, y a quienes nosotros derrotamos. Sí, Estados Unidos desea la paz. De todas las naciones solamente a nosotros nos ha quedado una época de prosperidad y decencia.
Somos el baluarte de las libertades democráticas protestantes y si nosotros, como Inglaterra protestante, nos debilitamos y perdemos nuestra sustancia, vuestra cultura católica tendrá una oportunidad de gobernar otra vez el mundo. Usted fácilmente podrá aliarse con Rusia en contra nuestra si nosotros perdiéramos o quedáramos debilitados por una guerra de tal naturaleza. Vuestro predecesor, el Papa Pío XI, declaró públicamente que el haría pacto con el mismo diablo, si esto convenía a los intereses de su iglesia.
Vaya. El Vaticano azuza a los EE. UU. contra la URSS para desgastar a los EE. UU. y después a liarse con Rusia y pasar a gobernar el mundo…
Por lo tanto Sr. Pacelli, es mi deber como cabeza de este país predominantemente protestante rechazar sus aventuras a guisa de alianza de pacto de paz. «Aquellos que comen en un plato en que el diablo está comiendo deben usar una cuchara más larga». Yo continuaré buscando la paz como buen bautista, sosteniendo los rectos y honrados principios protestantes que han hecho grande nuestra nación.
Pues algo se ha torcido, porque lamentablemente la «grande nación» está hecha unos zorros.
En fin, mi pregunta es ¿cómo se puede dar credibilidad a este delirio? ¿Sabéis alguno de vosotros algo más al respecto?
La carta es absurdamente falsa. Ya la conocía. Me sorprende que te ocupes de ella. En la realidad, Truman le escribió al Papa numerosas veces y el sentido era crear una campaña religiosa global contra el comunismo en el marco de la guerra de la guerra fría. Truman intentó agrupar a todos los líderes religiosos.
Cita (con negritas mías)
Harry S Truman: Faith, Freedom, and the Cold War – The Hauenstein Center for Presidential Studies – Grand Valley State University
Hay que destacar que este llamado Truman se dirigía de manera expresa a la «gente que cree en la
Regla de Oro«, por lo que el Islam estaba excluido.
El intento no tuvo mucho éxito. Entre otras razones porque desde el principio Truman puso a la Iglesia católica en un lugar preeminente y esto tuvo oposición desde todas partes, incluyendo su propia iglesia (Babtista).
En fin, nada más lejos de las ideas y obras de Truman en relación al Papa que esa absurda carta.
Más sobre el tema de las relaciones (y el tono) entre Truman y el Vaticano se puede leer aquí:
The first cold warrior: Harry Truman … – Google Books
Budai, el masoncito la da por buena, y los comentarios que le dejan.
Calumnia, calumnia, que algo queda. Todo muy masónico.
La calumnia tiene eso. Calumnia que siempre algo quedará. ¿Recuerdan el aria «La calumnia e un venticello»? No sé si lo he escrito bien, pero es un aria preciosa. Y cierta, claro.
Pues sí, la calumnia funciona. Aunque yo no elevo esta idiotez a la categoría de calumnia.
Diccionario de la lengua española – Vigésima segunda edición
Es decir, «calumnia», requiere que el calumniador esté enterado y mienta a sabiendas. Y no es el caso, aquí lo que tenemos es un idiota ignorante: el tipo que se caga en el elevador y se limpia con las paredes.
Bueno. Decidí tomarme algunas molestias. Aunque ya había buscado alguna información sobre el tema cuando tuve conocimiento hace unos meses, ahora me entretuve en escarbar con más profundidad.
Hay unas cuantas páginas que contienen la carta o fragmentos. Poco a poco se puede hacer un mapa de como ocurrió el flujo de información y es fácil verificar fechas con archive.org.
