Insidioso Cebrián

Aunque el artículo Barbarie, religión y progreso de Juan Luis Cebrián ha sido tratado ya por muchas plumas -y mejor tajadas que la mía- quiero hacer diversas precisiones sobre algunas de las falacias más groseras del académico.

Los primeros párrafos del artículo tratan de negar que existan las “civilizaciones”, entendidas en el sentido de Huntington. Para Cebrián, no se puede hablar de “civilizaciones” porque es imposible definirlas con suficiente nitidez. Esto es un enredo de retórico sofista; aunque en las ciencias sociales sea imposible definir conceptos de forma tan precisa como en geometría, es posible proponer conceptos y mostrar ciertas regularidades que sirven de forma efectiva para entender la realidad social e histórica.

Una de esas regularidades consiste en que actualmente casi todos los conflictos del mundo se dan entre los musulmanes y otros grupos religiosos. Es más, se puede afirmar que no hay grupo religioso en contacto con el Islam –cristianismo, judaísmo, hinduismo, budismo, animismo- que no sufra su agresión. A mayor abundamiento, la historia muestra que esa agresión se ha dado siempre que el mundo islámico ha sentido que tiene suficiente fuerza. La explicación está en el propio Corán, en el famoso versículo 9, 29:

¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!

Cebrián hace suyos diversos tópicos, como equiparar civilización a “progreso a secas” o afirmar que “no hay, ni ha habido nunca, desarrollo humano sin mestizaje”. Asombra el aplomo con que se hacen afirmaciones tan precisas cuándo se reconoce que se parte de un concepto “ambiguo e impuro”. Solo hay dos posibilidades al respecto: o son falsas o no son significativas, pues se aplican a conceptos tan amplios que vale todo, y por tanto no vale nada. El cuarto párrafo introduce un exabrupto en el que se equipara Hitler y a Blair:

El establecimiento de identidades formales, diferentes y opuestas entre sí, es condición básica para el juego del poder. Lo mismo nos permite invadir Irak que seleccionar la raza o el carácter de los individuos, como hizo Hitler en su día y pretende ahora emular Tony Blair.

¿Por qué no habrá recurrido al tío y guía de Arafat? Aunque mejor así, que quede bien sentado el extremismo exaltado del ex-falangista.

Arranca el quinto párrafo con una cita de Amartya Sen, un economista de buen tono entre la progresía. Lo que seguramente no sepa Cebrián es que al premio Nobel Sen no le parece prudente permitir escuelas confesionales, salvo que sean cristianas.

Siguen los tópicos falaces, presentados como afirmaciones rotundas: “Una sociedad democrática es lo menos parecido a una sociedad homogénea”. Va de suyo que no podía faltar la referencia a “la convivencia de las tres culturas”. En este caso avalada con cita de Ortega y Gasset: «don José Ortega y Gasset insiste en su apreciación de que «la Edad Media europea es inseparable de la civilización islámica ya que consiste precisamente en la convivencia, positiva y negativa a la vez, del cristianismo y el islamismo sobre un área común impregnada por la cultura grecorromana»».

El concepto de convivencia negativa del maestro nos ha llegado al alma. Una vez más tendremos que insistir en que, en la práctica, no hubo y, en la teoría, no puede haber “convivencia de varias culturas”, porque si realmente conviven, se mezclan. Respecto de Aristóteles hay que advertir que la Cristiandad superó y desarrolló inmediatamente las doctrinas que en el Islam fueron objeto de manoseo y mistificación durante siglos. La excepción fue Averroes, que fue perseguido por ello y clausuró sin continuidad la filosofía del Islam. Es más, la recepción de Aristóteles –y su física de graves- retrasaron el desarrollo de la ciencia moderna, que hubo que construir en parte contra él. ¿Es que no citan los progresistas a la escolástica precisamente como pensamiento rancio y fosilizado?. No, a lo que se ve, cuando esto revierte a mayor gloria del Islam.

(Continuará)

1 comentario

  1. Que no se preocupe el amigo Cebrián.
    Si algún día hay otra reconquista lo trataremos como a sus hermanos muslimes.
    Que vaya preparándose el cayuco para irse a África.

    «En este caso avalada con cita de Ortega y Gasset: «don José Ortega y Gasset insiste en su apreciación de que “la Edad Media europea es inseparable de la civilización islámica ya que consiste precisamente en la convivencia, positiva y negativa a la vez, del cristianismo y el islamismo sobre un área común impregnada por la cultura grecorromana”».»

    Algunos, por lo que parece, gustan de elevar a los altares a ciertos filósofos, convertidos en santos laicos infalibles.
    También podría haber citado las palabras de Ortega dirigidas al «insoportable bando rojo», aquel al que lame el culo el ex-falangista metido a neo-estalinista.

    Yo preferiría citar a Claudio Sánchez-Albornoz que de esto sabe más que Ortega.
    Es curioso que, como presidente de la República en el exilio que fue Sánchez-Albornoz, hoy en día sea despreciado por toda la izquierda y aplaudido por la derecha.
    Por algo es posiblemente el mejor historiador español del siglo XX.

    «la Edad Media europea es inseparable de la civilización islámica»

    No hace falta demostrar algo tan evidente, pero no en el sentido que pretende el lameculos moruno Cebrián.
    Es algo tan obvio como decir que la historia judía es inseparable del nazismo o que la Rusia actual no se entiende sin el estalinismo.

2 Trackbacks / Pingbacks

  1. « Eurabian News
  2. Insidioso Cebrián (y 2) « Eurabian News

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*