Islamizando España: El Cantar del Mio Cid es de autoría árabe

El cantar del Mío Cid: genesis y autoría árabe

Y están tan orgullosos, por el módico precio de 24€

Desde la Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes queremos presentarle nuestra última novedad editorial: El Cantar de Mío Cid: génesis y autoría árabe, obra de la profesora Dolores Oliver Pérez (Universidad de Valladolid). Para su publicación hemos contado con la colaboración de la Diputación de Toledo, el Departamento de Filología de la Universidad de Almería y el grupo de investigación “Andalucía y sus relaciones con el Magreb” de la Junta de Andalucía.

Esta obra no es una más de las que se publican acerca del célebre cantar de gesta. Estamos ante el resultado de más de veinte años de ardua labor investigadora basada tanto en las crónicas árabes, tan elocuentes y tan a menudo ignoradas, como en las latinas y romances. Es así como el célebre cantar se sitúa en el lugar que históricamente le corresponde: el de ser originariamente un poema de propaganda política compuesto a finales del siglo XI en la corte valenciana del Cid por un eminente jurista y poeta cortesano a su servicio, Abu l-Walid al-Waqqasi.

Mediante este documentado estudio, escrito en un estilo ameno y accesible a todo tipo de público, disponemos de una nueva perspectiva desde la que interpretar este importante poema épico, pieza fundamental de la literatura hispánica, y resolver los muchos interrogantes que suscita su lectura y a los que las teorías tradicionales han sido incapaces de dar respuesta.

3 comentarios

  1. Ni siquiera la increíble degradación de la Universidad en la segunda mitad del siglo XX puede explicar semejantes delirios. Como señalaba El Embajador esto sólo pueden explicarlo el oro de Rabat y el oro de Riyadh. O el del Turco. Es la única explicación junto con las agendas ideológicas ocultas, como por ejemplo ese famoso profesor de filosofía marxista, Juan Bautista Fuentes, que antes de abandonar su trotskismo de décadas se felicitaba en artículos de allá por 2002 del «cambio de la base étnica de la población española» (sic).

    Ahora se ha vuelto prácticamente un tradicionalista. Cosas veredes.

    Dinero y proyectos obscenos, ésa es la única explicación. A ver qué autor moro hubiera escrito cosas como éstas:

    «Vos con los doscientos id vos en algara;
    Allá vaya Álvar Álvarez y Álvar Salvadórez sin falla,
    Y Galín García una valiente lanza;
    Caballeros buenos que acompañen a Minaya.
    Osadamente corred, que por miedo no dejéis nada; 445
    Hita abajo y por Guadalajara;
    Hasta Alcalá lleguen las algaras;
    Y bien cojan todas las ganancias,
    Que por miedo de los moros no dejen nada;
    Y yo con los cien aquí quedaré en la zaga;
    Tendré yo Castejón donde tendremos gran guarda. 450
    Si peligro os viniere alguno en la algara,
    Mandadme aviso muy presto a la zaga;
    De este socorro, hablará toda España. »

    España, por cierto, que era una «mera expresión geográfica». Bueno, al menos eso dicen ahora en Sabin Etxea o en Lisboa . . .

    Más:

    «Todos han salido, las puertas abiertas son dejadas
    Con pocas gentes que en Castejón quedaran;
    Las gentes de fuera todas son desparramadas.
    El Campeador salió de la celada;
    Corría a Castejón sin falla. 465
    Moros y moras teníanlos de ganancia,
    Y los ganados, cuantos en derredor andan. »

    . . .

    «Mío Cid Ruy Díaz por las puertas entraba;
    En mano trae desnuda la espada;
    Quince moros mataba de los que alcanzaba.
    Ganó a Castejón y el oro y la plata.
    Sus caballeros llegan con la ganancia;»

    . . .

    «¡A ti lo agradezco, Dios, que cielo y tierra guías!
    ¡Válganme tus virtudes, gloriosa santa María! »

    . . .

