El sentido de la monarquía en el s. XXI

En la revisión de algunas de mis convicciones políticas que ha resultado de conocer a personas como el Embajador y Seneka, tengo que decir que una de las cosas que menos me convencen es la insistencia en la Monarquía. Lo que sí está claro es que los reyes republicanos, como nuestro Borbón, no tienen razón de ser. Pero por otra parte no creo que sean aceptables en la actualidad las monarquías tradicionalistas.

De todas formas, el futuro no está escrito. En el artículo del El Manifiesto (El misterio de la vida y muerte del duque de Cádiz, «Borbón non grato») sobre el nuevo libro de Jose María Zavala (El Borbón non grato) que trata del finado Duque de Cádiz, encunetro un enlace al primer capítulo del libro, en el que leo esta reflexión suya:

¿De qué estará hecho el mañana? No lo sé, pero creo que los jefes de las familias antaño reinantes deben mantener firmemente las tradiciones que guardan en depósito, quedar disponibles para sus pueblos. No creo que la historia de la humanidad deba desarrollarse de modo lineal y obligatorio. La masificación podría desesperarnos, pero el hombre es tornadizo y las modas pueden pasar. No volverá el mundo atrás; sí podrá, en cambio, repudiar los errores y hacer surgir las verdaderas fuentes de la vida social y política. Con la ayuda de Dios, el despertar de las conciencias, merced a la predicación de Juan Pablo II, el horror suscitado por las abominaciones de los totalitarismos, el desencanto ante las consecuencias que nos han traído determinadas situaciones, todo ello debería empujar hacia una saludable renovación.

Muy razonables palabras. Esa, creo, debe ser hoy la estrategia de las dinastías tradicionales: mantenerse en reserva.Atención a esatas palabras: «No creo que la historia de la humanidad deba desarrollarse de modo lineal y obligatorio.». Esta es la filosofía de la historia que liberales (salvo los liberales tradicionalistas, que los hay) y comunistas comparten (y en menor medida los fascistas, herejes socialistas al fin y al cabo), a pesar de las agrias desavenencias entre ellos. Todos ellos han decretado el fin de la historia

Le dedico esta reflexión a Pedro Martínez, de En el Torreón. Y aprovecho para recomendar el libro. Y empezamos con las recomendaciones de Navidad.

3 comentarios

  1. Que conste que mi monarquismo es algo bien reciente. Un amor que ha ido surgiendo en mi al calor del amor a la Tradición, y muy particularmente a la tradición hispánica, claro está.

    En cualquier caso, como ya hemos dicho en mil ocasiones, no es la restauración de la Mnarquía lo más preocupante a día de hoy, aunque yo diría que todo va en el mismo «pack».

    Un abrazo.

  2. Es cierto Orlando, pero a veces hay que afrontar las cosas seriamente y decir basta.

    El rey está apaciguando a la izquierda y engañando a la derecha, y caerá -como su abuelo- cuando esta se canse de él.

    Las derecha no tienen miedo a esa guerra civil que las izquierdas -otra vez más- provocarían.

    Lo cierto es que Portugal no tiene esos problemas. Os envidio 🙂

    Un abrazo, Seneka. Nos veremos estas navidades, espero 🙂

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*