Se me encogen las entrañas al leer esto (El siniestro caso del doctor Montes):
En 2000 le nombran coordinador del servicio de urgencias. Nada más asumir el cargo, Montes se rodea de un equipo de médicos y enfermeras afines a sus métodos e ideología; ellos mismos se hacen llamar Sendero Luminoso. Una de sus primeras medidas es la creación de unos habitáculos -”boxes” en la jerga médica- dedicados a la sedación terminal de pacientes.
Para la periodista Cristina Losada, autora de Morfina roja, libro que investiga el caso Leganés, es entonces cuando comienzan las irregularidades: “en los hospitales por norma general no se hacen sedaciones terminales, y menos en urgencias”.
Desde la Asociación de Víctimas de Negligencias Médicas (Avinesa), María Ángela del Moral, su presidenta, explica el método con que Montes puntuaba a los candidatos para la sedación: “Más de 65 años, dos puntos; una infección de orina, dos puntos; diabetes o enfermedad crónica, dos puntos… Si el paciente sumaba siete puntos, se le sedaba“.
“No enviaba a los enfermos a cuidados paliativos -sostiene Cristina Losada- para no ocupar habitaciones en la primera planta, y por motivos ideológicos, para evitar el sufrimiento de los pacientes”. Durante el periodo de Montes como coordinador de urgencias -de 2000 a 2005- la tasa de mortalidad en el Severo Ochoa prácticamente se duplica.
Por otra parten no soy partidario de oponerme a esa ley con las tácticas católicas habituales, por ejemplo las usadas contra el aborto. Preferiría que los obispos advirtieran a su rebaño que la eutanasia es un desarrollo lógico de esta sociedad apóstata, y que es “natural” que quienes no tienen niños y se dedican a “disfrutar de la vida” salgan de esta cuando se les acabe la salud o las exiguas pensiones que van a recibir cuando se jubilen.
A eso, los obispos deben añadir lo siguiente: vosotros tended hijos, ahorrad y ayudad a los ancianos católicos. Solo a los católicos.
dato interesante; está comprobado q ese doctor muerte, que vino de Peru es de
ascendencia judía.
Una vez oí decir que en Marruecos no hay ni guarderías infantiles ni residencia para ancianos… o al menos no abundan. Es natural que lo normal es que los hijos y nietos cuiden de sus padres y abuelos… porque previamente los niños han sido cuidados por sus padres y abuelos.
¿Qué le pasaría a un futbolista si se dedicara a meter goles en la pueuerta de su equipo?