    «Con estas mis dueñas de quien soy servida. 270
    Yo lo veo que estáis vos en ida
    Y nos de vos nos hemos de partir en vida.
    ¡Dadnos consejo, por amor de santa María!»

    . . .

    «¡Ay, doña Jimena, la mi mujer tan cumplida,
    Como a la mi alma, yo tanto os quería!
    Ya lo veis que a partir nos hemos en vida; 280
    Yo iré y vos quedaréis retenida.
    ¡Plega a Dios y a santa María,
    Que aun con mis manos case estas mis hijas,
    O que dé ventura y algunos días vida
    Y vos, mujer honrada, de mí seáis servida! »

    . . .

    Este es buenísimo. Claramente obra de un musulmán:

    «¡Ya, Señor glorioso, Padre que en el cielo estás! 330
    Hiciste cielo y tierra, el tercero el mar;
    Hiciste estrellas y luna y el sol para calentar;
    Tomaste encarnación en santa María Madre;
    En Belén apareciste, como fue tu voluntad;
    Pastores te glorificaron, hubiéronte de alabar; 335
    Tres reyes de Arabia te vinieron a adorar,
    Melchor y Gaspar y Baltasar oro, incienso y mirrá
    Te ofrecieron, como fue tu voluntad;
    Salvaste a Jonás, cuando cayó en la mar;
    Salvaste a Daniel con los leones en la mala cárcel; 340
    Salvaste dentro en Roma al señor san Sebastián;
    Salvaste a santa Susana del falso criminal;
    Por tierra anduviste treinta y dos años, Señor espiritual,
    Haciendo milagros, por ello tenemos que hablar:
    Del agua hiciste vino y de la piedra pan; 345
    Resucitaste a Lázaro que fue tu voluntad;
    Por los judíos te dejaste prender; do dicen monte Calvario,
    Pusiéronte en cruz, en el monte por nombre Golgotá;
    Dos ladrones contigo, éstos de sendas partes,
    El uno está en paraíso, que el otro no entró allá; 350
    Estando en la cruz, virtud hiciste muy grande:
    Longinos era ciego, que nunca vio a nadie;
    Diote con la lanza en el costado, donde salió la sangre;
    Corrió la sangre por el asta abajo, las manos se hubo de untar;
    Alzolas arriba, llegolas a la faz; 355
    Abrió sus ojos, cató a todas partes,
    En ti creyó entonces, por ello se salvó de mal;
    En el monumento, hubiste de resucitar;
    Fuiste a los infiernos, como fue tu voluntad;
    Quebrantaste las puertas y sacaste a los santos padres. 360
    Tú eres rey de los reyes y de todo el mundo padre;
    A ti adoro y creo de toda voluntad,
    Y ruego a san Pedro que me ayude a rogar
    Por mío Cid el Campeador que Dios le cuide de mal.
    ¡Cuando hoy nos partimos, en vida haznos juntar! 365

    Narrador

    La oración hecha, la misa acabado la han;
    Salieron de la iglesia, ya quieren cabalgar.
    El Cid a doña Jimena íbala a abrazar;
    Doña Jimena al Cid las manos le va a besar,
    Llorando de los ojos, que no sabe cómo actuar. 370
    Y él a las niñas tornolas a catar: »

    Tócate los cojones, mariloles. Como diría un yanqui esto es una especie de «Catolicismo 101».

    Estos fragmentos han sido tomados al volapié de la mitad del Primer Cantar. Luego quedan dos cantares y medio más. En el tercer cantar se habla de la Santísima Trinidad, como es bien conocido un concepto clave en la secta mahometana:

    «Hoy os dije la misa de Santa Trinidad; 2370
    Por eso salí de mi tierra y os vine a buscar,
    Por el gusto que tenía de algún moro matar;
    Mi orden y mis manos querríalas honrar;
    Y, en estos ataques, yo quiero ir adelante.
    Pendón traigo, tiene corzas y armas de señal; 2375
    Si pluguiese a Dios, querríalas ensayar;
    Mi corazón que pudiese holgar;
    Y vos, mío Cid, de mí vos más alegrar.
    Si este favor no hacéis, yo de vos me quiero apartar. »

    Esto lo dice un obispo: don Jerónimo. Un facha en abierta contradicción con el «espíritu del Vaticano II» que advierte al Cid que él viene con pendones como cualquier otro y que como no le deje matar moros se marcha.

