Frente a quienes dan los cerca de doscientos muertos y miles de heridos con secuelas a beneficio de inventario (y A Mayor Gloria del Socialismo) o simplemente “están en otra guerra”, hay que insistir en la turbiedad de esos atentados. Delincuentes de poca monta bastante lejos del fanatismo islámico, ninguna grabación de los sospechosos en acción, muertos todos ellos en unas circunstancias inverosímiles.
Solo un canalla puede pedir que se pase página al asunto. Sin embargo, solo Luis del Pino sigue al pie del teclado, con entregas, y van 45:
se supone que Jamal Ahmidan estuvo preso en una cárcel de Marruecos entre finales de 2000 y mediados de 2003. Entonces, ¿cómo es posible que firmara un contrato de alquiler en 2001 para entrar a habitar la casa de la C/ Villalobos?
No se trata del único dato que apunta a que Jamal Ahmidan estuvo viviendo en esa casa en las fechas en las que, según la versión oficial, estaba preso en Marruecos. Los vecinos recuerdan perfectamente a ese marroquí que habitó en aquel piso de la C/ Villalobos en los dos años anteriores a la masacre, en compañía de una mujer y de otra pareja (su amigo Abdelilah Abdelilah El Fadual y su compañera sentimental, que abandonaron posteriormente la casa por las discusiones que se producían entre las dos mujeres).
Asimismo, el análisis de uno de los ordenadores encontrados en la C/ Villalobos muestra numerosos accesos a Internet efectuados por Jamal Ahmidan en el primer semestre de 2003, accesos que no hubieran podido figurar en ese ordenador en caso de que Jamal hubiera estado, efectivamente, en una cárcel marroquí en esas fechas.
Todo muy lógico
Un cerebro llamado Jamal Ahmidan (X): La falsa estancia en la cárcel
¡Muy buen detalle¡Participo de tu opinión de que hay que ser canallas.
Quizá te resulte un offtopic, pero en este blog
( http://josephsplatz.blogspot.com/ )
hay una visión de aquel maldito crímen contra la humanidad que puede resultarte intrigante.
Saludos.
Gracias Avanti. Me voy a leer la serie de Conoces a Joe Black entera.