Se la han concedido después de que algunos musulmanes sintieran el impulso perentorio de echarse al suelo en dirección a la meca gritando Alajú Akbar en los pasillos. La concesión en sí es vergonzosa, pero lo que da verdadero asco son las explicaciones del director de seguridad:
«I learned quite a bit from my last meeting with the community,» said Douglas Reynolds, MOA’s security director.
«It would have been nice to get the message out to the community earlier,» Reynolds said. «The signs were also not available until 4:30 p.m.»
He promised that MOA would «do a better job next time.»
Pide disculpas por haber tardado «demasiado» en señalizar suficientemente la sala de rezos…
La blogosfera está empezando a quejarse al centro del trato diferencial -algo más que obsequioso, diría yo- a los musulmanes.
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