He aquí el resultado de mis indagaciones:
La página «original» es Prophecy is one of the Presents of God. Apareció alrededor de Mayo de 2006. Desde el principio le atribuyeron un caracter dudoso:
Pero sólo después de aparecer en The Arctic Beacon
en Noviembre del 2007 es que comienza a hacerse popular.
La fuente citada y no hay por ningún lado otra fuente alternativa es:
Revista Nacional de Informacion y Cultura Occidental #118 Mayo-Junio 1959 pp 30-32 Santiago the Chile.(Translated back to English)
Es decir, la versión inglesa de la carta es una traducción Inglés-Español-Inglés porque dudosamente Truman le escriba al Papa en español. La posteada por AMDG es entonces una traducción Inglés-Español-Inglés-Español. Esto es bastante surrealista. El supuesto original escrito por Truman no aparece por ningún lado. Y tampoco el «original» en español de la traducción primigenia que supuestamente fue publicada en Chile.
Nuevas búsquedas de esta supuesta «Revista Nacional de Informacion y Cultura Occidental» nos devuelven que esta revista aparece EXCLUSIVAMENTE en aquellos artículos sobre la carta que incluyen la referencia. Al parecer, nada publicado en esa revista y ni siquiera la propia revista (si es que existíó) ha conseguido atraer la atención de nadie. La revista TAMPOCO aparece listada entre las publicaciones de varias bibliotecas chilenas.
En mi opinión, no solo la atribución a esa revista chilena es falsa sino que es falsa también la propia revista, pero esto es un dato que no es tan fácil de verificar online.
Sólo queda a nuestro alcance el sitio original donde apareció la carta. Que consideren la carta un posible hoax probablemente indica que se trata de alguna colaboración recibida de una fuente dudosa. Pero la carta está en dentro de su línea editorial. Allí podemos leer este artículo de donde tomo una cita como muestra:
The Black Pope
Traducción versión libre con negritas mías:
Harry Truman fue colocado como presidente por los jesuitas, la máquinaria Democráta Pensergast de Missouri. Harry Truman toma el relevo tras el asesinato de FDR, porque FDR fue asesinado en la casa de Bernard Baruch. Una vez allí él dio fin a la guerra con el engaño llamado lanzamiento de las bombas nucleares con el propósito de crear el engaño mayor llamado Guerra Fría, que permitiría a la Ciudad del Vaticano golpear un país tras otro, y sustituir a los líderes con dictadores, subordinados al Papa. Ese fue el fin de la Guerra Fría.
Bueno, concluyan ustedes 🙂 ya la respuesta es muy larga
En el III Reich se promulgaron las primeras leyes de protección animal y de la naturaleza. Eso es cierto pero, ¿por qué esa política ha de ser considerada «de izquierda»? No debemos concederles a los izquierdistas el monopolio de la preocupación por la naturaleza y, el ejemplo que se cita, el III Reich, es un buen indicativo de ello.
Por otro lado, siempre están desde los círculos intelectuales judíos y/o progresitas acusando a Pío XII. El III Reich tuvo un respeto escrupuloso a la separación entre la Iglesia y el Estado, y esto aplicado tanto al Catolicismo como al Luteranismo. Desde luego, no renunció a la posibilidad de orientar su acción en su beneficio, como todo régimen, pasado o actual. Pero la libertad religiosa para los cristianos fue un hecho a lo largo de todo el tiempo en que se desarrolló este Reich. Existían también grupos budistas, particularmente en Berlín. Paradójicamente, la única religión que sufrió cierta persecución fue el Paganismo, tal y como señala Alain de Benoist (en: ¿Cómo se puede ser Pagano? Ediciones Nueva República, Barcelona, 2004).
En esta obra (págs. 35-36), explica cómo el grupo pagano Tannenbergbund fue prohibido en 1933, su sucesor, el Bund für deutsche Götterkenntnis fue semi-prohibido en 1937, y así sucesivamente, con grupos y personalidades hasta que hacia 1941 había sido prohibidos casi todos los grupos paganos.