    Esto es como lo de los 100 millones de amerindios asesinados por los españoles según el Berkeley de los sesenta, los millones/cientos de miles de ajusticiados por la Inquisición, el «las razas no existen/no importan» o el cambio climático antropógenico de Algor I Calentólogo y los sandías de Greenpeace. Pura ciencia.

  2. Ni siquiera la increíble degradación de la Universidad en la segunda mitad del siglo XX puede explicar semejantes delirios. Como señalaba El Embajador esto sólo pueden explicarlo el oro de Rabat y el oro de Riyadh. O el del Turco. Es la única explicación junto con las agendas ideológicas ocultas, como por ejemplo ese famoso profesor de filosofía marxista, Juan Bautista Fuentes, que antes de abandonar su trotskismo de décadas se felicitaba en artículos de allá por 2002 del «cambio de la base étnica de la población española» (sic).

    Ahora se ha vuelto prácticamente un tradicionalista. Cosas veredes.

    Dinero y proyectos obscenos, ésa es la única explicación. A ver qué autor moro hubiera escrito cosas como éstas:

    «Vos con los doscientos id vos en algara;
    Allá vaya Álvar Álvarez y Álvar Salvadórez sin falla,
    Y Galín García una valiente lanza;
    Caballeros buenos que acompañen a Minaya.
    Osadamente corred, que por miedo no dejéis nada; 445
    Hita abajo y por Guadalajara;
    Hasta Alcalá lleguen las algaras;
    Y bien cojan todas las ganancias,
    Que por miedo de los moros no dejen nada;
    Y yo con los cien aquí quedaré en la zaga;
    Tendré yo Castejón donde tendremos gran guarda. 450
    Si peligro os viniere alguno en la algara,
    Mandadme aviso muy presto a la zaga;
    De este socorro, hablará toda España. »

    España, por cierto, que era una «mera expresión geográfica». Bueno, al menos eso dicen ahora en Sabin Etxea o en Lisboa . . .

    Más:

    «Todos han salido, las puertas abiertas son dejadas
    Con pocas gentes que en Castejón quedaran;
    Las gentes de fuera todas son desparramadas.
    El Campeador salió de la celada;
    Corría a Castejón sin falla. 465
    Moros y moras teníanlos de ganancia,
    Y los ganados, cuantos en derredor andan. »

    . . .

    «Mío Cid Ruy Díaz por las puertas entraba;
    En mano trae desnuda la espada;
    Quince moros mataba de los que alcanzaba.
    Ganó a Castejón y el oro y la plata.
    Sus caballeros llegan con la ganancia;»

    . . .

    «¡A ti lo agradezco, Dios, que cielo y tierra guías!
    ¡Válganme tus virtudes, gloriosa santa María! »

    . . .

    «Con estas mis dueñas de quien soy servida. 270
    Yo lo veo que estáis vos en ida
    Y nos de vos nos hemos de partir en vida.
    ¡Dadnos consejo, por amor de santa María!»

    . . .

    «¡Ay, doña Jimena, la mi mujer tan cumplida,
    Como a la mi alma, yo tanto os quería!
    Ya lo veis que a partir nos hemos en vida; 280
    Yo iré y vos quedaréis retenida.
    ¡Plega a Dios y a santa María,
    Que aun con mis manos case estas mis hijas,
    O que dé ventura y algunos días vida
    Y vos, mujer honrada, de mí seáis servida! »

    . . .

