Dimos hace poco la noticia de una campaña en Polonia consistente en exponer unos carteles con la foto de diversos mártires cristianos de la actualidad. Leo en El Mundo un reportaje de un tal Temiño (edición impresa del viernes 3 de marzo) que no ha gustado a los mahometanos ni a los progres.
Carteles de «mártires cristianos» en tierra musulmana.
Ya el título del artículo entrecomilla a los mártires cristianos, poniendo en duda que lo sean. Si fueron asesinados por ser cristianos no hay duda de que lo son, aunque no hayan sido oficialmente declarados como tales. La reacción de los mahometanos no se ha hecho esperar:
La comunidad musulmana de Polonia puso el grito en el cielo y calificó los carteles como una «provocación».
La indignación mahometana no debería seguir siendo noticia y habrá que tomarla a beneficio de inventario. Sin embargo, no es eso lo que piensan algunos:
Muchos medios de comunicación polacos criticaron a la Fundación San Benedicto y al Ayuntamiento de Poznan. «No es el momento oportuno para hablar de los cristianos muertos en países musulmanes o a manos de integristas, no después de los problemas causados por las viñetas sobre Mahoma», indicaron los principales diarios del país, a la vez que se preguntaban cómo pueden reaccionar ahora los colectivos más integristas de otros países. «Las opiniones pueden acabar provocando un conflicto en casos como éste», destacaron.
No se menciona ninguno de esos «muchos medios» que se quejaron. Tampoco se entienden las críticas de los medios de comunicación, que están en primer lugar para informar. Si se trata de opinar, mi opinión vale, en principio, tanto como la suya.
Pero lo grave es que los medios de comunicación consideren que los mahometanos se pueden quejar por unas inofensivas caricaturas o unas chirigotas aún más inofensivas, pero no es correcto recordarles sus víctimas. ¿Se pueden comparar las reacciones desmesuradas (y criminales) por las caricaturas con esto? Si el Sr. Temiño tiene miedo que deje su oficio, pero que sepa que los cristianos tenemos derecho a recordar a las víctimas de las agresiones mahometanas, como muy bien explica la Fundación San Benedicto, responsable de estas iniciativa:
Desde la Fundación condenaron cualquier ataque a la religión y se unieron a las críticas por la publicación de las polémicas imágenes de Mahoma, «aunque no creo que esto tenga nada que ver con nosotros ahora», apuntó Piotr Pilarczyk. «Nosotros no pretendemos ofender, pero tenemos derecho a recordar a nuestros mártires, gente perseguida por ser cristiana», justificó, para a continuación aclarar que en ningún caso estos carteles «hacen alusión a quiénes fueron los responsables de estas muertes, sólo recuerdan hechos reales sin culpar a nadie».
En efecto, no se menciona la religión de los criminales, pero tampoco la duda nadie, ni el Sr. Teniño, nio los musulmanes que se han dado enseguida por aludidos. El Sr. Temiño acaba con una aclaración que tampoco se sabe muy bien a cuento de qué viene:
Se da la circunstancia de que las autoridades municipales de Poznan prohibieron hace algunos meses la celebración de una marcha en defensa de los derechos de los homosexuales polacos, que terminó en un enfrentamiento entre la policía y los colectivos de gays y lesbianas.
No se a qué viene esa «circunstancia». ¿Quiere decir acaso que como no permitieron la manifestación tampoco se podría permitir informar de los cristianos asesinados? Por cierto, parece ser que ciertas prácticas sexuales en que se utiliza el final del tubo digestivo dan lugar a derechos adicionales. ¡Qué curioso!
Traduzco: «Tres alumnas de una escuela cristiana fueron decapitadas con sables en Indonesia. Una cuarta estudiante sobrevivió afortunadamente [con una buena cicatriz, como se ve en al foto]. Una de las cabezas fue puesta por los criminales enfrente de una iglesia local». Imagino que sería para que nadie tuviera dudas sobre las razones del crimen.
En resumen, para la progresía filosecesionista y maurófila, las quejas de las víctimas causan crispación. Esa es la doctrina de los asesinos y de sus cómplices: “No te quejes que es peor”. En España tenemos mucha experiencia al respecto.
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Acabo de ver esto que viene bastante al caso: El victimismo de los asesinos:
En toda Europa los musulmanes exigen el fin de un presunto racismo ejerciendo el racismo. Aspiran, dicen, a una integración social, pero hecha en sus términos. Día a día se les ceden cosas (cercanos estamos a legalizar la ablación del clítoris…) a cambio de nada. Día a día sus demandas aumentan al ritmo en que lo hace su número. Día a día nuestras libertades menguan ante la suprema necesidad de sobrevivir ante posibles violencias.
La cosa está como hace casi setenta años: la pacificación de los líderes de Europa y el victimismo de los asesinos y los enemigos de la libertad. Quien no negocia con terroristas es alguien que desea ver más muertos: poco menos que un sádico. Quien no cede a las demandas antiliberales de minorías violentas es un racista. Quien se afirma en sus libertades y muestra disposición de denfenderlas le llaman fascista.
Se puede decir más alto, más claro no.
La izquierda, sea de donde sea, es traidora y derrotista, a los musulmanes, les comprendo, porque la verdad, escuece, y ellos siempre que han podido han matado al portador de la verdad. Como me gustaria que fueramos en tantas cosas como Polonia.