Lepanto, la batalla inacabada (4). La respuesta de la cristiandad católica

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El libro presenta a continuación el punto de vista de los cristianos: Los turcos toman Rodas, por lo que los caballeros Hospitalarios de San Juan allí establecidos pasan a Malta, pasándose a llamar Caballeros de Malta. Es esta una isla situada en medio del mediterráneo, entre Italia y Libia, con un puerto excepcional en La Valletta (ver mapa). Resiste casi milagrosamente el ataque. Aún se celebra el día en que levantaron el asedio.

Siguen las conquistas. Venecia pierde Chipre en 1571. Las atrocidades del Turco fueron incontables. Por ejemplo, el defensor de Famagusta, Bragadino, fue desollado vivo y su piel enviada a Estambul, aunque algunas historias lo ocultan, tratando de dejar en buen lugar al Turco:

Bragadino’s reply so enraged Mustafa that he declared the terms of capitulation to have been broken and ordered the whole party to be executed forthwith, with the General Bragadino reserved for the worst fate. After a fortnight of imprisonment, he was bound to the pillory in the square of Famagusta, and killed. Some years later his remains was purchased by his brother for a great sum, carried to Venice, and laid there in a marble urn in the church of Sts. Giovanni and Paolo.

Tengase en cuenta que se trata de una web llamada “Chipre del Norte”, proturca, que que da por descontado que habrá separacióntras la ocupación. Aquí están los hechos.

Así queda calificada en el libro la política exterior francesa en este período:

“Época más que vergonzante para los franceses, como lo ponen de manifiesto sus alianzas con los turcos, que consiguieron que hasta estos acabaran cansados de ellos, sus intentos de manipular al Papado, sus devaneos con los hugonotes [protestantes franceses] y otros movimientos que dividieron a los cristianos y desgastaron Europa, sus traiciones a los pactos y demás engaños… Su intento de manipular Europa –como posteriormente siguieron y siguen haciendo al día de hoy – hizo que este continente no pudiera –ni lo pueda hacer hoy en día- desarrollar todo su potencial.”

En efecto, el Papa tuvo que hilar muy fino para conseguir que los reinos cristianos reunieran una armada suficiente para hacer frente al Turco. Con los franceses no se podía contar, además de ser antihispánicos estaban en plena época de guerras de religión. Solo los estados italianos y España respondieron.

El libro sigue con los preparativos de la batalla y con la batalla en sí (aquí hay algunos artículos sobre esta batalla, por ejemplo: La gran victoria naval en el Mediterráneo), y termina con un epilogo que explica porqué hay que hablar de batalla inacabada: tras acabar con la armada turca no se pudo aprovechar la ocasión. Uno de los coligados, las Serenísima República de Venecia (en concreto sus comerciantes), influida por Francia, pactó con el Turco un humillante acuerdo con el Sultán de la Sublime Puerta: 300.000 ducados en tres años, por el derecho a comerciar con los turcos. Limitación de la escuadra veneciana a 60 galeras.

Por eso, porque la batalla de Lepanto dejó la guerra inacabada estamos metidos de lleno en la tercera yijad.

Una aclaración final. Podría parecer que valoramos peor la actuación de los franceses que la de los turcos. Así es, por supuesto. Los Turcos perseguían una política imperial consistente, enfrente de ellos estaban los Habsburgo y la Monarquía Hispánica. Los franceses buscaban solo perjudicar a esta Monarquía Hispánica y a la Cristiandad. Es triste y es así, incluso actualmente solo una minoría de ellos preferiría otra política. Esperemos que crezca.

La inquina francesa contra la monarquía hispánica tuvo dos causas. La primera fue Italia. La corona de Aragón regía los destinos del sur de Italia, Nápoles y las Dos Sicilias. En el s. XVI Francia quiso poner a Italia bajo su inflencia, el choque fue inevitabñe. La Corona de Aragón, en crisis demográfica y económica, no pudo hacerle frente, serían los Tercios de Gran Capitan –con dinero y soldados castellanos- y su defensa de picas los que derrotarían a los franceses. Por otra parte, la muerte de otros descendientes hizo que la corona de Castilla y Aragón fuera a parar al hijo de Juana la Loca, que heredaba también Flandes. Flandes era lo que quedaba del Ducado de Borgoña, ya que la Borboña originaria había sido anexionada por Francia. Carlos I tendría siempre esa espina clavada.

Esas con las causas de la rivalidad. Si Castilla no se hubiera unido a Aragón seríamos un país atlántico al que Europa -es decir, centroeuropa- le parecería un vecino poco fiable y de peligrosas reacciones.