    Este es buenísimo. Claramente obra de un musulmán:

    «¡Ya, Señor glorioso, Padre que en el cielo estás! 330
    Hiciste cielo y tierra, el tercero el mar;
    Hiciste estrellas y luna y el sol para calentar;
    Tomaste encarnación en santa María Madre;
    En Belén apareciste, como fue tu voluntad;
    Pastores te glorificaron, hubiéronte de alabar; 335
    Tres reyes de Arabia te vinieron a adorar,
    Melchor y Gaspar y Baltasar oro, incienso y mirrá
    Te ofrecieron, como fue tu voluntad;
    Salvaste a Jonás, cuando cayó en la mar;
    Salvaste a Daniel con los leones en la mala cárcel; 340
    Salvaste dentro en Roma al señor san Sebastián;
    Salvaste a santa Susana del falso criminal;
    Por tierra anduviste treinta y dos años, Señor espiritual,
    Haciendo milagros, por ello tenemos que hablar:
    Del agua hiciste vino y de la piedra pan; 345
    Resucitaste a Lázaro que fue tu voluntad;
    Por los judíos te dejaste prender; do dicen monte Calvario,
    Pusiéronte en cruz, en el monte por nombre Golgotá;
    Dos ladrones contigo, éstos de sendas partes,
    El uno está en paraíso, que el otro no entró allá; 350
    Estando en la cruz, virtud hiciste muy grande:
    Longinos era ciego, que nunca vio a nadie;
    Diote con la lanza en el costado, donde salió la sangre;
    Corrió la sangre por el asta abajo, las manos se hubo de untar;
    Alzolas arriba, llegolas a la faz; 355
    Abrió sus ojos, cató a todas partes,
    En ti creyó entonces, por ello se salvó de mal;
    En el monumento, hubiste de resucitar;
    Fuiste a los infiernos, como fue tu voluntad;
    Quebrantaste las puertas y sacaste a los santos padres. 360
    Tú eres rey de los reyes y de todo el mundo padre;
    A ti adoro y creo de toda voluntad,
    Y ruego a san Pedro que me ayude a rogar
    Por mío Cid el Campeador que Dios le cuide de mal.
    ¡Cuando hoy nos partimos, en vida haznos juntar! 365

    Narrador

    La oración hecha, la misa acabado la han;
    Salieron de la iglesia, ya quieren cabalgar.
    El Cid a doña Jimena íbala a abrazar;
    Doña Jimena al Cid las manos le va a besar,
    Llorando de los ojos, que no sabe cómo actuar. 370
    Y él a las niñas tornolas a catar: »

    Tócate los cojones, mariloles. Como diría un yanqui esto es una especie de «Catolicismo 101».

    Estos fragmentos han sido tomados al volapié de la mitad del Primer Cantar. Luego quedan dos cantares y medio más. En el tercer cantar se habla de la Santísima Trinidad, como es bien conocido un concepto clave en la secta mahometana:

    «Hoy os dije la misa de Santa Trinidad; 2370
    Por eso salí de mi tierra y os vine a buscar,
    Por el gusto que tenía de algún moro matar;
    Mi orden y mis manos querríalas honrar;
    Y, en estos ataques, yo quiero ir adelante.
    Pendón traigo, tiene corzas y armas de señal; 2375
    Si pluguiese a Dios, querríalas ensayar;
    Mi corazón que pudiese holgar;
    Y vos, mío Cid, de mí vos más alegrar.
    Si este favor no hacéis, yo de vos me quiero apartar. »

    Esto lo dice un obispo: don Jerónimo. Un facha en abierta contradicción con el «espíritu del Vaticano II» que advierte al Cid que él viene con pendones como cualquier otro y que como no le deje matar moros se marcha.

    Esto es como lo de los 100 millones de amerindios asesinados por los españoles según el Berkeley de los sesenta, los millones/cientos de miles de ajusticiados por la Inquisición, el «las razas no existen/no importan» o el cambio climático antropógenico de Algor I Calentólogo y los sandías de Greenpeace. Pura ciencia.

  3. Esto no tiene lógica ni sentido común….. ah si claro, la única explicación razonable es que todo esto es parte de un plan para acabar con nuestra civilización europea, blanca y cristiana.

    Pues no podrán con nosotros….. no podrán.

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