Continua el análisis del artículo Barbarie, religión y progreso del académico Juan Luis Cebrián.
Y así se llega al final, en el que un Cebrián enardecido y que se ha creído sus propios tópicos da la campanada:
Sin las Cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista ibérica, podríamos -¿quién sabe?- haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina, lo mismo que conviven hoy las dos Europas, la de la cerveza y el vino, la de la mantequilla y el aceite de oliva, en una sola idea de democracia. El poder religioso, aliado con el trono, se encargó sin embargo de eliminar el pluralismo, tanto en el seno del islam como en el de la cristiandad.
Contra lo que se afirma, las Cruzadas fueron una iniciativa defensiva. No supusieron una quiebra de la confianza y de la convivencia entre las religiones, sino una detención temporal del avance militar islámico. Igualmente, no consta que la Inquisición se usara contra el Islam y calificar de insidiosa a la Reconquista no tiene sentido históricamente hablando, ni lingüísticamente si hacemos caso al Diccionario de la RAE.
El “ecumenismo no sincretista” es una contradicción similar a la de “convivencia de las tres culturas”. La diferenciación cultural entre cerveza y vino es consecuencia de la adaptación al distinto entorno climático, y de las preferencias individuales en la actualidad. Es un fraude equipararla a la auténtica separación cultural que provocan las prácticas dietéticas musulmanas, derivadas de unas prohibiciones religiosas basadas en consideraciones científicamente inaceptables sobre la “impureza” de algunas especies. ¿Olvida Cebrián el revuelo causado al respecto cuando el “moderado” Jatami –primer mentor de la “alianza de civilizaciones”- visitó España? ¿Olvida que no se pudo ofrecer ninguna comida oficial por su rechazo a que se sirviera vino –esa bebida impura– en la mesa?
Insidiosa resulta la referencia a la alianza de Trono y Altar –es decir, a la derecha- sin mencionar contra a qué se aliaron. Si no se dice es porque se supone: se aliaron contra “el pueblo”, que habría sido secuestrado ideológicamente por esa conspiración de Trono y Altar. Este artículo es un resumen de la intervención en el homenaje a Juan Goytisolo en Marrakech el día 11 de septiembre de 2006. Curiosamente en Marruecos el pueblo sigue aún secuestrado, pues la legitimidad del rey descansa sobre todo en su título de Comendador de los Creyentes. Imaginamos que nuestro académico es incapaz de entender la paradoja en que recae.
La referencia a las Cruzadas y la Inquisición muestra hasta qué punto Cebrián ha hecho suya la propaganda victimista del islamismo irredento. Históricamente, la oposición al Turco en los siglos XVI y XVII fue mucho más relevante que las Cruzadas o la Inquisición a la hora poner freno a ese “ecumenismo mediterráneo”. Sin embargo, el mensaje correspondiente no funcionaría, porque el pueblo aun considera que fueron guerras defensivas contra la agresión otomana y berberisca. Hay demasiados romances escritos y la “memoria histórica” guarda aún vivos los ataques de los corsarios berberiscos a las costas mediterráneas. Además está la batalla gloriosa de Lepanto, un auténtico hito de la historia naval, y los intentos de penetración del Turco Danubio arriba. Difícil va a ser convencer a los vieneses de que les hubiera convenido rendirse y de que los Habsburgo actuaron contra los intereses del pueblo.
Por todo esto, si hay una palabra acertada para definir el discurso del académico es la de insidioso. Porque sobre la base de esta impostura, concluye insistiendo en la Alianza de Civilizaciones e instando a Rodríguez Zapatero y a la ONU a ponerla en práctica:
Ojalá (ua xa Alah) que la Alianza de Civilizaciones, impulsada por Rodríguez Zapatero y las Naciones Unidas, sirva al menos para reflexionar al respecto, escapando a la tentación, demasiado evidente, de convertirse en un elemento más de la propaganda política.
Esta petición de pacto, hecha en el quinto aniversario de la masacre del 11 de septiembre y renovada unos días más tarde coincidiendo con el momento en que se desencadenan las agresiones contra los cristianos y contra occidente tras las declaraciones del Papa, será considerada en tiempos futuros una llamada a la rendición. Y una traición, si ganamos esta guerra.
Se me olvidó referirme además a:
> una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina.
Parece mentira, la cultura grecolatina -griega y latina- era precisamente lo que había antes de que el Islam la destruyera dividiendo el Mediterraneo.
Lo de Cebrián es un delirio que pasará a las antologías.
Y ahora, para compensar el daño hecho por la Inquisición, los cruzados y la monarquía absolutista que reinaba en «Europa» en los siglos XI y XII, pues los sociolistos españoles, o sea, Zapatero, perdón este no… como se llama… sí, el del grupo prisa… ostras! no me sale el nombre… Ah!! ok, ya me acuerdo. D. Jesus de Polanco (el que tiene los palitos con las cuerdas que mueven a Zapatero), pues nada, este ahora decide crear la Alianza de Civilizaciones, ir contra los cristianos Católicos de europa,utilizar la censura, manipular pruebas de supuestos atentados islamistas, comprar a jueces y fiscales, comprar a las fuerzas de seguridad del estado… En fin, un largo etc., donde, por supuesto, cabe también CEBRIÁN.
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